«El conflicto entre el Gobierno
nacional y el campo es lamentable»

 
 
En diálogo con La Mañana de Neuquén, el economista Raúl Cuello, ex titular de la DGI y profesor de la UBA, indaga ambos conflictos y ofrece su visión respecto de cómo encarar el control de la inflación y de las graves consecuencias que traerá para la economía del país la protesta del agro.
El ex titular de la DGI, Raúl Cuello, analiza el aumento de precios y el enfrentamiento entre el campo y la administración de Cristina Kirchner, temas que protagonizan la coyuntura económica argentina.

Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
 

Por Laura E. Rotundo

En primer lugar, me gustaría saber cómo observa el funcionamiento de las principales variables económicas en Argentina…
Con mucha preocupación porque si uno pudiera resumirlas en un concepto, le diría que están lo suficientemente desequilibradas como para dar lugar a un proceso inflacionario muy preocupante.
Sobre todo porque las autoridades niegan la existencia de este fenómeno, a pesar de que existen manifestaciones tan visibles como los ajustes salariales que le mandan las organizaciones sindicales o los que practican algunos sectores de la comunidad, como respuesta a la pérdida de ingreso que vienen exteriorizando.
Por ejemplo, el caso del incremento en los colegios privados y de los taxis (en la Capital Federal) revela que hay una asimetría muy grande entre los datos que refleja el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de la evolución de los precios y la realidad que enfrentan diariamente los consumidores.
Esto es ciertamente peligroso porque inhibe al Gobierno de plantear una política antiinflacionaria, que ponga límite a un proceso que ya puede proyectarse que está ubicado en torno al 25 por ciento anual y creciendo.

¿Cómo debería entonces el recientemente designado Ministro de Economía, Carlos Fernández, encarar el control de la inflación?
Este tema es de manual de textos. Ya está planteado en las ciencias económicas cómo ante cualquier riesgo de inflación, la política económica tiene que poner en marcha los mecanismos idóneos para resolverla.
En primer término, es necesario el reconocimiento de que la inflación es un fenómeno inicialmente monetario pero que una vez que está presente pone en marcha lo que se denomina “puja distributiva”, es decir, la resistencia de los distintos sectores para perder ingresos, por lo cual empiezan a luchar unos contra otros para apropiarse de una parte de la renta.
Dentro de estos mecanismos monetarios naturalmente ocupan un lugar central las tasas de interés. Uno no puede tener funcionando un sistema económico donde la retribución a los ahorristas, por los depósitos en los bancos esté debajo de la tasa de inflación porque si es así está obligándolos a que saquen sus fondos, aumenten la demanda de ciertos activos -como por ejemplo, de divisas extranjeras- como para ponerse a cubierto de la inflación.
La otra herramienta es el reconocimiento de que siendo la inflación, producto de un exceso de demanda sobre la oferta en la economía, el gasto público tiene que ser reducido sí o sí. No puede pretenderse tener estabilidad de precios, al tiempo que los gastos están creciendo en el entorno del 40 por ciento en la comparación anual.
La respuesta a este conflicto tiene que venir por el lado de los mecanismos monetarios fiscales, al igual que ocurre en otras partes del mundo donde tiene tasas de interés de entre 3 y 4 por ciento y Argentina se niega a reconocer una inflación que está en el orden del 25 por ciento.

¿Y por qué cree entonces que el Gobierno se niega a esto?
Porque insiste en sostener que “se va a enfriar la economía” y esto sólo sucederá en la medida en que el Gobierno no quiera que la inflación crezca, básicamente porque la pérdida de ingresos reales lo que hace luego es disminuir la demanda real dentro del sistema.

Algunos economistas señalan que podría acercarse el final de esta bonanza económica que la Argentina vivió durante los últimos años. ¿Usted qué cree?
Si por bonanza económica seguimos pensando en términos de crecimiento del 8 por ciento, entonces sí. Argentina no está en condiciones, con la tasa de inversión que la caracteriza, en tener una tasa de crecimiento de esta magnitud.
China que es un país que crece a tasas excepcionales, invierte el 40 por ciento de su producto. Argentina, está invirtiendo entre el 22 y 23 por ciento. De manera que, lo que se puede tener como un indicador de éxito en Argentina como tasa de crecimiento de largo plazo, yo diría que tendría que oscilar entre el 5 y 6 por ciento y estaríamos ya en una situación excepcional, sobre todo porque el escenario internacional no favorece.
Olvidemos y dejemos como una cuestión del pasado esas tasas del 8 por ciento que se dieron a favor por el hecho de que Argentina salió de una crisis y siempre que se sale de una crisis, hay un rebote muy fuerte hacia arriba pero los efectos de esta salida, ya pasaron.

¿Cree viable que baje un poco el tipo de cambio?
El tipo de cambio nominal está subiendo. De 3,18 pesos ya se ubica en 3,21. Pero el tipo de cambio real está bajando, sencillamente porque el primero no aumenta en la misma medida que sí se incrementa el nivel de precios, con lo cual se está produciendo de suerte de pérdida de competitividad.
De esto es resultado la susceptibilidad de algún sector de la economía, como el industrial, para presionar sobre un aumento del tipo nominal de cambio y también la resistencia de los productores agropecuarios a seguir discutiendo por un nivel de retenciones muy altos porque le quita rentabilidad. La estructura de costos interna está subiendo muy fuertemente, el tipo de cambio está fijo y los reintegros aumentan… así que también hay pérdida de ganancias y de competitividad.
Yendo a un tema más estructural y pendiente en la economía argentina… ¿qué cambios cree que deberían hacerse en materia impositiva?
El primero y fundamental es lograr que el país se de una ley de coparticipación federal que debió haberse ya concretado por disposiciones constitucionales en el año 1996.
La ley que existe actualmente no contempla las relaciones potenciales de fuerza política entre las provincias y la Nación y esto hace que en general el sistema tienda a equilibrarse por medio de transferencias arbitrarias hechas por el Gobierno central a los distintos distritos, según el grado de actividad política que tengan los gobernadores con el Presidente de la Nación.
Hace tiempo que hemos perdido este equilibrio y tenemos que volver a recuperarlo.

¿Qué opinión le merece el conflicto entre el Gobierno y el Campo?
Es lamentable. En cualquier parte del mundo, y también en Argentina, el agro es signo social de la Nación. Las raíces de nuestra cultura están en el campo y considerar a este sector simplemente como una ecuación dentro de una fórmula económica, me parece que es un gran error.
Yo creo que la protesta que está exteriorizando el agro es la consecuencia de un sin número de desaciertos que se ubican antes de la resolución sobre las retenciones del pasado 11 de marzo.
De ahí, la situación deteriorada que hay en economías regionales, como en la ganadería y la lechería particularmente, sin dejar de mencionar además a los recursos no renovables como el gas y el petróleo. Como consecuencia de una desacertada política en materia de precios, nosotros nos enfrentamos a serias limitaciones en la oferta de todos los productos que mencionamos.
En el campo en particular, creo que la protesta podría sintetizarse en la rebelión de contribuyentes que están en el interior del país a seguir aceptando una política impositiva que carece de los atributos que debería tener: equidad, proporcionalidad y sobre todo justicia.
Debemos destacar que en muchos países se produjeron cambios políticos importantes, justamente por no contemplar estas realidades. En última instancia, el impuesto al cheque en Estados Unidos es el que justificó el advenimiento de la democracia en la colonia inglesa de aquel tiempo.

¿Cree que está cerca la solución de este enfrentamiento?
Yo quiero creer que sí porque a medida que va transcurriendo el tiempo, de igual modo a una piedra que se tira en el estanque, los círculos concéntricos a partir de la protesta del agro, están alcanzando a la industria, a las finanzas y a todos los servicios.
Finalmente, creo que va a alcanzar al corazón del sistema que es el Estado, que se va a ver privado de recursos para seguir sosteniendo su gasto público. Si fuera una cuestión simplemente concentrada en el sector agropecuario, sería algo circunstancial pero no hay que olvidar que con la actitud que ha tomado el agro, está bajando el nivel de exportaciones y de demanda en todo el país de cualquiera de los productos que compra el productor, ya sea como consumidor o empresario.
Esto va a tener efectos muy graves para la economía de la República Argentina, en la medida que el conflicto no se solucione rápidamente.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 
 
 



Min.: 3°c
Máx.:
13°c
Cielo nublado. Vientos leves a moderados del sector norte.
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos