Erradicar la pobreza:
¿un sueño inalcanzable?

 
  El próximo miércoles 17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. La importancia de detectar las causas para luego actuar e intentar revertir esta situación.

Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
 

Por Laura E. Rotundo

Desde 1993, cuando fue fijada esta fecha por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el propósito de la jornada es promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en aquellas naciones en desarrollo.
En la Cumbre del Milenio (realizada en septiembre del 2000 en Nueva York), los jefes de Estado y de gobierno, se comprometieron a reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de las personas que viven en la indigencia, cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día.
Según lo indican los expertos, es necesario detectar las causas para luego actuar e intentar revertir esta situación.
En esta nota, analizaremos la interesante visión de un economista que no considera las causas más comunes a las que suelen atribuirse la existencia de la pobreza.
Un informe elaborado por el economista Joseph Keckeissen (discípulo de Ludwig von Mises, en Nueva York) indica que la pobreza no es producto de recursos naturales insuficientes ni de un territorio nacional reducido, ni tampoco de altos niveles de analfabetismo, ni de falta de preparación técnica.
La miseria de los pobres no es provocada por el hecho de que algunas personas o compañías son ricas, ni porque la brecha entre ricos y pobres se ensancha. La avaricia y la especulación no son las culpables.
La pobreza no es el resultado de que los gobiernos, tanto los locales como los distantes, sean insensibles a las realidades de la pobreza y no hayan hecho la planificación macroeconómica requerida o iniciado los suficientes proyectos de desarrollo o distribuido gigantescas sumas de dinero.
Este trabajo también señala que la pobreza no surge por una muy desigual distribución de los recursos, que permite a un puñado pequeño de la población mundial absorber una porción «leonesca» de la riqueza, ingreso o producción. No es porque los países avanzados consumen demasiado y distribuyen muy poco.
Keckeissen considera que no existe pobreza porque la deuda externa e interna sea una pesada carga, que hunde a las aguerridas naciones, ni por el déficit de sus balanzas de pagos. No existe tampoco porque la moneda local sea débil, o fue atacada, o se devaluó o porque un gobierno sea insolvente, ineficiente o ladrón.
Simplemente no es cierto que los países ricos consigan precios altos por sus productos elaborados mientras que los países pobres tienen que conformarse con precios bajos por sus materias primas, no sofisticadas.
Tampoco pareciera ser cierto que el capitalismo es el villano, especialmente en aquellos lugares donde predominan sistemas premodernos o socialistas.
Según este economista, mejorar algunos de los anteriores factores puede aliviar la situación pero, en algunos casos, incluso la puede empeorar. La verdad es que la solución práctica a la pobreza no descansa en empleadores paternalistas, sindicatos victoriosos, financiamiento del gobierno, redistribución de la tierra, tecnología avanzada, educación universal, elecciones democráticas supervisadas por la ONU, políticos populistas, la condonación de la deuda, donaciones del Banco Mundial, ni con congresos internacionales.
El doctor Joseph Keckeissen, profesor de Economía y de Filosofía Social en la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala), indica que las causas de la pobreza son otras: existen estructuras económicas que impiden el progreso y que perpetúan actitudes empobrecedoras. Si no las identificamos y las corregimos, difícilmente podremos crear prosperidad, sin importar cuánto tiempo, recursos, dinero, preocupación, lamentos o sermones dediquemos a la solución de la pobreza.
La pobreza, según Keckeissen, es el resultado de una estructura económica deficiente. Las diferentes estructuras económicas que frenan el progreso pueden listarse como premodernistas, mercantilistas, intervencionistas y de orientación hacia adentro. Excluimos los modelos socialistas y comunistas de esta discusión, aunque el modelo intervencionista usualmente contiene muchas de sus características retardantes. Es preciso notar que todas las estructuras modernas son mezclas de diversos tipos y que ningún modelo es exclusivo a un país.

El panorama en el Tercer Mundo
Este economista nacido en Nueva York, asevera que el Tercer Mundo nunca tendrá la oportunidad de progresar y participar de la habilidad para crear riqueza de la cual goza el Primer Mundo, si:
1. Continúa atribuyendo la pobreza a causas falsas y escoge ignorar a las dos causas fundamentales del retraso económico.
2. Perpetúa y protege a las estructuras fracasadas del pre-modernismo, mercantilismo e intervencionismo y no las sustituye con un sistema de libre mercado competitivo, caracterizado por la producción masiva de bajo costo y la sana participación en mercados internacionales, con aquel sistema que permite que las personas libres, no doblegadas por controles opresivos, creen a través de su trabajo ese milagro económico que tanto se añora.
3. Rechaza las actitudes clásicas del trabajo arduo, el ahorro, la cooperación y la iniciativa propia, y en su lugar hace responsables por el progreso al gobierno, a los sindicatos y a organismos internacionales y sus dádivas.
Keckeissen asegura que si se ignoran los tres «indispensables» cambios que se detallaron anteriormente, el Tercer Mundo seguirá siendo plagado por el desperdicio de sus recursos humanos y de capital, lo cual imposibilita el progreso y la abundancia.
Cabe destacar que el economista autor de este ensayo atribuye la mayoría de las ideas aquí contenidas a su gran mentor, Ludwig von Mises (fue un noble, economista y filósofo social austrohúngaro, considerado el decano de la Escuela Austríaca de Economía).

Los números en el mundo

30.000 niños mueren por día, uno cada tres segundos, a causa de la pobreza extrema.

Alrededor de 500.000 niños menores de 5 años morirán este año en el Sudeste asiático y Pacífico.

Más de mil millones de personas en el mundo vive con menos de 1 dólar por día.

Más de mil millones de personas no tiene acceso al agua corriente.

Un incremento del 1% en el reparto de las ganancias por exportaciones, de los países desarrollados podría sacar de la pobreza a 128 millones de personas.


Fuentes: Keckeissen, Joseph E. (2001), «Las causas de la pobreza en el tercer mundo».

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 
 
 



Min.: 2°c
Máx.:
10°c
Cielo nublado. Probabilidad de lluvias aisladas. Mejorando con nubosidad en disminución.
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos