Por Adriano Calalesina
A pesar de que en el plano nacional el voto del vicepresidente Julio
Cobos -en contra del proyecto oficial de bajar las retenciones a los
sojeros- generó una inminente ruptura en la Concertación
Plural, en Centenario el tema pasó inadvertido.
Ni los peronistas, que tienen mayoría en el Gabinete del intendente
Javier Bertoldi, ni el sector minoritario de radicales K salieron
a «aclarar» o «apoyar» tanto las posturas
a favor o en contra, luego del revés para el kirchnerismo en
el Senado.
El silencio no es casual y está relacionado con el tipo de
coalición política que gobierna en esta localidad, y
que poca semejanza tiene con la instalada en el país. Es más
bien un programa con fines específicos –con distribución
de cargos por fuerza política y militancia- para evitar que
el Movimiento Popular Neuquino (MPN) retorne al poder municipal.
Pero la coalición en esta localidad tiene una historia precursora
y más extensa que la compuesta por el mal llamado proyecto
de «horizontalidad» impulsado por los Kirchner. Una historia
con fracasos en el pasado reciente y de éxitos actuales, además
de un futuro que aún es incierto.
En el 2003 el actual presidente del Concejo Deliberante, el ultrakirchnerista
Oscar Nahuel, y el vicepresidente Daniel Egea (siempre considerado
un «perro verde» dentro del radicalismo neuquino) sellaron
una fórmula para gobernar Centenario, con otras fuerzas políticas
como el MID, más allá de las evidentes diferencias metodológicas
y de doctrina partidaria que hoy brotan con fuerza a la luz de todos.
El resto de las fuerzas opositoras al partido provincial –hoy
sólo algunas integran el grupo de bertoldistas- no acompañó
ese proceso, o al menos lo hicieron pero en boletas separadas.
El resultado fue trágico: en ese entonces el MPN ganó
ampliamente las elecciones (logró meter históricamente
cinco concejales con unos 5.800 votos y la coalición superó
los 4.200), a pesar de una «buena campaña» realizada
por del hoy referente kirchnerista Nahuel que se bajó de la
banca de edil tras la derrota. Egea, en cambio, logró ingresar
al Deliberante con casi 1.000 votos, peleando cada sufragio.
Dos años más tarde, en 2005, Nahuel llegó a la
Convención Constituyente por el Frente para la Victoria, a
pesar de haber perdido esas elecciones con el ex intendente Adrián
Cerda y con Libres del Sur; la derrota fue fatal para el justicialista,
ya que en el 2007 resignó sus aspiraciones para presentarse
otra vez como candidato a intendente aunque logró presidir
el cuerpo deliberativo. En su lugar el PJ tuvo que reemplazar su figura
por la del ingeniero Javier Bertoldi, una persona «no política»
que gozaba (y todavía) de cierto prestigio entre el sector
conservador y tradicional (o «chacarero») de Centenario,
que por cierto siempre estuvo más cerca del radicalismo y de
las huestes del MPN que del propio partido de Juan Domingo Perón.
Lo cierto es que a esta altura se piensa que poner el dedo en la llaga
del antagonismo histórico atenta contra la gobernabilidad de
Bertoldi. En todo caso, le será más productivo al intendente
dar vuelta la página y «trabajar por la ciudad»
que empantanarse en debates circulares que no conducirán al
progreso real de Centenario. |