Rafa le sacó el reinado

 
  Nadal le ganó una final tan histórica como emotiva a Federer, quíntuple campeón, y cumplió el sueño de coronarse en el césped de Wimbledon.


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  Fue una batalla eterna (la definición más larga del torneo), interrumpida dos veces por la lluvia, que el español se llevó por 6-4, 6-4, 6/7 (5), 6-7 (8) y 9-7.

Londres, Inglaterra > La historia le guarda desde hace rato un lugar importante a ambos. Y una página solita se la llevará la increíble definición que Wimbledon disfrutó ayer, durante casi cinco horas de juego (más otras tres por culpa de la lluvia), que hizo cambiar de manos el trofeo más deseado. La Catedral coronó a un imparable Rafael Nadal, único capaz de batir a Roger Federer en el patio de su casa, acabar con su impecable hegemonía en el césped londinense y hacer vibrar a España otra vez. Ayer no fue la selección de fútbol, sino un solitario guerrero que tenía ganas de cumplir su sueño y lo consiguió tras vencer 6-4, 6-4, 6-7 (5-7) y 6-7 (8-10) y 9-7 al número uno del mundo y ganador aquí en las últimas cinco ediciones.
Nadal se impuso tras cuatro horas y 48 minutos, en la final más larga de la historia del torneo, para sacarle al suizo un invicto de 65 triunfos al hilo en césped. El español había «humillado» a Federer en la final de Roland Garros (6-1, 6-3 y 6-0) pero el número uno era el gran favorito en la superficie que mejor le sienta. Pero Nadal, que venció en 12 de los 18 duelos, venía de perder dos años consecutivos esta final y en un año en que su adaptación al césped fue superlativa se tomó revancha.

Un regalo inolvidable
Nadie le había quebrado el saque a Federer en todo el torneo y Nadal lo consiguió cuando el suizo sacó por segunda vez en el partido. Ese quiebre le permitió a Nadal llevarse el primero ya que Federer no pudo hacer lo mismo, pese a que contó con chances en el cuarto y décimo juego. En el segundo parcial, Federer salió decidido a arriesgar más y la estrategia le dio resultado porque tras quebrarle el saque tomó ventaja de 4-1. Pero Nadal jamás se dio por vencido y tras quebrarle el saque en el séptimo y noveno juego selló el segundo set con su saque ante la atónita mirada de los más de 15.000 espectadores que llenaron el court central del All England Club.
El partido parecía encaminarse a una victoria del español, máxime después de que Federer no pudo quebrarle el servicio en el sexto juego y que le costó mantener el suyo en el séptimo en el que sacó 0-40. Pero la lluvia interrumpió el partido durante una hora y veinte minutos y el Federer que volvió a la cancha fue totalmente opuesto al que venía jugando: seguro con su golpe de derecha, mucho más efectivo con su servicio y con una actitud más agresiva se llevó el tercer set por 7-6.
El cuarto fue saque a saque (no hubo puntos de quiebre) hasta que se llegó a un infartante tie break en el que Nadal contó con dos match points pero en ambos Federer mostró toda su categoría: en el primer un saque letal y en el segundo un passing de revés formidable. El suizo pudo cerrar el parcial en el segundo match point pero cuando igualaban 2-2 en el quinto otra vez la lluvia interrumpió el encuentro. En la reanudación cada uno mantuvo su saque hasta que el suizo lo cedió en el 15ª juego, Nadal no lo perdonó y le sacó la corona.

Se dijo

Es una pena para mí estar en la misma época que Roger, el mejor jugador de la historia».
(R. Nadal)

Es imposible explicar lo que siento. Sólo puedo decir que estoy muy, muy feliz por ganar este título, en mi torneo favorito. Es un sueño, nunca imaginé nada como esto».
(Rafael Nadal)

La era del Toro

Inglaterra > La supremacía del reloj suizo tiembla ante el insistente hambre de gloria de un español que hace rato, cuando aún era menor de edad, se convirtió en el mejor tenista de la historia de su país. Y va por más. Cinco Grand Slam y una increíble dinastía sobre polvo de ladrillo no le alcanzan, porque siempre busca nuevos logros. Y no descansará hasta robarle a Federer, como ayer hizo con el trofeo más valioso, el número uno del mundo que ahora le sonríe como nunca antes en estos tres años de aguardar, a pura paciencia y entrenamiento, desde el segundo escalón del ranking mundial.
Apenas se veía más allá de lo que alumbraban los focos y flashes de las cámaras en el escenario principal de Wimbledon cuando Rafael Nadal recibió el trofeo de campeón, durante una entrega de premios que puede tener un significado simbólico sobre el futuro del circuito masculino. Después de cinco años consecutivos viendo al suizo Roger Federer levantando la copa dorada, el repleto Centre Court del All England Club vio morder al español el trofeo que parecía hasta ayer propiedad privada del suizo.
Sólo había un partido de individuales en el programa, pero bastó para alargar la jornada en Wimbledon más allá que ninguna otra. La lluvia y la inquebrantable fe del español hicieron el resto para coronar un cierre perfecto. Eran las 21:16 horas locales cuando Federer lanzó su derecha a la red y Nadal se alzó con su primer título de Wimbledon tras ganar una memorable final, la más larga de la historia del torneo. La cancha central del complejo londinense carece de luz artificial y la noche se echó rápidamente encima tras el final de un partido que tuvo que ser interrumpido dos veces por la lluvia y que estuvo a punto de quedar pendiente para hoy. Ni aún así pudo Federer acabar con el ascendiente que Nadal parece tener sobre él y que convierte en una incertidumbre el devenir de la temporada.
A sus 22 años, Nadal no deja de acumular récords. Ayer se convirtió en el tercer hombre tras Rod Laver y Bjorn Borg (lo consiguió en 1980, dos antes de su prematuro retiro) en encadenar los títulos de Roland Garros y Wimbledon, pero es que antes de llegar al All England Club, ya se impuso en Queen’s, sucediendo a Andrés Gimeno, que en 1972 había sido el último español en conquistar un torneo sobre hierba. Además, con su título en Wimbledon, se convirtió en el primer español que logra cinco Grand Slams y en el segundo, después de Manolo Santana en 1966, que vence en el cuadro masculino del torneo más prestigioso del mundo.
Nadal superará por primera vez en su carrera la barrera de los 6.000 puntos y se acercará a sólo 545 del número uno, aún en poder del suizo, cuando hoy aparezca la clasificación de la ATP. Con una fe tan inquebrantable en sus posibilidades, su confesado deseo de ser número uno del mundo parece claramente al alcance de su mano. «Lo puedo ser, sí, pero si quiero serlo debo seguir en la misma línea, con la misma ilusión y con la misma actitud positiva», sentenció el nuevo campeón de Wimbledon. Y nadie duda que dará batalla, como hace tres años cuando ganó su primer título importante en Montecarlo ante Guillermo Coria, como ayer en Londres, como siempre.

Los príncipes saludaron al nuevo monarca

Inglaterra > España vive de festejos, y sus príncipes no se pierden uno. Ayer, Felipe y Letizia disfrutaron el triunfo de Nadal y hasta bajaron al vestuario para felicitarlo. Ambos le dijeron a Rafa que la final había sido «memorable y disputada en un ambiente inenarrable». Y le agradecieron mucho el detalle del mallorquín, que apenas logró el título saltó hacia la tribuna para celebrar con su familia, y luego cruzó un techo del primer anfiteatro para saludar personalmente al heredero de la corona de España y a su esposa.

Federer: «Ésta es mi derrota más dura»

Inglaterra > Para Roger Federer la derrota no era inesperada, sobretodo tras esos dos primeros sets en los que fue superado por Rafa. Pero fue igual de dolorosa, aunque conserva el número uno y tendrá tiempo de revanchas para ir por su sexto Wimbledon y su 13ª Grand Slam. «Probablemente es mi derrota más dura», admitió el suizo, tras no poder quebrar el récord de Borg (presente en la primera fila), ganador también de cinco torneos al hilo en Londres. Roger opinó que no hay comparación con la derrota que sufrió hace un mes en la final de Roland Garros (Nadal ganó 6-1, 6-3 y 6-0). «No hay comparación. Aquí es el desastre. No siento nada. Estoy decepcionado, roto, es todo. El partido se acabó. Hay que dejar un poco de tiempo y luego ver», añadió el suizo, que no saca ninguna experiencia positiva del choque. «No he aprendido nada de este partido. Quizá él sí, a jugar más agresivo, pero yo no». Federer se mostró dispuesto a seguir batallando por mantenerse en lo más alto del tenis mundial, pese a que Nadal está cada vez más cerca. «Escribid lo que queráis, yo voy a intentar ganar los Juegos Olímpicos y el US Open y luego veremos», aseguró a los periodistas.
Unos minutos antes, tras recibir un «inédito» trofeo por el segundo lugar, Federer aseguró casi al borde del llanto que «Rafa es merecido campeón. Jugó sencillamente fantástico. Uno tiene que esperar lo peor. Y es el peor oponente en la mejor cancha». «Fue un gusto jugar aquí. Una pena no haber ganado dadas las circunstancias, pero volveré el año próximo», dijo, para darle ánimo a los ingleses.

 

 


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