La tragedia más grande que
vivió Estados Unidos dejó enormes interrogantes que
hacen dudar la seriedad del gobierno de Bush.
Los Ángeles (AFP) > Un estudio de Jeffrey
J. Connaughton publicado por The Boston Globe asegura que los primeros
días posteriores al 11 de septiembre de 2001, los aeropuertos
estaban cerrados prohibiendo que ciudadanos americanos entraran a
su propio país, los parientes de Bin Laden podían salir.
El Departamento de Justicia y el inspector general del FBI no investigan
por qué estas «personas de interés» estuvieron
autorizadas a salir del país sin haber sido interrogadas.
De ser ciertas estas afirmaciones, surgen de ellas un manojo de preguntas:
¿A quién llamaron los sauditas para que el gobierno
aprobara los vuelos? ¿Quién en el gobierno coordinó
las autorizaciones para los vuelos? ¿Recibió el FBI
informaciones de la Casa Blanca sobre la urgencia de permitir a estos
individuos abandonar el país? ¿Expresaron los responsables
del Departamento de Justicia objeciones con respecto a estas decisiones?
¿Contactaron algunos americanos con el gobierno de los EE.UU.
para acelerar las autorizaciones de los vuelos?
Después de los ataques, cientos de árabes fueron encarcelados
durante meses sin acceso a los abogados. El Departamento de Justicia
reconoció que ni siquiera los Tribunales Federales están
en condiciones de obligar constitucionalmente a alguien a testificar
cuando ha sido declarado unilateralmente «enemigo combatiente».
Los responsables del FBI afirman que sus agentes interrogaron a los
parientes de Bin Laden antes de que la Casa Blanca autorizada su salida
del país. Pero Dale Watson, ex jefe del contraterrorismo del
FBI, dijo que los sauditas que abandonaron el país «no
fueron sometidos a entrevistas o interrogatorios serios.»
El ex Secretario de Estado, Colin Powell, admitió que los vuelos
habían sido «coordinados por el gobierno», pero
no ofreció detalles sobre el compromiso del FBI. Por el otro
lado, el Vicepresidente Cheney dijo no tener conocimiento de los vuelos,
«pero un gran número de gente de esta parte del mundo
abandonó el país poco después del 11-S porque
estaba preocupada por la reacción del público aquí
en los EE.UU. o que podrían ser discriminados.»
Si los vuelos de los sauditas después del 11-S hubieran sido
autorizados durante el gobierno de Clinton, republicanos y demócratas
habrían estado furiosos y habrían exigido una investigación
parlamentaria. Algunos republicanos hubieran hecho lo imposible para
acusar a Clinton de traición.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 cambiaron al país.
Todavía, se necesitan herramientas necesarias para combatir
con eficacia al terrorismo. Pero el silencio por parte de la administración
Bush sobre estos vuelos de los sauditas son suficientes.
Los aviones
Todavía persisten dudas sobre las circunstancias que rodearon
los atentados contra las Torres Gemelas. Estudiosos y observadores
del caso observaron unas formas o manchas que se observan en el fuselaje
del avión que se estrelló contra la Torre sur del World
Trade Center.
La empresa Boeing nunca dio respuesta a esta inquietud aludiendo motivos
de seguridad nacional. Mientras que los estudiosos sostienen que del
tramo final del vuelo 175 de United Airlines se aprecian tres formas
extrañas que los técnicos aeronáuticos consultados
no saben cómo explicar. Otros especialistas consultados de
centros aeronáuticos europeos tampoco pueden dar respuesta
a esos brillos o formas que se observan en el avión secuestrado.
La reconstrucción de los hechos que precedieron al atentado
contra la segunda torre indican que los preparativos del vuelo de
United Airlines (UA-175) Boston-Los Ángeles, fueron de rutina.
Mientras que el Boeing-767-222-N612UA, abandonó el aeropuerto
Logan y a las 8.15 estaba en el aire.
A bordo, 56 pasajeros y cinco terroristas de Al Qaeda armados con
cortaplumas.
La aeronave hizo su ruta habitual hasta las 8.47 cuando, a la altura
del puente George Washington, que une manhattan norte con Nueva Jersey
(sobrevolando el río Hudson) realizó un viraje brusco
hacia la izquierda. Según trascendió los secuestradores
degollaron a las azafatas y coparon la cabina de mando. Doce minutos
después, impactó a las 9.03 contra la torre sur del
World Trade Center.
Minutos antes, a las 8.48, la torre norte había sido impactada
por un B-767 de American Airlines. Millones de personas en Estados
Unidos vieron detalles del incendio transmitido por televisión
y el momento en que la aeronave entraba en la torre sur, a 937 kilómetros
por hora, entre los pisos 78 y 84 provocando una explosión
mayor que la del choque del primer avión .
911
Hasta el momento son 911 las dudas planteadas por diversas teorías
que apoyan la tesis conspirativa. Existe la posibilidad de que el
gobierno norteamericano no pueda responderlas, y si puede responder
algunas no lo hace por no provocar mayor dolor sobre el recuerdo de
aquel fatídico día de 2001.
Teorías conspirativas antisemitas
La organización judía Liga Antidifamación denunció
que, cinco años después de los atentados del 11 de septiembre
de 2001 en Estados Unidos, persisten las teorías conspirativas
que atribuyen un papel a Israel o a los judíos en la comisión
de los ataques. «Las teorías conspirativas sobre la implicación
judía o de Israel siguen presentes en Internet, en libros y
videos que se han convertido en un elemento central del sistema de
creencias de los antisemitas y millones» de personas, afirma
la organización en un comunicado difundido en Nueva York, donde
tiene su sede.
Según la organización, tales teorías involucran
en distintos grados a miembros judíos de la administración
de George W. Bush, a los servicios secretos israelíes (Mossad)
o al gobierno de Tel Aviv.
De acuerdo con la conspiración denunciada, todos ellos habrían
tenido interés en que se perpetrasen los atentados porque el
nuevo escenario internacional creado tras los mismos les beneficiaría,
explica la Liga.
Complot de Al Qaeda «fracasó»
«El complot mortal de Al Qaeda contra Nueva York fracasó»,
sentenció el alcalde Michael Bloomberg, argumentando que la
ciudad se ha recuperado plenamente de los atentados del 11 de septiembre
de 2001 y es incluso «más fuerte».
«Nuestra recuperación demuestra que el complot mortal
de Al Qaeda contra la ciudad fracasó», dijo Bloomberg
en una reunión con la prensa extranjera en ocasión del
quinto aniversario de los atentados. «En vez de experimentar
el colapso económico que Al Qaeda había imaginado y
que muchos temieron, hoy somos más fuertes y estamos más
seguros de lo que nunca habíamos estado», agregó.
Como ejemplo de ello, el alcalde citó los 442 millones de dólares
de producto bruto para 2006 -»un nuevo récord»-,
los 42,7 millones de turistas en 2005 y un descenso del 22% en el
número de delitos respecto a esta misma época en 2001.
Pese a ello, Bloomberg sostuvo, comentando unos sondeos en los que
los neoyorquinos decían temer un nuevo atentado, que «es
normal que estemos ansiosos, por eso nos preparamos, por eso vamos
a la escuela y nos preocupamos por el futuro».
«Los números sobre crimen son más fácil
de medir que los terroristas. Sólo la historia mostrará
si uno estaba en el sitio correcto en el momento correcto. Hacemos
todo lo que se nos ocurre para mantener la ciudad segura, y hasta
ahora no ha habido más atentados», se felicitó.
Influencias de la red terrorista
Tras cinco años los ataques del 11 de septiembre 2001 en Estados
Unidos, Al Qaeda no goza ya del mismo apoyo que tenía en el
mundo musulmán, según un informe publicado por el instituto
londinense de relaciones internacionales Chatham House. Titulado «Al
Qaeda cinco años después: amenazas y desafíos»,
el informe subraya sin embargo que el papel de Al Qaeda en la escena
internacional resultó fortalecido por la reacción de
Estados Unidos y sus aliados a los ataques contra Nueva York y Washington.
La red terrorista de Osama Bin Laden ha influido en las políticas
occidentales hacia el mundo musulmán y favorecido el desarrollo
de un terrorismo interno en Europa, subraya el documento.
Al Qaeda ha ganado también la batalla de la propaganda al establecer
un vínculo entre el terrorismo y crisis regionales como la
guerra en Irak. «El principal triunfo de Al Qaeda ha sido poner
claramente sobre la mesa la relación directa entre las crisis
regionales y el terrorismo, pese a que los líderes políticos
siguen negando ese vínculo», explicó Maha Azzam.
«Cinco años después del 11 de septiembre, los
éxitos más importantes y significativos de Al Qaeda
tienen que ver con el mayor reconocimiento del vínculo entre
el terrorismo, las cuestiones regionales y las políticas extranjeras
de los gobiernos occidentales», insistió la experta.
Al Qaeda «ha obligado a los musulmanes y no musulmanes a decir
mucho más claramente que las políticas de los gobiernos
occidentales tienen consecuencias, entre ellas el terrorismo»,
agregó.
«Esto puede afectar y desafiar aún por largo tiempo a
quienes toman decisiones políticas», señaló.
|