El autismo es un trastorno del desarrollo
que persiste a lo largo de toda la vida y que se hace evidente durante
los primeros 30 meses de vida y da lugar a diferentes grados de alteración
del lenguaje y la comunicación, de las competencias sociales
y de la imaginación. Sobre todo, se caracteriza por una falta
de respuesta al contacto con otros seres humanos.
El incremento de casos de autismo infantil es preocupante, ya que
según lo difundido la primera semana de abril por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), el mal afecta actualmente a seis de cada
1.000 niños en todo el mundo (y en Estados Unidos, a uno de
cada 166).
En diálogo con La Mañana de Neuquén, el Licenciado
Sebastián Zerba -Psicólogo de la Comunidad Terapéutica
Argentina “Surgiendo”- detalla las características
y las causas de esta enfermedad.
¿Cómo se puede identificar a un chico que es
autista?
Cuando se trata de un autismo precoz, a los tres meses de vida ya
se observan signos que no responden a las pautas normales de la evolución
de un chiquito de esa edad. Si uno le habla y no fija la mirada, no
aparece una sonrisa si la mamá le canta y no se obtiene respuesta
a los estímulos habituales, podemos hablar de un autismo precoz.
Por otro lado, el autismo también empieza a detectarse a una
edad más avanzada. Hay padres que manifiestan que comienzan
a notar algunas alteraciones a los dos años de vida de sus
hijos, se dan cuenta que se pierden y que las palabras que habían
incorporado hasta ese momento, dejan de aparecer para expresar sus
deseos y surge el aislamiento y algunas acciones sin ninguna finalidad…
por ejemplo, el repetir palabras que escuchan, de manera “descontextuada”.
¿Cuál debe ser el comportamiento de los familiares
y los amigos de un niño autista? ¿Cómo debe tratarlo
el entorno?
De acuerdo al marco teórico que nosotros abordamos desde la
Comunidad Terapéutica que integro, creemos que más allá
del diagnóstico -que es algo estructurado y rígido-
nunca debemos perder de vista que estamos frente a un sujeto, frente
a una persona.
Desde esta concepción, el entorno debe tratarlo como un chico
normal y debe hablarle de la misma manera que a un niño normal,
ya que tiene deseos y necesidades. Algunas cosas las va a entender
y otras no.
¿Cuáles son las causas a las que se atribuye
esta enfermedad? ¿Sin genéticas?
Teniendo en cuenta a lo que se viene manejando actualmente -que nada
tiene que ver con teorías de hace treinta años-, se
habla más de cuestiones genéticas.
En el último Congreso de Autismo, llevado a cabo en noviembre
en Buenos Aires, apareció una hipótesis del orden conexionista.
El cerebro está conformado por varios lóbulos y en cada
uno de ellos hay conexiones específicas de neuronas. Se dice
que en determinados lóbulos hay mayor conexión de neuronas
que en otros y es posible que un chico tenga más desarrolladas
algunas habilidades y que se conecte, por ejemplo, más con
la música que con otras expresiones.
Esto tiene que ver con algún componente genético que
tiene mayor conexión de neuronas en determinadas zonas del
cerebro que en otras. Por eso, es posible que haya un hiper desarrollo
en algunas áreas y un hipo desarrollo en otras.
Obviamente, se siguen manejando teorías relacionadas mucho
más con lo emocional, que ya se venían trabajando antes
por determinados psicoanalistas y que sostienen que frente a una situación
traumática, el niño se desarrolla con un tipo de defensa.
Igualmente, no hay que perder de vista que tiene que existir un componente
genético para que se desarrolle esta patología.
¿Se trata de una especie de retraso mental?
Si lo tomamos del punto de vista evolutivo, es decir, si lo tomamos
desde lo esperable a nivel mental, podríamos hablar de “retraso
mental” ya que hay patrones normales que no se desarrollan en
niños autistas.
¿Hay distintos grados de autismos?
Esa es la teoría que habla del espectro autista. Dentro de
éste hay distintas manifestaciones de chicos autistas. Por
ejemplo, en algunos afectados aparece el lenguaje ecolálico
y no otras cosas… es decir que algunos criterios se cumplen
y otros no. En este sentido, podríamos hablar de diversos tipos…
existe el autismo de alto rendimiento que quienes lo padecen tienen
un lenguaje mejor pero sufren de un importante empobrecimiento en
el área social.
De acuerdo a las experiencias que usted conoce, ¿una
persona autista logra desarrollar una vida normal, puede trabajar,
formar una pareja y una familia?
Si tomamos el autismo de alto rendimiento, si bien pueden lograr desarrollo
en algunas áreas, lo que se llamaría una vida “normal”
con todo lo que esto implica, es difícil de concebir para una
persona autista, dado que lo que justamente aparece más deteriorado
en estos casos es lo que tiene que ver con el rendimiento social.
Según lo difundido por la OMS se incrementan cada
vez más los casos de autismo infantil. ¿Por qué
cree que sucede esto particularmente en los niños?
Esto puede responder a diferentes causas. Sin dudas es alarmante pero
también hay que tener en cuenta que actualmente hay una mayor
tasa de natalidad y en este sentido, también aumenta la cantidad
de casos.
¿Cómo se trata a un chico en Surgiendo y cómo
se trabaja para apuntar a la integración con otros niños?
Ante todo, teniendo en cuenta lo que sostenía anteriormente
sobre que una persona autista es un “sujeto” trabajamos
con él sin perder de vista sus deseos y sus necesidades. Tratamos
de entrar en el mundo de él, abordando lo que él trae.
Cada chico es distinto y se tiene muy en cuenta el contexto familiar
y la historia que trae consigo al pedir ayuda y acudir a nuestro Centro.
Es muy importante saber qué lugar ocupa el niño afectado
en su grupo familiar y, a su vez, qué rol le da la familia
a ese chico en su casa.
Por otro lado, trabajamos distintas actividades del orden expresivo:
talleres de plástica, de teatro y psicodrama.
¿Cuáles son los comportamientos más
comunes de los chicos autistas?
Principalmente, habría que aclarar que un chico autista tiene
tres áreas alteradas: la del comportamiento, la del lenguaje
y la emocional.
En el primer aspecto, fundamentalmente aparecen las “estereotipeas”,
en cómo se relacionan con los juguetes, no aparece el juego
imaginativo ni la simbolización y entonces esto puede originar
que manipule un juguete sin darle un sentido específico.
A veces aparecen alterados los pronombres y al referirse a él
mismo lo hace en tercera persona. Esta es una de las características
más distintivas en el área del lenguaje.
Efectivamente si el autismo es algo genético, no hay
cura. ¿Es así?
En realidad, cuando hablamos de cura, habría que determinar
a qué nos referimos exactamente. Nosotros apuntamos a mejorar
la calidad de vida y por eso se trabaja fuertemente con la familia
para que, ante todo, ésta acepte el mal que padece un integrante
de ella. Para esto se tiene que elaborar un duelo, lo cual lleva un
largo proceso ya que lo que esperaban los padres del hijo afectado,
no coincide con lo que realmente es.
Una vez aceptada la patología, se comienza a trabajar en el
lugar que tendría que ocupar ese chico en la familia.
¿Hay actos de violencia en las personas autistas?
La agresividad aparece en dos expresiones fundamentales: en la autoagresión
y en la posibilidad de llegar a agredir a terceros. Habitualmente
esto se da en situaciones de frustración. Por ejemplo, cuando
estos chicos quieren algo y los padres le dicen que NO, no pueden
aceptarlo. De hecho, las personas autistas tienen mucha dificultad
para incorporar el NO y no lo conciben.
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