Por Pablo Montanaro
Neuquén > La crisis del campo y los límites
a un modelo industrial con inclusión social en la Argentina
de hoy fueron los puntos salientes de la conferencia brindada en esta
capital por Martin Schorr, magíster en Sociología Económica
de la Universidad Nacional de General San Martín, investigador
del Área de Economía y Tecnología de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y miembro del proyecto
«Privatización y regulación en la economía
argentina» del Conicet.
Entre sus obras se destacan “El oligopolio telefónico
frente a la liberalización del mercado. De la privatización
de ENTEL a la conformación de los grupos multimedia”,
“Más allá del pensamiento único. Hacia
una renovación de las ideas en América Latina y el Caribe”,
“Empleo y salarios en la Argentina. Una visión de largo
plazo”.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, Martín
Schorr sostuvo que las retenciones móviles a las exportaciones
agropecuarias son “una medida justa y equitativa” que
ha demostrado “la típica oposición de sectores
exportadores a la intervención del Estado” y además
“puso en evidencia la debilidad del proyecto económico
y político” del gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner.
Schorr aclaró que tanto el gobierno del ex presidente Néstor
Kirchner como el de su esposa “han hecho mucho por el sector
exportador del agro como así también en el petróleo
y minería pero muy poco para cambiar el perfil de especialización
industrial del país”.
Usted sostiene que el actual conflicto entre el campo y el
Gobierno trasciende la discusión sobre retenciones sí
o retenciones no.
Así es. El actual es un escenario que muestra que el modelo
post convertibilidad posee muchas fisuras y que se ha reposado en
gran medida en los sectores exportadores. Por lo tanto cualquier planteo
alternativo que suponga confrontar con los factores de poder económico
como son los exportadores se ve limitado en el plano político
institucional por la escasa base social y política que respalda
una ausencia de estrategia de industrialización o reindustrialización.
¿Está el país en vísperas de
una recesión, tal como dejaron entrever algunos especialistas
en los últimos días?
No creo que estemos al borde de una recesión. Lo que sí
es evidente que la economía está entrando en un ajuste
y de la peor manera que es con una profunda crisis política.
Las economías regionales están totalmente paradas y
no solamente las ligadas al sector agropecuario tradicional como el
caso de las de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires sino que eso
se está reflejando en buena parte del país.
Teniendo en cuenta las consecuencias que ha generado y pueda
generar este conflicto, que hasta la fecha no parece tener solución,
¿Argentina podrá crecer en lo que resta del año?
Creo que sí porque está favorecido por el escenario
internacional que, a pesar de ciertas turbulencias, es absolutamente
promisorio para el país, no sólo a corto plazo sino
también en el mediano y largo plazo. El problema no es tanto
lo económico sino la crisis política que se ha evidenciado
a partir de esta crisis. El Gobierno se equivocó al no plantear
desde el inicio del conflicto que las retenciones se destinarían
al desarrollo de una red hospitalaria, al sistema educativo o para
mejorar la infraestructura de transporte. La actitud y postura que
ha tomado el gobierno nacional demuestra un estilo de gestión
y de ejecución de la política que le concedió
de manera gratuita a los sectores más liberales y de derecha
el argumento de que “la plata de las retenciones van a gastarla
para el tren bala”.
Desde hace años no se avizora en la Argentina un rumbo
en materia industrial, ¿qué importancia tiene el desarrollo
de la industria en el crecimiento de un país?
En primer lugar, la industria es sinónimo de empleo, es de
algún modo una posibilidad de mejora en la situación
de la clase trabajadora de los sectores populares. En segundo lugar,
y no por ello menor, es generar núcleos de acumulación
económica que puedan oponerse políticamente a los sectores
que en la actualidad manejan la ecuación económica del
país, ligados al procesamiento de recursos básicos.
El desarrollo de la industria no sólo es avanzar en dirección
a una mayor empleabilidad y mejor distribución del ingreso
sino también erosionar en parte el poder económico que
han acumulado otros sectores.
¿Existen posibilidades de reconstrucción de
un modelo industrial que beneficie a todos?
Creo que esa posibilidad la hemos perdido. A mi entender el momento
indicado para discutirlo hubiera sido cuando salimos de la convertibilidad.
Considero que en ese tiempo hubo mucha debilidad desde la dirigencia
política, empresarial y de los sectores populares. Ahora entramos
en una nueva fase del ciclo donde el modelo muestra fisuras agravado
por la coyuntura de la crisis política desatada desde hace
más de cien días.
El crecimiento de la actividad económica y la disminución
en el índice de desocupación que exhibe el gobierno
nacional no se ha visto acompañada por un incremento del salario
real.
Si algo no pudo resolver el nuevo patrón de crecimiento es
el de la regresividad distributiva. El salario en la Argentina actual
está en niveles apenas superiores al que se registraba en el
2001, que por cierto era muy bajo. En la actualidad los denominados
trabajadores pobres son aquellas personas que perciben un ingreso
por debajo de la línea de pobreza.
Si hay algo que pone límite al mejoramiento de la clase trabajadora
es el perfil de especialización con el que cuenta la Argentina.
El campo, el petróleo y la minería son sectores que
pueden generar divisas pero generan muy poco empleo.
¿Qué incidencias puede tener el tipo de cambio
de mantenerse en niveles bajos como el que registra en las últimas
semanas?
El tipo de cambio y la inflación, que las estadísticas
oficiales ocultan la real, son un problema porque desde el año
pasado la industria argentina es deficitaria en cuanto a comercio
exterior. La industria argentina importa más de lo que exporta
y si además se tiene un dólar que se está achicando
en cuanto a su distancia con el peso hay una pérdida de competitividad
importante. Es un escenario complicado para una de las bases de sustentación
de este modelo que son algunos sectores industriales.
De no encontrarse en breve una solución a este conflicto,
¿qué sucederá con los precios de los alimentos?
El desabastecimiento y el boom de la soja que generó una merma
en la producción de muchos productos provocará un alza
de precios. Cada escalón que se sube en materia de inflación
después es imposible bajarlo. El escenario se complica aún
más, producto de tener una economía tan concentrada
y oligopólica donde son pocos actores los que determinan los
precios. Por lo tanto es difícil que pueda resolverse el tema
de la inflación.
¿Lo que está sucediendo en la Argentina incide
en los otros países de la región?
A ningún país de Latinoamérica le conviene que
la Argentina entre en una recesión ni mucho menos. Esto demuestra
la distancia de un proyecto político respecto de Brasil con
las capacidades estatales que no ha logrado desmantelar el neoliberalismo,
incluso de Bolivia donde hay una apuesta fuerte por armar una base
social que le permita tener un poco de espalda para enfrentar a los
factores de poder establecidos. Desde la perspectiva regional, Argentina
tendría que estudiar los casos de estos países porque
lo que está pasando en nuestro país no es un problema
estrictamente económico sino una crisis política muy
fuerte.
|