“Yo tengo que cumplir con
una misión, y esa misión tiene que ver con destrabar
el conflicto para poder volver a la institucionalidad”, aseguró
Vega.
Neuquén > El 16 de mayo se cumple un año
de la mayor crisis que atravesó la Universidad Nacional del
Comahue en toda su historia. Sectores de estudiantes nucleados en
la Federación Universitaria del Comahue tomaron la sede central
de la Casa de Altos Estudios en reclamo de la democratización
y un aumento en la participación de su claustro en los órganos
de gobierno.
La medida fue su manera de expresar su repudio a la Asamblea Universitaria
que se realizaba en ese momento en el Sindicato de Luz y Fuerza de
Cipolletti para elegir al nuevo rector. Cargo que quedó en
ese momento, en el ex decano de la Facultad de Ingeniería,
Daniel Boccanera.
El nombramiento fue avalado por la jueza Carolina Pandolfi pero el
13 de julio del 2006 fue revocado en un fallo de la Cámara
Federal de Apelaciones de General Roca. Esta situación implicó
que la decana de Turismo, Teresa Vega asumiera por segunda vez el
rectorado interino. Puesto en el que todavía se mantiene al
no haberse podido completar el calendario electoral académico.
A diez meses de su asunción, Vega fue entrevistada por “La
Mañana Neuquén” y analizó su actual situación,
las posibles salidas y que implicancias tiene la crisis para la institución
educativa.
¿Qué balance hace de sus diez meses de gestión
como rectora interina?
Creo que es una de las crisis más complejas que haya atravesado
nuestra universidad en su historia. Ha sido un camino largo en el
sentido de la búsqueda de un diálogo y un consenso con
los estudiantes, que ha sido mi posición desde el primer momento
en que asumí. Retomo lo que dije en aquel momento: “De
esta crisis se salía solamente con un gesto de grandeza de
todos los sectores”. Entonces, ha sido un largo intento de poder
arribar a mínimos acuerdos para avanzar en una solución.
En estos momentos, puedo afirmar que lo positivo es que todos los
sectores nos hemos podido sentar a conversar sobre la situación
y el conflicto. Hay preocupaciones en todos, pero lo que no existe
son los acuerdos sobre la manera en la que hay que hacer las reformas
del estatuto universitario.
¿Cómo ve el futuro de los próximos acuerdos?
Dado que es un tema sumamente delicado y de mucha responsabilidad,
no hay acuerdos todavía sobre lo que los alumnos entienden
como democratización y lo que entienden otros sectores de la
universidad. No obstante, nosotros hemos terminado ahora una primera
ronda de consultas sobre los temas que ellos incorporan en esta reforma
que son el reclamo por el claustro único y la mayor participación
estudiantil. Cuestiones que ya están garantizadas. Por ese
lado, es un largo proceso. Al principio, muchos asambleístas
aceptaban solamente su tratamiento. Hoy creo que el avance es que
existen acuerdos para que esto sea aprobado. No existen acuerdos en
cuanto a la composición de los claustros de los consejos directivos.
Se ha presentado un borrador de propuesta, que no es una presentación
del rectorado, sino que tiene que ver con los acuerdos que se han
logrado con el sector de los asambleístas, llamémosle
de la mayoría, que es el que tiene mayor distancia con respecto
a los reclamos de los estudiantes. Este texto no ha tenido aceptación,
y creo que vendrá una próxima ronda para ver donde podemos
acercar posiciones, si eso es posible.
El año pasado los estudiantes cuestionaban la legitimidad
de su interinato. ¿Le volvieron hacer este planteamiento en
estos encuentros?
A mí no me lo han planteado en forma directa. Creo
que lo han dicho periodísticamente. Esto está previsto
en los estatutos. De lo contrario yo no tendría legítima
mi firma en el Ministerio de no ser una cuestión legítima.
Creo que el estatuto, con toda la forma de su letra, no ha previsto
una crisis de este tipo. Dentro de los márgenes que deja, esta
es una situación de extraordinaria excepcionalidad. Por sobre
todas las cosas, se legisla en positivo. Una interpretación
incorrecta del artículo 109, que es por el cual yo asumo al
cargo, está hablando de un rector que fallece o renuncia en
el transcurso de su mandato. Por lo tanto, hay una asamblea que lo
ha elegido y muy fácilmente en quince días el decano
de mayor antigüedad convoca a esa asamblea. En este caso, la
Asamblea no está constituida y yo asumo en el marco de ese
artículo para tratar de formarla.
Durante estos encuentros, ¿se discutió sobre
el presupuesto o sólo hablaron de los reclamos por la representatividad?
La Secretaría de Políticas Universitarias está
sumamente preocupada por la situación de nuestra universidad.
Ellos han sido muy claros que no es competencia del Ministerio de
Educación inmiscuirse en la vida de las universidades dentro
de las autonomías universitarias. Pero, han apoyado siempre
las solicitudes de presupuesto y gestiones que yo he hecho para que
nuestros presupuestos puedan ser equilibrados. Hasta ahora, estamos
garantizando los sueldos. Sin embargo la situación presupuestaria
es crítica. No es producto de esta crisis, sino que ya venía
de antes. Por suerte, hasta ahora hemos tenido el apoyo para poder
seguir funcionando.
¿Cuál es el caso de las becas?
Están contempladas. El Consejo Superior ha votado
en su momento un número de becas y un monto presupuestario.
Lo que ocurre es que en este momento no tenemos el financiamiento
por la totalidad de las becas por estas dificultades que estamos teniendo.
Pero, dentro de las posibilidades lo vamos a ir cubriendo.
¿Qué rol están jugando los decanos?
El 16 de mayo yo era decana de la Facultad de Turismo, por
lo que estaba abocada exclusivamente a mi unidad. Por lo que dictamina
el estatuto me tocó estar en esta situación. Yo creo
que es difícil el diálogo. Hay una desconfianza de los
estudiantes a las autoridades y eso no facilita mucho los avances.
La mayoría de los decanos han puesto un esfuerzo muy grande
y de conjunto para tratar de zanjar de este problema. Inclusive, estoy
hablando de decanos de un grupo y del otro. De alguna manera, todos
han puesto su punto de vista en la cuestión. Falta coincidir
en la conclusión. Un tema sumamente delicado, el transformar
el estatuto en un momento en el que no tenemos los órganos
de gobierno.
¿Cómo han tratado el vencimiento de los mandatos
de los consejeros?
Hay que consensuar con todos los decanos de que manera vamos a renovar
esos claustros, ya que sin su renovación no vamos a poder avanzar.
Entonces, una cosa va primero y eso va a estar en la responsabilidad
que tengamos los decanos en tratar de llevar ese tema.
En la última reunión que mantuvo con los estudiantes,
le cuestionaron el manejo del presupuesto. ¿Está dispuesta
de detallar en una conferencia todas las actividades que se realizaron
en estos diez meses?
Yo tengo previsto, cualquiera sea el lugar que me toque en
ese momento ya que es mi obligación, hacer una exposición
al Consejo Superior de lo actuado. El presupuesto 2006 y el balance
ya han sido enviados al Ministerio. Tengo particular interés
de rendirle cuentas al Consejo de cómo hemos administrado el
escaso dinero que teníamos.
¿Ha tenido un acercamiento en los últimos meses
con Daniel Boccanera?
No. Él se ha alejado de la vida política y
ha retirado su candidatura. Quizás la única razón
por la cuál no he podido encontrarme con él son las
excesivas tareas que estoy teniendo en el rectorado. Además
soy decana de Turismo y docente investigadora. No tengo ningún
inconveniente y mantengo una buena relación con él.
Una vez superada la etapa de conversaciones, ¿Qué
parte cedería
ante los reclamos?
No hay acuerdo de negociación si alguien no cede algo.
Ambas partes van a tener que ceder ineludiblemente algo. De lo contrario,
no hay acercamiento posiblemente en la solución del problema.
Por lo menos, algunos sectores, docentes y no docentes asambleístas,
han avanzado en cuanto a una aproximación en cuanto a las posibles
modalidades e zanjar el conflicto.
¿Se postularía como candidata a rectora en
el futuro?
En este momento, no lo tengo pensado. Yo tengo que cumplir
con una misión, y esa misión tiene que ver con destrabar
el conflicto para poder volver a la institucionalidad. Ese es mi máximo
objetivo en este momento, ya que también soy decana de la universidad.
¿Cree que el año electoral influye en el conflicto?
Hasta ahora, ninguno de los poderes públicos se ha
inmiscuido en la cuestión universitaria por que entienden que
nosotros tenemos que asegurar nuestro autogobierno. Es un tema específico
y, por lo tanto, nadie incide al respecto.
¿Se puede producir una nueva toma?
Yo no visualizo esa situación y no existirían causales
para que eso se produzca. Además, yo creo que hay una cuestión
central que todos los sectores debemos tener presente, de que hay
acá hay un compromiso ante la sociedad argentina de cumplir
con la educación de los estudiantes. Nosotros no podemos entorpecer
eso cuando nos han pedido, justamente, que hagamos eso. Si me preguntan
la síntesis de estos meses, si bien llevar adelante la administración
de la universidad es importante, yo he puesto el mayor de mis esfuerzos
para lograr el diálogo y que podamos destrabar todos juntos
el conflicto. Ese ha sido mi objetivo y lo sigue siendo.
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