Por Georgina Gonzáles
Para mediados de este mes, se espera que unos 4000 evangélicos
participen de la primera fiesta provincial de la canción cristiana,
que se va a realizar en el Ruca Che.
Neuquén > Omar Castro habla con la misma
tranquilidad con la que transmite su mensaje de fe en cada uno de
los encuentros que mantiene cada semana. Sabe que así debe
hacerlo si quiere que quienes confían en él alcancen
lo que habían ido a buscar: paz para sus almas.
Castro es el pastor de la primera iglesia evangélica cuadrangular
de Neuquén. Con treinta años de carrera, iniciada en
Senillosa, en la actualidad es el director Nacional de Misiones y,
por este cargo, visitó Indonesia, Brasil, Uruguay y muchos
lugares más llevando la palabra de Dios con un evangelismo
transcultural.
Las iglesias evangélicas se multiplicaron en los últimos
años, tanto en la provincia como en todo el país. “La
gente busca respuestas y apoyo en un grupo que sea incondicional”,
comenta el Pastor. “Podría decirse que es un poco más
práctica, aunque en realidad pasa por cada una de las personas,
por su espíritu”, agrega.
¿Cuál es el alcance de la Iglesia Evangélica
en los últimos años?
Nuestra Iglesia cada vez se extiende más en todo el territorio
argentino, a partir de principios de los ‘80 y con el surgimiento
de un evangelista, que desarrolló un trabajo muy contundente
en el país, como es Carlos Anacondia, que es muy conocido mundialmente.
Para darte un ejemplo, en un encuentro en Córdoba, conducido
por este pastor, hubo más de 70 mil personas que se convirtieron
al evangelio.
En la región, hay iglesias evangélicas desde hace muchos
años, esto es por la afección que ha producido Chile,
por la cercanía y por el paso obligado.
Hay muchos misioneros que vinieron desde Chile y evangelizaron muy
fuerte en esta zona.
¿Pero las Iglesias evangélicas de la década
del ‘80 siguen igual hoy?
Con el avance del propio proceso, iglesias evangélicas que
estaban en una línea más tradicional y más que
nada en la última década, han entrado en un proceso
que podríamos definir de renovación, siempre dentro
del evangelio.
Esto les ha permitido que crezcan mucho más en la zona y sean
más notorias. Por ejemplo, la Iglesia Adventista del Centro,
la que está muy cerca de la Casa de Gobierno, es una Iglesia
que tiene mucha presencia en toda la ciudad.
Ese es uno de los muchos ejemplos, eso ha hecho que la iglesia se
haga más notoria, la Iglesia está logrando cumplir el
fin de su existencia. Éste es manifestarse, hacerse conocer
y afectar a toda la sociedad.
Una vez que uno está afectado, la Iglesia después llega
a tus compañeros de trabajo, a aquellos que te rodean, a tus
vecinos.
¿Y hasta donde afecta al individuo?
La Iglesia afecta a toda la sociedad, en todas las áreas, en
lo afectivo, en lo social, en la familia, en lo económico.
Que todos nosotros seamos evangélicos o no, podamos vivir bien,
ése es un principio de Dios.
¿En la provincia cuantas iglesias hay?
Hay unos cientos de Iglesias, no hay un número preciso, justamente
por su rápida proliferación.
En Neuquén ciudad, estimativamente podemos decir que deben
rondar en las trescientas.
¿Por qué entiende usted que hay más
acercamiento de la gente a las iglesias evangélicas?
Cuando uno observa a la gente que se va sumando a la iglesia, ve que
generalmente son personas que no tienen un problema pequeño,
sino cosas graves, vienen con casos terminales en todas las áreas,
en lo espiritual, en la salud y en lo económico.
Pero cuando ingresan a la iglesia, cuando entienden que son enviados
de Dios, todas las demás cosas pasan a un segundo plano. Y
éso es lo que va encontrando la gente en la iglesia evangélica.
Podría decirse que es un poco más práctica, aunque
en realidad pasa por cada una de las personas, por su espíritu.
¿Es más fácil ser parte de una iglesia
evangélica que de una católica?
Depende de la determinación de cada individuo. Es mucho más
fácil decir voy a la iglesia católica porque es una
manera de acuartelarse, casi de resguardarse ante la sociedad. Después,
veo qué hago, por ahí jamás va a la iglesia más
que para un bautismo o casamiento.
En cambio, en la iglesia evangélica es diferente; el sentimiento
de pertenencia es mucho más fuerte.
Acá, la gente se siente impactada, porque es algo distinto,
hay un espíritu diferente. De repente, les resulta chocante,
porque es un mundo lejos del tradicional. Pero como empieza a ver
los resultados, a disfrutar de los resultados, realmente se queda.
Y además, cuando nota que cambia, quiere trasladarlo, no quedárselo
sólo para ella. Por eso la multiplicación es tan rápida.
¿Usted habla de una multiplicación de uno a
uno?
La gente no se conforma con la reunión de los domingos, sino
que tiene actividades todos los días.
Hoy, en Neuquén hay algunas iglesias que están reuniendo
1000 personas por encuentro.
Hay mucho trabajo, en cualquier lugar se reúnen para compartir
intereses, inquietudes, y comparten un pasaje bíblico.
¿Que tipo de gente se acerca a la iglesia?
Antiguamente, a la iglesia evangélica concurrían las
personas con menor nivel adquisitivo. Hoy por hoy, vienen de todos
lados, un empleado rural, un profesional, el que recoge la basura,
vienen de todos los niveles sociales.
¿La cantidad de adeptos a la iglesia católica
bajó, en comparación con el alza de ustedes?
Nosotros hacemos encuestas y en ellas siempre la cantidad de gente
que responde, que es católica, es muy alta. Pero lo que hay
que analizar es cuántos de ellos son practicantes.
De repente, por esos números uno diría que la iglesia
católica tiene muchos simpatizantes. Los números de
la iglesia evangélica argentina entienden alrededor de 2 millones
de personas que participan de manera activa.
Aunque hay que recordar que los números evolucionan muy rápido.
¿Cómo se define en su iglesia, lo que en la
católica sería la misa?
Antiguamente se la definía como culto, hoy como una reunión
o un encuentro de celebración.
Lo que venimos a hacer a la iglesia es a celebrar. Cantamos, bailamos...
En esa reunión, hay un tiempo de enseñanza y de compartir
la palabra de Dios. El pastor es el que lo brinda.
El promedio habitual de reunión es dos veces por semana. Pero,
en general, la gente de la iglesia asume una dinámica fuerte
en el lazo, porque percibe que lo que están recibiendo en la
iglesia lo tienen que transmitir.
Visitando las cárceles, hospitales, hogares para recuperar
alcohólicos, matrimonios con casos de violencia familiar, digamos
que, en realidad, la gente tiene actividad todos los días.
¿La relación con Dios es muy fuerte?
Yo creo que es la ideal. A partir del modelo de Jesús. Un cristiano
evangélico tiene su tiempo en la búsqueda de Dios diariamente.
Tiene su tiempo de lectura bíblica y un tiempo fuerte de oración.
El tema económico siempre fue mal relacionado con
la iglesia evangélica
La propia persona define lo que quiere hacer a partir de que empieza
a sentir los cambios en su vida.
Si ellos, cuando no estaban en la iglesia evangélica, invertían
dinero en el casino para ver si lo multiplicaban, y no obtenían
repuesta, precisamente la otra cara la tienen acá. Cuando encuentran
las respuestas que buscan, se sienten agradecidos, y por eso ofrecen
dinero, que sirve para sustentar los gastos de la iglesia. La gente,
lo primero que hace cuando cobra, es apartar el 10 por ciento, o sea
el diezmo.
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