25 Juegos, mil historias: los inicios

Comienzan a tomar forma

 
 
Tras el renacimiento en Atenas 1896, los Juegos Olímpicos debieron aprender de sus errores para crecer a la par del nuevo siglo. Y llegaron a su mejor versión antes de la interrupción por la 1ª Guerra Mundial.


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  En Londres 1908, nacería la primera leyenda de la competencia:
el italiano Dorando Pietri.

Neuquén > Tras el fracaso organizativo francés que lastimó el orgullo del barón Pierre de Coubertain, padre de los Juegos Olímpicos de la era moderna, Estados Unidos se encargó de darle otro golpe a la naciente competencia. Racismo y desinterés relegaron el crecimiento de la contienda deportiva que empezaba a captar adeptos y perseguía la universalidad que en poco tiempo ganaría.
La tercera edición, en Londres 1908, generó nuevos aires. Aunque para ser sede, Inglaterra debió esperar, ya que inicialmente el Comité Olímpico había elegido a Roma. Pero meses antes, el 7 de abril de 1907, Italia sufrió la furia del volcán Vesubio y los fondos previstos fueron destinados a la devastada ciudad de Nápoles.
Londres, que recibía la Exposición Franco-Británica, fue designada como reemplazante. Participaron 2.035 atletas (36 mujeres) de 22 países, compitiendo en 21 deportes y 110 especialidades. Todos disfrutaron del estadio White City, construido para la ocasión.
Pero esos Juegos fueron además el origen de la primera gran leyenda olímpica, la del italiano Dorando Pietri. Ayudante en una fábrica de confección en Carpi, provincia de Módena, Pietri corrió por primera vez con su ropa de trabajo. En poco tiempo sería el mejor de su país en pruebas de distancia y se preparó para ganar el oro en Londres en el maratón, que tenía un total de 42,195 km (medida oficial a partir de 1921).
A 10 km del final, Pietri estaba 4 minutos detrás del sudafricano Charles Hefferon, quien sufrió una crisis que empujó al italiano a darle caza. Lo hizo en el km 39, hasta que al ingresar al estadio con gran ventaja, la fatiga y la deshidratación lo golpearon a él. Le faltaban 350 metros sobre la pista, pero se equivocó de dirección y cuando los jueces lo ayudaron se cayó por primera vez ante 75.000 atónitos espectadores.
Tuvo otros cuatro caídas, siempre ayudado por los jueces a levantarse, para completar ese recorrido en 10 minutos dramáticos. Segundo fue el norteamericano Johnny Hayes, que protestó y fue proclamado ganador. Aunque Pietri cosecharía luego más popularidad y triunfos que compensaron en parte la medalla perdida.

Sin medallas por 70 dólares al mes

Neuquén > Berlín 1916 no se llevó a cabo por la I Guerra Mundial. Igual, no hubiese podido estar la estrella de Estocolmo 1912, el estadounidense «Jim» Thorpe. Nacido bajo el nombre de Wha-Tho-Huk (sendero luminoso, en su lengua indígena), luego bautizado Jacobus Franciscus, «Jim» consiguió en Suecia la medalla de oro en pentatlón (salto en largo, jabalina, 200 mts, disco y 1.500 mts) y en decatlón. En la final de salto en alto fue 4º y en largo 7º .
Pero era un atleta completo, tanto que jugaba lacrosse, básquet, fútbol americano y beisbol. En este último deporte llegó a cobrar unos 70 dólares mensuales antes de los Juegos, y cuando se conoció el dato fue despojado de sus medallas. Entonces dejó el atletismo, fichó por los New York Giants, fue nombrado primer presidente de la naciente Asociación Americana de Fútbol Profesional (hoy NFL), e intregra el salón de la fama del que fue uno de sus fundadores.

El parricidio

París 1900: Pierre de Coubertin llevó los Juegos a Francia, pero se hicieron en medio de la Exposición Universal, duraron 5 meses y son considerados los peores de la historia. Hubo 1325 atletas de 16 países y se sumaron 11 mujeres.

Made in usa

St. Louis 1904: Theodore Roosevelt escogió una ciudad sureña de Estados Undios y la segregación racial copó los Juegos, con las increíbles «Jornadas Antropológicas». Sólo 64 deportitas europeos se colaron en el amplio dominio local.

Casa propia

Londres 1908: Con mejor organización, lastimada por los arbitrajes, y un flamante estadio olímpico para 68.000 personas, Inglaterra le dio impulso a los Juegos. Se instauró el desfile de las delegaciones por países.

Todo nuevo

Estocolmo 1912: Los suecos le dieron notable respaldo a cada competencia y debutaron con el cronómetro y el fotofinish.

 

 


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