El 8D: por el cambio climático

 
 
«Se estima que las poblaciones humanas tengan que hacer frente a más inundaciones y olas de calor. Las olas de frío serán menos significativas y la extensión geográfica de
las enfermedades
infecciosas aumentaría».
En quince días, agrupaciones no gubernamentales de todo el planeta enviarán un mensaje a los líderes mundiales por el preocupante fenómeno.

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Por laura rotundo

Faltan apenas 15 días para que organizaciones no gubernamentales de todo el mundo realicen manifestaciones para solicitar -el próximo 8 de diciembre- a los líderes mundiales que tomen medidas urgentes contra el cambio climático.
Aquí un informe especial sobre los riesgos que encierra este fenómeno.
Según distintas enciclopedias, se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones y nubosidad, entre otros.
Son debidos a causas naturales y, en los últimos siglos, también a la acción de la humanidad.
El término suele usarse, de forma poco apropiada, para hacer referencia tan sólo a los cambios climáticos que suceden en la actualidad, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global.
Sin embargo, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático utiliza este término sólo para referirse al cambio por causas humanas: “Por cambio climático se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.
El Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos (IPCC) sobre el Cambio Climático realizado en 2007 arroja un consenso científico sobre el tema.
Respecto de cuáles serán las principales modificaciones en el futuro, los profesionales opinan que para el nuevo siglo, si no se produce ningún cambio político específico, aumentaría la temperatura global media de 1,4 a 5,8°C; disminuiría aún más la superficie emergida del hemisferio Norte y aumentaría la capa de hielo del Océano Antártico; el nivel del mar se incrementaría de 9 a 88 centímetros e incluso se registraría un aumento de algunos fenómenos meteorológicos extremos.
Este mismo estudio revela que se espera que los cambios previstos en el clima tengan efectos positivos y negativos sobre los recursos de agua, la agricultura, los ecosistemas naturales y la salud humana. Cuanto más importantes sean los cambios climáticos, más significativos serán los efectos negativos.
Por ejemplo, algunas producciones agrícolas y forestales podrían beneficiarse de un pequeño cambio climático. Sin embargo, para muchos otros sistemas naturales, los efectos negativos podrían ser devastadores, sobre todo si la temperatura supera ciertos valores.
También se estima que las poblaciones humanas tengan que hacer frente a más inundaciones y olas de calor, si bien las olas de frío serán menos significativas. La extensión geográfica de las enfermedades infecciosas aumentaría.

Un acuerdo que invade intereses
El Protocolo de Kyoto es un acuerdo jurídicamente vinculante que busca reducir en un 5,2 por ciento la emisión de los gases anhídrido carbónico, dióxido de carbono, metano, perfluorocarbono, hidrofluorocarbono, óxido nitroso y hexafluoruro sulfúrico, que contaminan la atmósfera y causan el efecto invernadero, aumentan la temperatura y destruyen la capa de ozono del planeta.
Las disposiciones del protocolo citado indican que Estados Unidos debe reducir en un siete por ciento sus emisiones de gases contaminantes, especialmente de dióxido de carbono.
EEUU y otros países que rechazan este acuerdo argumentan que sumarse a él establecería significativas limitaciones sobre el crecimiento económico de sus territorios.

El reclamo de las ONG’s
Greenpeace es una de las entidades que exige a los líderes mundiales que definan e implementen estrategias para combatir los fenómenos descritos anteriormente.
Tanto es así, que en abril del corriente año difundió globalmente 40 medidas prácticas contra el cambio climático, como por ejemplo: tapar las cacerolas al cocinar, consumir menos carne (por el elevado volumen de recursos y la emisión de metano que supone), apagar completamente televisores, vídeos o PC cuando no se utilicen, evitar derroches innecesarios y usar la energía de forma más racional y eficiente, contribuyendo directamente a la reducción de emisiones de CO2.
Por su parte, desde la ONG Save the Children señalan que los desastres derivados del cambio climático, que abarcan desde sequías a lluvias torrenciales, provocarán que en 2010 haya en todo el mundo 50 millones de desplazados medioambientales y que la mayoría de ellos serán mujeres y niños.
A pesar de todos estos datos que se difunden en todo el mundo, algunas personas todavía cuestionan la propia existencia del fenómeno. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush utilizó, como uno de sus argumentos para rechazar el Protocolo de Kioto (del cual se retiró en 2001), que la ciencia aún no ha demostrado la influencia humana en el calentamiento global.
Científicos británicos, en un artículo publicado en la revista Science del 15 de diciembre de 2000, demostraron por primera vez que el aumento de temperatura global ocurrido en las últimas décadas ha sido causado por las actividades humanas, principalmente a través del uso de combustibles fósiles y de la deforestación.

¿Cómo revertir la realidad?
El Ingeniero Agrónomo Daniel Martino indica que “la solución definitiva para el calentamiento global pasa inexorablemente por la sustitución de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) por fuentes renovables de energía.
El crecimiento económico de los países subdesarrollados deberá basarse en el uso de energía limpia”.
Desde Greenpeace también sostienen que “las empresas, los gobiernos y los individuos deben comenzar a incorporar progresivamente soluciones energéticas sustentables limpias y a eliminar paulatinamente los combustibles fósiles. Se debe invertir más en materia de energía renovable, especialmente en las economías en vías de desarrollo, y de esta manera reemplazar la actual explotación de combustibles fósiles a gran escala”.

Fuentes: Greenpeace - Ecoportal - ONU - Secretaría de Medio
Ambiente de la Nación

 

 


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