Realmente trágicas. Así son las
respuestas del doctor Julio Cruciani, Juez en lo Penal Económico,
quien renunció el viernes a su cargo para dedicarse a la política
desde una agrupación vecinal de la Provincia de Buenos Aires,
con la que intentará llegar al Congreso de la Nación.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, este hombre
de 71 años habló sobre la grave crisis que sufre actualmente
el Poder Judicial y realizó polémicas declaraciones sobre
el mal desempeño de las instituciones, además de criticar
a ‘quienes se hacen llamar representantes’ del pueblo argentino.
En primer lugar, me gustaría saber cuál es
su opinión sobre el estado en el que se encuentra actualmente
la Justicia argentina...
La Justicia, como todas las instituciones de nuestro país,
está muy mal y está herida desde hace rato.
Pero… ¿qué iniciativas cree que deberían
impulsarse para rumbearnos hacia un orden jurídico en nuestro
país?
La iniciativa que propongo no es original de mi parte, siempre la
reitero: ¡Se debe empezar a cumplir con la Constitución!
En nuestro país nadie la respeta, teniendo en cuenta que la
Constitución no es un tema en la Facultad de Derecho. Es tan
o más importante que el salario para el hombre común,
porque es la única ley que le da poder a los que no tienen
poder.
Lógicamente... éste es el cambio indispensable
que debería darse para revertir la difícil situación
que atraviesa la Justicia y, en realidad, favorecería todos
los aspectos de la sociedad...
Exacto. Y los representantes nuestros deberían ser los diputados
y senadores.
Ellos deberían ser ‘realmente’ representantes del
pueblo, tendrían que estar inmaculados con la Constitución.
No deberían responder a corporaciones, ni a partidos, ni a
intereses ajenos a los que indican las leyes... que además
son intereses ajenos a su pueblo.
Los representantes deberían tomar conciencia de dónde
vienen y a dónde van.
Y en relación a la Corte Suprema... ¿cómo
observa su accionar?
Algunas cosas me gustan y otras no. Demuestro la disidencia lógica
que puede tener cualquier ser humano respecto a la Corte.
De todas maneras, es necesario resaltar que es mejor que la anterior.
Yendo a dos casos puntuales, que hicieron tanto ruido esta
semana y seguramente continuarán causando repercusiones…
¿qué opina del fallo que dejó en libertad a la
ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray y de la polémica
desatada por el caso Chabán?
Sobre la libertad de María Julia, hago el siguiente razonamiento:
o estuvo mal presa o estuvo mal largada. La verdad es que no hago
ninguna otra hipótesis.
Y de la causa del empresario de República de Cromagnon no puedo
hablar porque no soy el Juez que está a cargo. Solamente puedo
decir que… Omar Chabán, con el tiempo, se va a transformar
en un chabón (sic).
¿Qué diría sobre la relación -por
llamarlo de algún modo- que existe hoy entre la Justicia y
la sociedad?
Es un vínculo muy alejado y muy desconectado.
Es una crisis institucional delicada... no existe credibilidad del
ciudadano argentino hacia sus instituciones y sus autoridades.
Se ha llegado a un punto tal, que es un problema gravísimo
que el argentino no crea en nadie y en nada.
Y… es absolutamente lógica esta reacción
de la sociedad...
Claro que sí porque el argentino ha sufrido muchos veces distintos
desengaños. A la sociedad aquí se la defraudó
y se la estafó enormemente.
Insisto en decirle que los representantes -diputados y senadores-
no representan al pueblo y los ciudadanos siempre son el pato de la
boda.
Los argentinos ya no se llaman más compatriotras, ciudadanos
o argentinos; hoy son todos contribuyentes.
Por todas estas razones, el hombre común se ha alejado tanto
de la autoridad y de quienes se llaman representantes.
En su caso por ejemplo, ¿hay gente que le dice que
confía en su labor?
A mí sí me pasa. Hay personas que me felicitan, me abrazan
y me estimulan para continuar trabajando en medio de toda esta crisis
de credibilidad que existe entre los argentinos y la Justicia.
¡Incluso me dicen que tengo que ser Presidente! (risas…)
¿Y usted qué opina de eso? Ahora que se dedicará
a la política... ¿le gustaría?
¡A todos los que me dicen eso, les digo que son personas inteligentes!
Respecto a la inseguridad que se vive actualmente en la calle,
¿cuál es su visión?
Lamentablemente, la inseguridad que reina en nuestro país es
otro producto más de todo el aquelarre que le describí
anteriormente.
Además, existe la ‘no’ defensa del consumidor,
la expropiación de los ahorros de los -valga la redundancia-
ahorristas, el ‘no’ pago correspondiente de la jubilación
al anciano...
Falta educación, atención médica, hay inseguridad
y el Estado no cumple con su función… no obstante de
lo que recauda, porque lo único que anda bien en la Argentina
de hoy es la recaudación.
Pero, ¿está de acuerdo con el comentario que
tantas veces se oye y que expresa que nadie respeta las leyes porque
la gran mayoría de la gente observa que quienes cometen una
infracción no son castigados y entonces... cada uno hace lo
que quiere?
¿Sabe cuál es el gran problema de nuestro país?
Que acá se castigan las cosas chicas, los delitos menores.
Las cosas grandes no se castigan, no reciben ninguna pena y por eso
siguen sucediendo.
Por ejemplo, como Juez en lo Penal Económico... ¿qué
sucede en la República Argentina con los grandes evasores?
Es lamentable lo que pasa. Los grandes evasores están bien
y disfrutando. No reciben ningún tipo de castigo por cometer
el delito de evasión.
¿Y cómo se combate esto? ¿Cuáles
son los puntos fuertes y cuáles las debilidades de la Ley Antievasión
y de la legislación tributaria vigente?
Hay una carga impositiva que es realmente desmedida.
Si el asalariado tomara noción de que el Estado se queda con
el 80 por ciento de su sueldo, la gente pensaría de otra forma.
Si el Estado se quedara solamente con el 60 por ciento, que también
es un disparate, se duplicarían los sueldos sin transferirlo
a los precios.
¿Cómo observa la administración del
presidente Néstor Kirchner y particularmente, la gestión
del ministro de Justicia, Horacio Rosatti?
Como en todos los casos... tiene sus cosas buenas y sus aspectos negativos.
Hay algunas decisiones que me gustan y otras que no.
Toda escoba nueva barre bien niña... hay que ver con el tiempo,
qué es lo que sucede.
Acaba de presentar su renuncia como Juez en lo Penal Económico...
Así es. Me voy de la Justicia. Tengo 71 años y ya llevo
17 años de juez.
¿Y cuál es el balance?
La Justicia decayó mucho... como todo. Se vino abajo igual
que los hospitales, las escuelas.
Siempre realizó declaraciones muy polémicas
durante su profesión...
Cuando se llega a una edad como la que yo ya tengo, uno ya se encuentra
más allá del bien o del mal. Qué me importa lo
que van a decir sobre mí si dentro de poco, me van a estar
comiendo los gusanos.
Nunca tuve miedo durante mi desempeño como juez, pero sí
indignación e impotencia. Y tenga en cuenta que me amenazaron
muchas veces y, hace ya varios años, incluso atentaron contra
mi vida.
Por último... ¿Usted confía en la Justicia?
¡Qué pregunta me hace!
¿Sí o no?
Le tengo terror a la Justicia. Nada funciona en Argentina. Ojalá
usted conozca el país que yo conocí. Es incomprensible
lo que sucedió acá, inexplicable.
A pesar de todas las críticas y esta afirmación sobre
la Justicia que acaba de realizar, ¿es optimista?
No pierdo la fe en que las cosas pueden cambiar en mi país.
Confío mucho en la humanidad.
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