El presidente Nicolas Sarkozy no cesa
de promover el uso de energía nuclear como lucha contra el cambio
climático. Ambientalistas se oponen. Paris
(Télam especial, Hernán Campaniello) > Una
fuga en la central nuclear de Tricastin Bollene (sur del país)
ocurrida el martes generó pánico entre los pobladores
de la zona y fuertes críticas de asociaciones que promueven
la salida definitiva de Francia de la energía nuclear.
Sin embargo, a contramano de los deseos de los ciudadanos, el presidente
Nicolas Sarkozy no escatima esfuerzo en que Francia, el principal
productor de energía nuclear para abastecer el mercado local,
importe sus conocimientos y reactores.
Las dudas y el temor es grande entre los franceses que aun recuerdan
el devastador paso por su territorio de la nube toxica luego del accidente
nuclear en Chernobyl (Ucrania) en 1986.
Una gran parte de la fuga del martes terminó en los ríos
de la región, el Gaffiere y el Auzon y pese a que el vertido
fue declarado en nivel 1 (en escala de 1 a 7), la CRIIRAD (Comisión
de Búsqueda y de información Independiente sobre la
Radioactividad) desmintió la versión oficial al sostener
que el accidente «es 100 veces superior al límite anual».
«El riesgo sanitario es efectivamente débil, pero este
accidente deja en claro que la repetición de este tipo de accidentes
muestra la degradación de las centrales», denunció
Corinne Castanier, presidente de la CRIIRAD en declaraciones radiales.
La federación Francia Naturaleza y Medio Ambiente se extrañó
de que ni el ministro de Energía ni la oposición socialista,
que durante los dos gobiernos de Francois Miterrand construyó
gran parte de las 19 centrales francesas, y los ecologistas Los Verdes,
no hayan reaccionado ante el hecho.
Esta es la primera vez que la central de Tricastin Bollene sufre un
accidente desde que fuera creada en 1975 y pese a que fueron activadas
todas las medidas de seguridad, en tres comunas pesa la prohibición
de beber agua, la irrigación agrícola y la pesca de
los dos afluentes cuyos cursos enfrían la central.
Con un escueto comunicado, se informó que «el uranio
natural todavía no había sido enriquecido y no presenta
peligro de irradiación, la contaminación será
indetectable, el uranio regresa a su estado natural al contacto con
el agua. No hay nada de anormal».
Este accidente tiene lugar días antes de la manifestación
anual organizada por la ONG Salir del Nuclear, que en esta oportunidad
se llevará a cabo en París con representantes de 13
países europeos.
Salir del Nuclear aprovechará además la ocasión
para protestar contra el proyecto de la Unión por el Mediterráneo,
que promueve Sarkozy y cuyos líderes se reunirán en
París entre el 13 y 14 de julio.
Durante su semestre al frente de la Unión Europea, Sarkozy
no cesa de promover el uso de energía nuclear como lucha contra
el cambio climático. Desde su asunción en junio de 2007,
el presidente francés se esfuerza en importar la energía
nuclear, por lo que ya firmó convenios con India, China, Libia,
Argelia, Marruecos y Túnez entre otros.
Calificado como lobista nuclear por la oposición alemana, Sarkozy
recibe críticas de la comunidad internacional por considerar
irresponsable de su parte la promoción de la energía
nuclear en momentos donde el mundo busca frenar el intento iraní
de dotarse de reactores para enriquecer uranio.
«El gobierno califica a la energía nuclear como energía
limpia. Sin embargo, los residuos radioactivos deben almacenarse por
un periodo indefinido, el potencial de contaminación radioactiva
es grande, como también el riesgo de accidentes o sabotajes»,
expreso la ONG Salir del Nuclear hoy mediante un comunicado. |