Por PABLO TRUFFA
Como parte de la agenda de visitas a las provincias del interior
del país y con el claro objetivo de estrechar las relaciones
en el ámbito político, económico, social y técnico,
el Consejero Político y Comercial de la Embajada de Israel
en Argentina, Modi Ephrain, visitó las provincias de Neuquén
y Río Negro, oportunidad en la que estrechó relaciones
de intercambio socio-culturales y anunció la inmediata llegada
de especialistas israelíes a la región para dictar cursos
de capacitación en emergencia económica, médica,
social y de seguridad.
En una entrevista exclusiva con La Mañana Neuquén, el
Consejero adelantó, además, que las iniciativas se llevarán
a cabo sólo en dos lugares del país, de los cuales la
Patagonia es el único definido. Mendoza o la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires son las otras opciones.
Ephrain fue invitado por el presidente del Centro Israelita de Allen,
Cipolletti y Neuquén, Hernando Grosbaum, y de la filial DAIA.
¿Cuáles son los objetivos primordiales que
se propone la Embajada de Israel en Argentina?
El principal objetivo es promover las relaciones entre ambos pueblos,
no sólo en las relaciones políticas y gubernamentales
sino también nos interesan los temas referidos al intercambio
comercial, cultural y la cooperación técnica entre ambos
países.
Para eso, la Embajada cuenta con departamentos dedicados a la cultura,
la prensa, el aspecto comercial y la cooperación internacional.
En el tema comercial estamos en una etapa muy importante ya que alcanzamos
–después de dos años y medio- el tratado de libre
comercio con el MERCOSUR, convirtiéndonos en el primer país
fuera de la región en firmar algo que podrá facilitar
mucho el comercio entre los países.
¿Cuáles son las expectativas y perspectivas
de Israel dentro del MERCOSUR?
En Israel entendimos la importancia de este bloque regional -ya hemos
firmado un tratado de libre comercio con otro bloque regional como
lo es la Unión Europea- porque nos interesan las políticas
y el estrechar relaciones directas con los países que lo conforman.
Es una manera de facilitar el comercio y es una apertura para las
expectativas de los empresarios.
Pasando al conflicto que se vive en Medio Oriente ¿Cómo
observa el proceso de paz iniciado con Palestina en Annápolis,
Estados Unidos?
Firmamos algo que ojalá prospere. La idea de la conferencia
realizada en Annápolis en noviembre pasado fue para renovar
las negociaciones.
Igualmente hay que dejar en claro que el Estado de Israel viene realizando
los máximos esfuerzos para llegar a la paz. Si lo logramos
con Egipto en 1970 y con Jordania en 1994, pensamos que con los palestinos
–tras el acuerdo de Oslo en 1993 y este último acercamiento
en Annápolis- podemos acelerar las negociaciones para alcanzar
la tan ansiada paz.
El gran problema en esta negociación son los grupos extremistas
como Hamas y Hezbollah, quienes tienen mucho más poder en ciertos
lugares -en especial en Gaza- y terminan siendo serios obstáculos.
¿Entonces?
La idea de reconfirmar el acuerdo alcanzado en el 2003 por el llamado
cuarteto (EE.UU., la Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas),
y conocido como Hoja de Ruta, es renovar las negociaciones. Por eso
la declaración fue que las dos partes, tanto Israel como los
palestinos, íbamos a hacer todos los esfuerzos para cumplir
y terminar las negociaciones durante este año.
Nosotros no tenemos ningún interés en territorio palestino,
al contrario, Israel se retiró hace cuatro años y la
retirada de Gaza, de manera unilateral, fue para demostrarles a ellos
que estamos dispuestos a que establezcan su país soberano y
que tenga una autoridad que mantenga la fuerza, la responsabilidad
civil y la seguridad.
Por suerte, más allá de los grupos extremistas, siguen
las conversaciones entre el primer Ministro Ehud Olmert con el presidente
de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y esperamos que el sí
va a tener el control, la responsabilidad y la fuerza de parar todos
los actos terroristas. Nosotros estamos dispuestos a seguir las reglas
de la hoja de ruta, pero para seguir las negociaciones primero deben
trabajar entre los palestinos contra el Hamas y el Hezbollah, para
derrocar el terrorismo.
Israel está dispuesto no sólo a negociar por la paz,
sino que quiere ver un Estado palestino libre, soberano y con relaciones
amistosas.
¿Y en qué avanzaron durante los meses posteriores
a Annápolis?
Durante estos tres meses han visitado la región el presidente
George Bush y la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice;
hubo reuniones en Ramallah con los palestinos; en Israel y entre los
líderes de ambos lados para avanzar, pero lamentablemente la
situación en Gaza y el conflicto creado ahí impidió
el avance acordado en el encuentro de Annápolis.
Sin la buena voluntad de dialogar y de apoyar no llegaremos a nada.
El primer apoyo a los palestinos para establecer su país debe
llegar de sus hermanos de los países árabes. Lamentablemente,
a veces se ve que ellos mismo ponen obstáculos. Ahora, para
nosotros la amenaza más grande en la región no viene
de los palestinos sino de Irán, que con el respaldo de Siria
está apoyando a los grupos de Hezbollah. Además, Irán
avanza con su programa nuclear, lo cual es un grave problema.
A todo esto hay que sumarle los dichos del presidente iraní,
quien niega el Holocausto y mantiene un fuerte llamado a borrar a
Israel del mapa. Son actitudes que no se pueden aceptar en ningún
continente.
¿Considera que cambiaría mucho la política
de EE.UU. hacia Medio Oriente con la llegada de un gobierno demócrata
al poder?
Si revisamos la historia de las relaciones entre Israel y
EE.UU. y el rol de EE.UU. en el conflicto en Medio Oriente podremos
ver que no importa quién esté en la Casa Blanca. Tanto
republicanos como demócratas apoyaron los procesos de paz en
Medio Oriente. Cada uno –llámese Clinton, Bush padre,
Bush hijo- con su capacidad y con sus problemas bragaron por la paz.
Por lo tanto, podemos ver cómo diferentes políticas
trabajan bajo un mismo deseo: apoyar una democracia justa y construir
una región pacífica, con interés para los norteamericanos,
los europeos y todos los otros países.
Siguiendo los discursos de los demócratas como Barack
Obama y Hillary Clinton ¿qué opinión le merece
su visión sobre Medio Oriente y contra el terrorismo?
Sin entrar en la política interna de EE.UU., debo decir que
los dos partidos junto al Congreso norteamericano siempre mostraron
la amistad y el compromiso a la existencia segura de Israel. Así
que tanto Obama como Clinton, también en las conversaciones
que realizaron con representantes israelíes de la comunidad
judía en Norteamérica, mostraron la misma voluntad para
seguir esta misma línea y también como líderes
de la lucha contra el terrorismo.
A la luz de las experiencias de varios procesos fracasados
de paz, ¿No sería una buena oportunidad avanzar en este
proceso sin el auspicio de potencias occidentales?
El cuarteto ya está conformado, no sólo con la participación
de EE.UU. sino también de la Unión Europea, quienes
intentan apoyar de manera humanitaria a los palestinos. Pero la decisión
y el acuerdo final será un acuerdo bilateral de paz, y los
palestinos mismos deben tomar decisiones.
Sabemos y estamos seguros que la mayoría de los palestinos
quieren vivir en paz y quieren disponer de una economía fuerte.
Esa es básicamente la idea, y nosotros estamos dispuestos a
compartir buenas experiencias en la economía y en la educación;
pero para eso, primero debemos tener un socio, y hasta ahora la Autoridad
Palestina demostró no ser capaz de llegar a eso.
Más allá de esta interna y de la existencia
de grupos terroristas como el Hamas ¿considera que se llegará
a la paz en Medio Oriente?
Nosotros, en Israel, decimos que lo que no está creando milagros
no es realista. Así que seguimos con esta esperanza y actuamos
de manera precisa para resolver problemas y ayudar a los socios que
están dispuestos a dialogar. Cuando era chiquito me dijeron
que cuando tuviera 18 años no iba a necesitar del ejército
porque ya no existiría, pero lamentablemente estuve, y con
seguridad lo estarán próximamente mis hijos.
¿Cómo explica que no puedan convivir tres religiones
diferentes?
El problema no son las religiones. Es más, en Jerusalén
conviven y participan cada uno en su propia religión. El problema
son los extremistas, los fundamentalistas. No creo que el Islam sea
el problema, lo que pasa es que hay gente que su traducción
del Islam causa el problema, no solamente en Israel sino también
en los países árabes moderados, donde estos movimientos
extremistas ponen en peligro a la democracia y por ende a la sociedad
civil.
¿Existe una nacionalidad Palestina? ¿Palestina
es una Nación sin Estado?
La verdad que todavía no hay un Estado palestino soberano.
A partir de Oslo empezó el proceso con la creación de
ministerios y secretarías para poder comenzar a gobernar en
temas como la salud, el bienestar y en otros de la vida cotidiana.
La realidad nos indica que hasta ahora no llegaron a la conformación
de su Estado.
¿La conformación de ese Estado sería
el fin de los conflictos en Medio Oriente?
Espero y creo que sí. Porque eso significará que lucharon
contra el terrorismo, significará que tendrán la posibilidad
de gobernar y tener una autoridad para establecer su país.
Ojalá que este país sea un país estable y no
sólo milicias y grupos guerrilleros en su interior. Es hora
de crear una situación estable entre Israel y Palestina.
En meses festejarán el 60º Aniversario de Israel,
¿cuál es el sueño al levantar la copa?
El deseo más importante sigue siendo lograr la paz. Si logramos
la paz con los palestinos, sabemos que después podemos alcanzar
la paz con otros países como Siria y con los otros de la región
como Arabia Saudita. Además, se creará otro ambiente,
sin necesidad de dedicar tanto a la seguridad y sí más
a la educación, la salud, la cultura y la economía.
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