“Creo que esta es la carencia
más importante que tiene Neuquén y que comparte con el
90 por ciento de las provincias”, expresó.
Neuquén
> El Ministerio de Desarrollo Territorial de la provincia,
con el acompañamiento técnico y financiero del Consejo
de Planificación y Acción para el Desarrollo, está
impulsando, desde comienzos de este año, un Plan de Ordenamiento
cuyos objetivos son la planificación integral del capital humano,
material y natural de cada localidad, en un marco de integración
y regionalización.
Fabio Quetglas - consultor independiente de organismos en el Banco
Mundial, asesor de ciudades y provincias en materia de planeamiento
y representante del Centro Federal de Inversiones (CFI) en el equipo
de trabajo que lleva adelante este plan – indicó que
“la carencia más importante que tiene Neuquén
y que comparte con el 90 por ciento de las provincias argentinas es
del tipo fiscal. En este sentido, la planificación no debe
transformarse en una forma organizada de frustración, debe
estructurar la acción del Estado y la articulación con
la sociedad civil, de tal manera de concretar acciones”.
Para el especialista, en lo que respecta a la implementación,
los recursos planificadores buscan la mejora de la competitividad
económica y de la calidad de vida. Por ello entiende que planificar
no es un fin en si mismo, sino que debe generar un entorno mejor para
los ciudadanos.
La capital bajo la lupa
“Los problemas de la Neuquén capital son centrales, por
muchos motivos, no solamente por el desorden, tiene cosas malas y
otras muy buenas. Entre las positivas, hay que decir que la ciudad
es claramente el centro nodal de servicios calificados de toda la
región”, manifestó.
El problema más importante, según relata Quetglas, es
la expansión territorial. “Se debe limitar de manera
urgente si no quiere transformarse en una mini San Pablo ingobernable.
Cuando tengamos el andamiaje del programa provincial hay que pensar
un capítulo especial para la ciudad por su impacto en el territorio
y, además, porque alberga al 40 porciento de los neuquinos”.
Quetglas indicó que “hay que trabajar fuertemente en
el acercamiento entre dos universos que están siempre bajo
sospecha recíproca, que son la burocracia estatal y la conducción
política. Unos consideran a otros transitorios, banales y corruptos
y los otros vagos. Debemos generar el diálogo entre ambos”.
En lo que respecta a los tiempos, “cuando la estructura esté
armada hay decisiones que tomar de manera inmediata, mas allá
de que las obras y los programas de actuación económica
se prolonguen en el tiempo. Es urgente que Neuquén no malgaste
el dinero de las regalías petroleras”.
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