El fumar es perjudicial para la salud. Sin
embargo, las cifras que arrojan las estadísticas de los adictos
al cigarrillo insinúan que la población no logra tomar
conciencia de los riesgos que corre con este mal hábito.
El doctor Salvador Más -director del sitio web www.dejardefumar.com.ar-
se detiene en esta entrevista con La Mañana de Neuquén
a detallar algunas consideraciones sobre este tema que también
afecta a quienes no fuman.
¿A qué razones atribuye la adicción
al tabaco?
Por lo que el tabaco contiene: la nicotina es el alcaloide más
adictivo que se conoce en el planeta. Es diez veces más adictivo
que la heroína, treinta veces más que la cocaína
y cien veces más que el alcohol; ésa es la razón
por la cual las personas se hacen adictas al acto de fumar.
¿Cuál es el promedio de edad en el que se comienza
a fumar?
En general, se empieza a fumar entre los 10 y los 20 años.
Y la mayor parte, sería entre los 15 y los 20.
¿Influye de alguna manera el nivel socioeconómico
de una persona en la decisión de fumar o de dejar este mal
hábito?
Sí. Es un dato muy interesante y moderno el que surge a partir
de esta característica, que de hecho hace muy poco que se conoce.
En Estados Unidos, por ejemplo, existía hasta la década
del ‘50 un índice de fumadores que alcanzaba entre el
55 y el 60 por ciento de su población. Actualmente, solamente
el 22 por ciento de los estadounidenses fuman.
Sin embargo, esta reducción no es igual para todos los estratos
sociales. Entre la gente que gana más de 50.000 dólares
por año -que es considerada de un status superior y con una
educación terciaria o universitaria-, sólo fuma el 2
por ciento. Luego, del estrato medio -que gana entre 10.000 y 50.000
dólares al año y recibe una educación secundaria-
fuma solamente un 22 por ciento. En cambio, de las personas que ganan
menos de 10.000 dólares por año y recibe hasta una educación
primaria, fuman alrededor de un 66 por ciento.
Y por último, lamentablemente, de los home-less (algo así
como “sin techo”, en nuestro país) fuma el 100
por ciento. A tal extremo sucede esto, que las tabacaleras, por lo
menos en Estados Unidos, tienen una gerencia que se ocupa de los más
necesitados porque sabe que sus clientes potenciales son precisamente
los habitantes de bajísimos recursos.
En Argentina esto aún no se ha hecho ver tanto, pero sí
se ha difundido alguna estadística que indica que el mayor
porcentaje de fumadores ronda entre los 35 y los 45 años y
luego va bajando... porque los fumadores se mueren o porque efectivamente
abandonan el vicio.
La tendencia en todo el mundo es que la gente más educada y
más rica deja de fumar y en cambio, los pobres fuman mucho
más. En nuestro país, esto es obviamente una tragedia
porque una familia que accede a un ingreso mensual de 600 pesos, gasta
más del 20 por ciento en cigarrillos y esto genera que muchos
hijos se queden sin comer para que los padres fumen.
¿Qué tipo de campañas cree que deberían
impulsarse desde el gobierno nacional para prevenir esta adicción?
En los países nórdicos como Noruega, Suecia, Finlandia
y Dinamarca, las estadísticas indican que éstas son
las naciones en las que menos se fuma en todo el mundo. Básicamente,
yo creo que esta realidad se logra porque las Leyes Antitabáquicas
ya están aprobadas y aquí aún se están
discutiendo, pero sobre todo porque los chicos -ya durante la primaria-
reciben una educación sexual y sobre drogas adecuadas.
Un niño sueco o danés, a los diez años, ya es
plenamente consciente de lo que puede pasarle si se pone en contacto
con la nicotina y entonces ni quiere oler el humo del cigarrillo.
En nuestro país, la mayor parte de la población tiene
un desconocimiento total sobre las adicciones, especialmente sobre
la del tabaco.
¿Cómo se trabaja con las personas que desean
dejar de fumar?
La verdad es que fumar es un proceso.
La primera etapa es la denominada de “pre-contemplación”,
en la cual la persona no manifiesta ningún problema de salud
y vive como un romance con el cigarrillo. Así se encuentra
actualmente un 40 por ciento de la población.
La segunda parte es la llamada de “contemplación”,
en la que el fumador empieza a considerar la posibilidad de dejar
de fumar algún día, sin establecer ninguna fecha.
El tercer tramo de este proceso se llama de “acción”
en la que el fumador asegura convencido que dejará de fumar
el mes que viene o dentro de tres meses o de seis. El 35 por ciento
de todos los fumadores están hoy en esa etapa y sin dudas es
al índice que hay que prestarle más atención,
atendiéndolo porque se muestra permeable a un tratamiento.
¿Qué tipos de tratamientos existen?
Hay muchos. Nosotros, desde www.dejardefumar.com.ar, recomendamos
el método clásico que se utiliza en la medicina convencional
y que comenzó en Londres, donde se detectó por primera
vez -en la década del ‘50- que el cáncer de pulmón
estaba producido en un 95 por ciento por el cigarrillo.
En este momento comenzaron a difundirse distintos tratamientos, que
consistían mayormente en técnicas psicológicas
y en terapias cognoscitivas. Si el fumador logra dejar de fumar durante
un año, se considera que este tipo de cura alcanza el éxito...
en ese momento, con esta idea se alcanzó un triunfo del 30
por ciento.
Así como las tabacaleras nos hicieron creer que esta adicción
mortífera es una parte de la aventura de vivir, hay otros intereses
económicos que le hicieron creer a la población que
una simple acción puntual puede deshacerla de la adicción...
como leer un libro o pincharse una oreja, etcétera, etcétera,
etcétera. Éstas son cosas mágicas, pero la realidad
es que un tratamiento es un proceso crónico que tiene que durar
un año.
Luego, apareció el parche de nicotina y otros sustitutos de
este alcaloide en forma de chicle o de spray. En el año ’80
entre estos elementos más las terapias que ya funcionaban,
la mitad de la población fumaba y el 50 por ciento restante,
no.
En el ‘91 apareció un antidepresivo en Estados Unidos,
que resultó ser antinicotínico porque efectivamente
hacía que la gente dejara de fumar, ya que le generaba un gusto
feo al cigarrillo. De esta forma, la tasa de éxito alcanzó
un 70 por ciento con todo el tratamiento combinado.
Por último, se agregó el ejercicio aeróbico porque
está probado que es un muy buen complemento para estimular
las áreas cerebrales que se encuentran disfuncionales por la
nicotina, junto con una dieta.
Así estaría formado un tratamiento moderno para dejar
de fumar: técnicas psicológicas, fármacos, dieta
y ejercicio.
¿Cuál es el porcentaje de posibilidades de
que una persona vuelva a fumar si había logrado efectivamente
dejar el cigarrillo?
La tasa de reincidencia está estudiada en todo los tratamientos.
Hay entre 1.500 y 2.000 millones de fumadores en todo el mundo. El
10 por ciento dice que no fuma más y deja para siempre... pero
el resto no puede tomarlo como un buen método.
La tasa de reincidencia de los mejores tratamientos, que incluyen
hasta internación, es del 30 por ciento... es decir que el
70 por ciento restante no vuelve a caer en la adicción, que
se hereda genéticamente y no son iguales en todos los fumadores.
En la población, existe entre un 30 y un 40 por ciento que
es resistente a la adicción, lo que significa que en países
como China -donde está la mitad de los fumadores del mundo
y donde no existe ninguna restricción, al ser los mayores productores-,
la tasa de fumadores nunca pasa del 60.
¿Cómo afecta realmente el humo del cigarrillo
a la salud de una persona que no fuma?
Esto es lo que llamamos tabaquismo pasivo, que se realiza de dos maneras:
por la “corriente principal” que exhala el fumador luego
de inhalar el humo del cigarrillo y por la “corriente secundaria”
que es la que sale del humo del cigarrillo que queda en el cenicero,
entre pitada y pitada. Esta última es la que resulta más
peligrosa.
La realidad es que el fumador pasivo, al respirar entre 20 y 30 veces
por minuto, incorpora el humo que exhala el fumador más aquel
que queda en el ambiente.
Esto significa que permaneciendo durante una hora, en un ambiente
contaminado, un no fumador puede llegar hasta incorporar los tóxicos
y la nicotina equivalentes a dos cigarrillos.
Pero lo peor es que un fumador pasivo tiene la posibilidad, tres veces
mayor, de contraer cáncer de pulmón.
¿Cómo observa el funcionamiento de la legislación
respecto de este tema?
Tendríamos que esperar a ver qué sucede finalmente.
El Programa Aire Sin Tabaco debería aprobarse en la Cámara
de Senadores prontamente. Pero lógicamente se retrasa porque
hay funcionarios que resisten su aprobación... algunos lo hacen
en forma más transparente, ya que representan a provincias
tabacaleras, como lo son Tucumán, Salta, Jujuy y Chaco que
eligen defender la industria de sus territorios.
A nivel nacional, yo diría que el proyecto se encuentra como
“cajoneado”.
Lo que obviamente sería positivo, si finalmente se aprueba
esta ley, es que se prohibirá mucho más la publicidad,
que sin dudas es lo que más le duele a las tabacaleras.
Evidentemente, la cantidad de nicotina que tienen los cigarrillos
actualmente es muy superior a la que poseían a mediados del
siglo XX... es fácil deducir por qué: simplemente se
trata de un esfuerzo desesperado de estas empresas, contra todas las
organizaciones que se están moviendo para que cada vez se fume
menos, porque de esta forma generan la adicción con más
rapidez.
Por esta razón, habría que reformular la vieja estadística
que supone que con dos cigarrillos fumados en la adolescencia, una
persona tiene 66 por ciento de probabilidades de fumar hasta que se
muera. Con estos niveles de nicotina, yo diría que hoy esto
sucede con medio cigarrillo.
¿Cuánto riesgo corre una persona adicta al cigarrillo
a caer en la dependencia de otro tipo de drogas?
Efectivamente la personalidad adictiva está descripta y se
dice que el tabaco es la puerta de entrada a otras adicciones.
Genéticamente, está estudiado que la adicción
al tabaco y al alcohol están en genes que son muy cercanos,
aunque no son el mismo, y entonces se observa clínicamente
una tendencia a que exista una dependencia de estos dos vicios. A
partir de esta combinación, no sólo desde el punto de
vista genético, sino también social, se desprende que
sí funciona como puerta entrada a las drogas ilegales.
Es un hecho real y realmente trágico.
Recomendado
El doctor Salvador Más responde diariamente todas las preguntas
que le realizan los visitantes de su sitio www.dejardefumar.com.ar,
donde los interesados en visitarlo podrán acceder al tratamiento
a distancia gratuito que ofrece este portal, avalado por profesional
de la medicina.
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