Por Andrea De Pascalis
El problema habitacional, siempre presente en la ciudad, volvió
a tomar relevancia las últimas semanas con el pronunciamiento
del intendente Martín Farizano, quien a través de un
proyecto de ordenanza manifestó la necesidad de que se declare
la emergencia habitacional en la capital provincial.
El posicionamiento del jefe comunal marcó una postura clara
frente a uno de los problemas más importantes que tiene la
capital y que hasta el momento, más allá de los convenios
firmados, no había sido puesta en escena con firmeza.
Dijo que será imperioso dar respuesta a la necesidad de que
más de 14 mil familias neuquinas encuentren una solución
concreta a sus problemas de vivienda y que hay terminar con la ocupación
ilegal de tierras que genera conflictos en la sociedad.
Y para esto pidió flexibilidad en las normas, para trabajar
con más soltura y planificar para que el crecimiento de la
población sea más ordenado y que el acceso a una vivienda
digna se convierta en una realidad y no en meras declaraciones.
La postura de Farizano marcó una visión realista de
la situación y tuvo inmediatamente respuesta desde diferentes
sectores. Desde el Concejo Deliberante fue vista con buenos ojos,
aunque se advirtió que el proyecto seguramente tendrá
observaciones y se sumarán propuestas.
En el bloque de la oposición se escuchó decir que la
propuesta presentada era muy similar al que había puesto a
consideración el ex edil por Libres del Sur Jorge Salaburu
hace más de un año atrás, pero después
no hubo demasiadas objeciones.
Los ediles de UNE fueron los que inmediatamente dieron a conocer un
proyecto relacionado al tema y propusieron que se trabaje en una norma
que establezca un control en los alquileres, que la emergencia habitacional
se debe declarar en todo Neuquén y que el Municipio debería
invertir el dinero que le debe el Gobierno provincial por las tierras
de la nueva Legislatura, en un fondo destinado a la regularización
de las tomas.
El anuncio de Farizano tomó fuerza días más tarde
en la presentación, por parte del Colegio de Arquitectos, del
modelo de urbanización de la Meseta que pretende transformar
en barrio las 600 hectáreas de tierras que tiene la comuna
en ese sector y que en una primer tramo trabajará sobre la
urbanización de la cuenca Batilana que dará la solución
a 250 familias, por el momento, una de las únicas posibilidades
que tendrá la clase media de ser dueña de sus casas
con mayores facilidades.
Esta propuesta fue ratificada por el intendente y apoyada por todos
los gremios involucrados en el Foro de Urbanización de la Meseta,
quienes aplaudieron la decisión del jefe comunal, y se mostraron
conformes.
En toda esta marea de anuncios el subsecretario de Vivienda y Tierras
Fiscales, Carlos Di Camillo, quien es la cara visible de todos los
conflictos generados por la falta de vivienda en la ciudad, fue cuestionado
desde el bloque de UNE del Deliberante capitalino, quien a través
de la edil Alejandra Barragán le pidió la renuncia.
Farizano fue claro: “me cansé de decir que a los funcionarios
los pongo y los saco yo”.
Así las cosas, con el pronunciamiento de Farizano sobre la
necesidad de declarar a la capital en emergencia habitacional se puso
de manifiesto una realidad que es evidente en la ciudad desde hace
mucho tiempo y que necesita de protagonistas que se hagan cargo de
la situación para que los hechos comiencen a revertirse.
Que el intendente capitalino se haya pronunciado a favor de la emergencia
habitacional marca un rumbo de posibles soluciones. Sin embargo la
tarea no es fácil, la necesidad de respuesta es urgente y empezar
a concretar las palabras y frases en hechos concretos será
el desafío del intendente en estos próximos cuatro años.
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