El exceso de peso es fomentado principalmente
por la mala alimentación y el sedentarismo que generan las actuales
condiciones de vida. Neuquén >
Sobrepeso y obesidad. La problemática se instaló en
la sociedad neuquina a la par de los nuevos hábitos que trajo
aparejado el ritmo de vida actual: sedentarismo y mala alimentación
confluyen en una mezcla gravemente nociva para la salud. Así
lo reflejan las estadísticas obtenidas a partir de una encuesta
realizada por ECO Consultores entre abril y mayo de este año.
La muestra poblacional que tomó como referencia a 300 habitantes
de la capital neuquina (desde los 18 años y más), determinó
que una de cada tres personas (30,8%) considera que sufre algún
nivel de sobrepeso u obesidad.
El estudio también arrojó que la franja etárea
que manifiesta estar mayoritariamente excedida, se ubica arriba de
los 50 años. La tendencia, según explicó la licenciada
en nutrición Daniela Ammann, es «lógica ya que
cuando se llega a una determinada edad existen múltiples factores
que contribuyen a que se genere cierto descontrol metabólico.
Pero no significa que sean los únicos en sufrir estos trastornos».
Para detectar el nivel de sobrepeso, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) estandarizó el uso de una fórmula
matemática que calcula rápidamente el exceso dividiendo
el peso en kilográmos por la altura al cuadrado (en metros).
(Ver recuadro).
El problema no se circunscribe a un determinado sector. La gordura
es un mal que afecta a todas las edades y sin distinción de
género. Aunque hay ciertos elementos metabólicos que
entran en juego al momento de considerar el nivel de riesgo.
Los datos arrojados por la Consultora indican que casi el 90 por ciento
de las personas, no se somete a ningún tipo de dieta para reducir
su ingesta calórica habitual.
Sin embargo, Ammann agregó que “existe una franja de
pacientes entre los 30 y 49 años que vienen en busca de algún
tratamiento, después de haber experimentado con infinidad de
dietas sin resultados óptimos o duraderos en el tiempo».
Está demostrado científicamente que el acortamiento
de la esperanza de vida tiene relación directa con el nivel
de obesidad. Si se tiene el 50 por ciento de sobrepeso, el riesgo
de muerte se duplica al cabo de 12 años y 5 veces más
si además se es diabético. Un hombre de 40 años
con elevado nivel de sobrepeso ve limitada su esperanza de vida en
una magnitud similar al consumo de tabaco. La OMS asegura que el exceso
de peso sobrecarga al corazón de trabajo, puede contribuir
a complicaciones cardiovasculares y aumenta el riesgo de enfermedades
como la diabetes (ver infografía).
También afirma que las consecuencias son más leves en
las mujeres. La obesidad a los 20 años en un hombre, reduce
la esperanza de vida en 13 años, mientras que la recorta en
8 años en una mujer. De acuerdo con los datos obtenidos por
ECO, en la ciudad, el mayor porcentaje de personas que considera tener
sobrepeso lo representa el sexo femenino (36%). Mientras que entre
los hombres, un 25% estima que sufre el mismo problema. Al igual que
ocurre con el consumo de tabaco, el exceso de peso en la juventud
limita significativamente la esperanza de vida, y cuanto más
joven es el individuo afectado, más se reduce la longevidad.
Para la OMS, no es extraño que los datos difieran entre sexos.
Se sabe, por ejemplo, que la grasa más común en las
mujeres (que se acumula alrededor de las caderas) implica un menor
riesgo cardiovascular que la típica de los hombres, que tiende
a concentrarse en el vientre.
Pero el sobrepeso-obesidad no sólo reduce la longevidad sino
que empeora considerablemente la calidad de la vida restante. Esto
último debe entenderse como los condicionantes que sufre el
obeso, tanto en el ámbito social, laboral, como familiar. Habitualmente
se les atribuye la culpa de su enfermedad, se cree que son obesos
por falta de continencia o por gula. Los últimos estudios sobre
el tema y la ley de obesidad sancionada recientemente en Argentina,
enmarcan el problema como una enfermedad metabólica multifactorial
en la que la voluntad del paciente nada tiene que ver. Es frecuente
que el obeso mórbido padezca alteraciones psiquiátricas
(depresión, falta de autoestima, tendencia al suicidio) producto
de su sobrepeso.
Fuente: Eco Consultores.
300 casos. Ciudad de Neuquén.
Dirección del proyecto: Fernando Miodosky.
Abril y Mayo 2008 |