Por Laura Rotundo
El INDEC informó el último jueves que la inflación
nacional en marzo alcanzó el 1 por ciento y que la suba del
costo de vida se debió a los aumentos del 3,9 por ciento en
indumentaria, 1,6 en alimentos y 3,1 en educación.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, la Presidente
de ADELCO, Ana María Luro se refirió a la situación
general de los usuarios y consumidores de nuestro país.
¿Cómo describiría la situación
actual de los usuarios y
consumidores de nuestro país?
El aumento de las tarifas, lamentablemente y dada la situación
general que se registra desde hace algunos años, se tiene que
ir haciendo. El problema reside en que siempre se perjudica a los
usuarios de menores recursos ya que no se establece una “tarifa
social”.
Por otra parte, lo que también puede llegar a suceder -como
se ha dado con el incremento del gas que ha subido un 14 por ciento-
es que no se incentiva el ahorro del consumo… lo cual es grave.
A su vez, la carga impositiva que hay sobre las facturas -que incluyen
un impuesto municipal, uno provincial y otro nacional más el
IVA del 21 por ciento que influyen en un resultado excesivo- demuestra
que también hay una ausencia de esa “tarifa social”
que debería haberse estudiado desde hace tiempo.
Básicamente, lo que esto produciría, es que se motive
al usuario a que consuma poco y por otro lado, se ayudaría
a que los sectores más empobrecidos de la sociedad accedan
a ese beneficio.
Creo que con esta descripción queda en claro lo que actualmente
le está pasando a los usuarios y consumidores argentinos…
¿Qué medidas cree que debería concretar
el Gobierno o los empresarios
para revertir determinadas situaciones que tienen que ver con los
usuarios
y consumidores?
Personalmente considero que este problema lo debe solucionar el Gobierno
y entonces es él el encargado de encarar una lucha contra la
suba de precios en general.
Yendo a un ejemplo actual, es conocido por la opinión pública
que se está produciendo un conflicto con el tema de la posibilidad
de aumentar la tarifa de la energía eléctrica. Es claro
que a los usuarios no nos interesa para nada que ésta se incremente
pero es aquí donde debería apuntarse a lo mismo que
mencioné antes: es fundamental que se establezca una tarifa
social y que ésta incentive a bajar el consumo. Cada uno debería
ser consciente de que si hoy consume menos, también pagará
menos mañana.
Si bien es cierto que hay algunas empresas subsidiadas por el Estado,
no cabe duda que la decisión del aumento de tarifas le pertenece
al Gobierno. Si deberíamos hacer hincapié en que la
gente sepa que esos subsidios salen de los impuestos que cada usuario
y consumidor paga.
¿Desde ADELCO tuvieron la posibilidad de trabajar
conjuntamente en algunas iniciativas con la Subsecretaría de
Defensa del Consumidor de la Nación?
Siempre trabajamos con ese organismo e intentamos mantener contacto
para hacerle llegar los reclamos que llegan a nuestra Asociación.
Además, trabajamos en diversas iniciativas en los Entes Reguladores
Nacionales de los servicios públicos.
¿Cuál es el panorama actual de los reclamos?
Hay de todo… la queja más común y que se produce
desde hace ya mucho tiempo, tiene que ver con las compañías
de teléfonos, tanto de celulares como de líneas particulares
o comerciales.
Otra gama de reclamos tiene que ver con la falla y reparación
de electrodomésticos. En menor medida se registran las quejas
hacia los bancos y la dificultad de acceder a los créditos.
Además, nos llegan muchas notas de padres preocupados por el
incremento de las cuotas de los colegios, que ya es mayor a lo que
se había establecido en un principio. Si bien están
relativamente controladas, las tarifas en lo que hace a las obras
sociales y a las prepagas, también se observa una lucha constante
en el sector ya que el tema de salud es una prioridad para todos los
usuarios y consumidores.
La preocupación asciende muchísimo más en los
sectores de más bajos recursos que lo que exigen es una mejor
atención en los hospitales públicos, donde es sabido
que a veces faltan los insumos y el personal necesarios para satisfacer
la demanda de la gente.
¿Hay algún sector que funciona correctamente
en nuestro país o de cuál proviene solamente una minoría
de quejas?
Lo que pasa es que cuando hay inflación, se provoca un problema
general en los precios y las quejas aumentan. Al usuario le interesa
que el presupuesto que entra en su casa, cubra todo lo que tiene que
cubrir… y eso no sucede en muchos hogares de la República
Argentina.
Si puntualizamos un caso, podríamos decir que la Secretaría
de Comercio ha planteado recientemente la necesidad de controlar los
precios de la carne, de la leche y del cuidado de la exportación
porque en las góndolas faltan cortes de carne muy importantes…
obviamente que cerrar las exportaciones es algo grave porque actualmente
es lo que genera mayor riqueza en nuestro país.
Es evidente que cuando hay inflación las cosas se desbocan
y, al desordenarse todo, las quejas abundan y nada funciona como debería.
¿Cree que podría producirse un pico inflacionario
mayor si continúan incrementándose los sueldos como
ahora se está discutiendo con los sindicatos?
Sucede que los sueldos, durante muchos años, no han aumentado
en nuestro país. Aquí el inconveniente está en
el equilibrio de concretar estos incrementos y las posibilidades reales
que tiene la empresa de efectuarlos.
Si se tomara una decisión “global” o común
para todas las empresas, obviamente podría generarse un problema
grave para algunas de ellas.
¿Qué modificaciones cree que deberían
hacerse en el sistema impositivo para que no se afecte tanto a los
usuarios y consumidores?
Sobre esto punto, habría que aclarar que -a lo largo del tiempo-
se han ido acumulando los impuestos y ninguno ha desaparecido. El
ejemplo más claro es el del “impuesto al cheque”
que es uno de los más importantes para la recaudación
que se hace todos los meses. Recordemos que esta tasa apareció
en el tramo más agudo de la última crisis que sufrió
Argentina como un manotón de ahogado… pero se mantiene
hasta hoy, cuando sabemos que las principales variables económicas
pasan por un buen momento.
Por otro lado, el 21 por ciento de IVA en casi todos los productos
que se consumen -ya que solamente tres no lo tienen y a otros pocos
le cargan el 10,5 por ciento- provoca que los precios finales sean
disparatados.
¿Cuál es valor actual de la canasta básica?
Hoy por hoy ronda los 400 pesos para una familia tipo (matrimonio
y dos hijos) la canasta básica alimenticia e incluyendo además,
los cinco o seis productos básicos de higiene.
¿Cuáles cree que son falencias de los consumidores
a la hora de comprar?
Afortunadamente, en nuestro país hay una gran variedad de productos
en todos los rubros. Yo creo que entonces, la gran falencia que comete
el consumidor -aquel que puede elegir - es no pensar en que su conducta
a la hora de comprar, podría ayudar a que los precios se mantuvieran
en el orden que corresponde. Sin embargo, esto no sucede porque existe
mucho individualismo en nuestro país a la hora de consumir.
Todo esto está desequilibrado y creo que depende de la gente
en particular pero también de la conducta que muestre el Gobierno.
¿Cree que esto se debería implementar como
una materia
en el sistema educativo?
En nuestra Asociación manifestamos que la educación
del consumidor es un sector al que se le debe dar, sin dudas, un tratamiento
preferencial. Ya desde la fundación de ADELCO, en 1980, nuestra
institución sitúa a este tema entre sus objetivos principales.
Actualmente, la educación del consumidor es una necesidad en
la que deben estar aunados el hogar, la escuela y la sociedad.
Inculcar en los niños y en los jóvenes estos valores
no sólo ayudará a que en el futuro tomen las decisiones
más convenientes cuando deban comprar o “pagar”
algo, sino que también fortalecerían un cambio en sus
hábitos y en sus conductas habituales.
En nuestro sitio web (www.adelco.org), los docentes pueden encontrar
temas y actividades para desarrollar con sus alumnos para contribuir
al cumplimiento de lo que establecen los artículos 60 y 61
de la Ley 24240, sobre la obligación de su enseñanza
en los niveles primario y secundario.
Se trata básicamente del proceso de impartir conceptos, despertar
y ejercitar habilidades electivas que cada persona requiere para evaluar
alternativas y manejar recursos de manera eficiente, lo cual resulta
una necesidad fundamental en este mundo globalizado.
¿Los argentinos suelen tomarse el tiempo para reclamar
o, dada su experiencia, podría decir que ya no reclaman más
porque no obtienen los resultados o las respuestas esperadas?
En los 26 años de historia que tiene ADELCO, indudablemente
podemos decir que vimos una evolución en lo que hace a los
reclamos de los consumidores cuando éstos manifiestan un problema.
Algunas personas, si las empresas no responden su llamado de atención,
acuden a las asociaciones que trabajan en defensa del consumidor pero
creo que aún son los menos.
¿Qué opinión le mereció -en enero-
el desplazamiento de la entonces titular del INDEC, Graciela Bevacqua?
Evidentemente, la confianza de la opinión pública con
relación a las cifras que difunde el INDEC resulta importante,
no sólo acá sino en todas las partes del mundo con sus
respectivos organismos oficiales de estadísticas y censos.
Lamentablemente, la medida que se ha tomado entonces ha creado una
fuerte duda en la ciudadanía y entre el propio personal del
INDEC.
Finalmente anteayer, después de haber difundido el IPC Nacional
e intentando tal vez devolverle credibilidad al Instituto, sabemos
que se formalizó la designación de Alejandro Barrios
como director y Ana María Edwin como directora adjunta.
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