Un policía que intentó
acercarse al asesino fue baleado. En su traslado al hospital, el patrullero
volcó y dos efectivos resultaron heridos.
Río
Colorado > Ayer esta comunidad despertó conmocionada
por la noticia de una tragedia familiar que terminó con dos
niños -de 7 y 8 años- degollados por su propio padre,
quien luego se suicidó. Además hirió a un policía,
que había intentado detenerlo.
El hecho ocurrió en el centro de la ciudad, en una casa a medio
edificar.
De acuerdo a fuentes policiales, la historia se inició con
la separación de un matrimonio de esta localidad y que, por
disposición de la Justicia, se estableció un régimen
de visitas para el padre de los niños, ya que estos vivían
con su madre.
El sábado pasado, el hombre fue a buscar los chicos, un varón
y una nena, de 8 y 7 años respectivamente. A última
hora del día, cuando regresaba para dejar a los niños
habría observado que un hombre se alejaba de la casa de su
ex mujer, motivo por el cual habría decidido no devolver a
sus hijos.
Estas serían las últimas acciones que realizó,
según lo que pudieron reconstruir los investigadores. A partir
de ese momento empezó a enviarle mensajes de texto a su ex
esposa, donde le decía que preparara tres ataúdes y
otras frases del mismo tono, que alarmaron a la mujer, porque pasaban
las horas y los chicos no regresaban. Finalmente dio aviso a la policía
y se comenzó la búsqueda del autor de las muertes.
El hombre, junto a los niños, se había refugiado en
una casa a medio construir del denominado barrio “Los Maestros”,
cerca del lugar donde vivía su ex pareja.
En determinado momento, un policía que trabajaba en la búsqueda
del individuo escuchó voces y se dirigió al domicilio
sospechoso. Cuando intentó ingresar, el padre de los niños
lo repelió a tiros, hiriéndolo en el abdomen.
Los dos agentes que lo acompañaban dieron aviso a la unidad
policial y cargaron a su compañero herido y salieron hacia
el hospital, volcando el patrullero a las pocas cuadras del lugar
del hecho, en la intersección de las calles Córdoba
y Expedicionarios del Desierto.
Bora
Ante esta situación, un grupo de oficiales del Bora se hizo
presente en el lugar, rodearon la manzana y cuando ingresaron a la
casa a medio construir, se encontraron con “un cuadro horrendo”,
según las palabras de los propios policías, Los dos
niños muertos y el padre tirado sobre ellos, también
muerto. Los chiquitos –de acuerdo a las primeras apreciaciones-
habrían muerto en la noche del sábado o madrugada del
domingo, y la causa de la muerte sería asfixia producida por
un corte profundo en el cuello con un arma blanca, es decir, los habría
degollado su padre. El hombre, Juan Alarcón, habría
intentado matarse de la misma forma y luego terminó dándose
un tiro en la cabeza.
Los tres cuerpos fueron trasladados a la morgue judicial de Gral.
Roca, donde se practicarán las autopsias correspondientes para
determinar en qué hora y cómo murieron.
Alarcón trabajaba como matarife en un reconocido frigorífico
de La Adela, ubicado a pocos kilómetros de Río Colorado.
Estaba bajo tratamiento psicológico por episodios de violencia
familiar que había protagonizado y contaba con un régimen
de visitas a sus hijos, dispuesto por la justicia.
Una de las hipótesis que se manejan es que el hombre, en ese
ataque de celos y furia, que lo llevó a tomar esta irracional
decisión, habría estado esperando a la mujer, ya que
cuando vio aparecer al policía comenzó a disparar.
La jueza penal Marisa Bosco del Juzgado Nº30 de Choele Choel,
junto al fiscal Guillermo Bodrato y el Subjefe de la Regional IV de
Policía del Valle Medio, se hicieron presentes en el lugar
del hecho, apenas se conoció lo que había sucedido.
El policía herido fue el Sargento Primero Martín, quien
recibió un balazo en el abdomen, por lo que debió ser
intervenido quirúrgicamente en el nosocomio local, y ahora
se encuentra estable y fuera de peligro. Los otros dos policías
que viajaban en el patrullero sólo sufrieron heridas leves
a raíz del vuelco.
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