Vivencias neuquinas de Jorge Álvarez Funes
Nélida y Pedro vivieron en un eterno romance

 
 
Pedro Álvarez y Nélida
Funes de Álvarez.
Amores y avatares de una familia pionera,
con valor y entereza.


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La presente, no es una historia imaginaria. Neuquén es tierra de pioneros y si tiene algún dejo emotivo, del que es imposible despojarme, disimúlese por el simple hecho que se trata de refrescar históricamente a mi propia familia.

Una familia, cuyas raíces por parte de mi padre – Pedro Arístides Alvarez -, tiene lugar en nuestra querida Chos Malal, hijo de Transito Alvarez y Juana Carrozo de cuyo matrimonio nacieron también: Diógenes, Gumersindo, Josefina, Hortensia, Oscar, Félix y Juan. De la unión de mi abuelo con Eloisa Sandoval, en las tierras del “Paraje de la Y”, nació Gregorio. Este último mi guía, consejero, amigo y padre, porque a Pedro lo perdimos teniendo yo sólo 12 años.
La otra, la de mi madre – Nélida Funes Serrano de Alvarez -, arribada a estas tierras muy joven, que tenía sus ancestros – Polinicio Funes y Carmen Serrano, en San Luis, provincia a la que los neuquinos, como la Argentina a Sarmiento, le debemos nuestra educación. Una pléyade de maestros, llegaron aquí, a dar sus primeros pasos y a enseñarnos las primeras letras. De entre sus hermanos - Italo –, que también vino para dejar su huella en la ex Policía del Territorio, que luego fue la Policía de Neuquén.
El destino quiso, que en la casa de mis abuelos paternos, lugar donde se albergaban los maestros de Chos Malal (o los que como en el caso de mi madre, estaban de paso) conociera al que luego fuera nuestro padre, Pedro. De ese hermoso matrimonio, nacimos Susana, Jorge y Martha Elisa.
No hablaré de una infancia y adolescencia maravillosa, porque nuestras tías y primos, se ocuparon de hacérnosla así. Sí, dejaré de mis recuerdos, lo que mis padres hicieron por este bendito Neuquén, nuestra Ñuque Mapu.

El Correo
Pedro Arístides Álvarez, comenzó como cartero, luego mensajero, más tarde telegrafista en lo que fuera la Secretaría de Comunicaciones de la Nación, para nosotros simplemente el Correo. Allí cosechó amigos y camaradas con los que compartió muy buenos momentos. Recuerdo a su amigo del alma, don José Pedro Moré, y al inolvidable Cacho Lagos, los Farías, los Carrera Frea, los Turner y otros, de los cuales algunos fueron familiares.
Mas tarde llegó a Neuquén Capital, luego de una breve estadía en Zapala, y su primer despacho fue un vagón postal del viejo Ferrocarril Roca, que estaba estacionado en lo que hoy es la intersección de la calle San Martín con las calles Láinez y Salta. Los vientos sureros hacían que nos perdiéramos entre los cardos rusos y los médanos, que hoy estaban aquí, mas tarde por allá. Salvo el Hotel Confluencia, ninguno de los pisos de nuestras viviendas eran de parquet porque no se podía. Tenían que ser de baldosas generalmente decoradas a mano, porque desde adentro teníamos que sacar la tierra con palas. Mas tarde, volviendo a estos deshilvanados recuerdos neuquinos, cuando el Distrito 22 se trasladó de Roca a Neuquén, mi padre fue su primer Jefe.
En la década del 40, Pedro gestionó y obtuvo su traslado a la Central de Distribución de Encomiendas en Buenos Aires, para que pudiéramos seguir nuestros estudios secundarios.

Colo Michico
A todo esto mi madre, luego de unos meses en casa de mis abuelos en Chos Malal, siguió hacia el paraje “El Liuco”, destino final de la escuela rancho, (hoy la 246 de Butalón Norte) donde era: maestra, directora, cocinera, ama de casa, consejera matrimonial y hasta Juez de Paz, casando a alguna pareja de novios. ¿Dónde estaba? Sólo a 3 leguas desde Tricao Malal hacia el Noroeste, recorrido entre coirones y pastizales, que hacía a caballo, desde septiembre a mayo todos los años que le tocó estar allí, hasta que fue trasladada a la Escuela 15 de Chos Malal.
Paraba en la casa de mi tío Antonio Della Cha, (primer Comisionado Municipal del lugar) casado con Hortensia, a los que no podremos olvidar jamás. Allí entre sus piernas, en los atardeceres, tocaba la guitarra en mis oídos y me brindaba a su manera la dulzura de un hombre de corazón enorme, de finos modales, verdadero pionero y comerciante ejemplar.
Nélida, una verdadera leona, junto con otro maestro Robledo Bruzzone (de Entre Rios), descubre lo que luego fueron los grabados rupestres de Colo Michico (sin acento, porque ninguna palabra mapuche o araucana tiene acento ortográfico), de cuya existencia, informó a su cuñado Gregorio, que luego los diera a conocer en la que fuera el Periódico Neuquenia, como órgano de nuestra Casa Neuqueniana en Buenos Aires.

Familias de familias
Entre sus amigos y camaradas recuerdo a los Estévez, los Longchamps, los Brun, a Doña Julia Pessino, que era además nuestra vecina de la calle Buenos Aires, recordando también a los Bustamante, Volpato, Lola de la Torriente y tantos otros amigos como la familia Valls, que fueron verdaderos pioneros y a los que recuerdo con inmenso cariño como doña Lía Flores, don Luis Dewey, los Buchara, Miguel Cadelago (muy querido por nosotros), De Vega, amigos y compañeros de la Escuela Nº15.
Tampoco podemos dejar de recordar a los Guevara, en cuya Estancia La Primavera di mis primeros pasos, los Guevea, los Tognosi, Abelli, Alegría o los Allizeri. También familias como los Castilla, Laffite, Benedetti médicos de la familia, los Abraham, Baldazarre o los Salvadó.
A la lista, los Cortes Rearte, Edelman, Procopiuk, Gómez Fuentealba, Lastra, al excelente profesional medico amigo Pedro Gallo y tantos otros a los que pido perdón por no colocarlos en la larga lista de los verdaderos pioneros que hicieron este Neuquén que hoy gozamos sus descendientes.
Mientras tanto mi madre entre su bagaje de cosas que hacía: era Profesora de Declamación y Lectura Artística, aprendida en su secundario en Quilmes. Por ello entre sus alumnos de declamación (todos los Aguilar), el que se destacó fue nuestro querido Milton que por allí andará junto a Gregorio, a Fassola, a mi padre, a mi madre y a todos los hermanos, recordando las cosas de nuestra provincia bendecida por Dios.
Ecos Cordilleranos, o La Cordillera, anunciaba en un aviso, que “la Señora Nélida Funes, accede a brindar clases gratuitas de declamación en la Escuela N° 2 donde presta servicios”.

LU5, Radio Neuquén
Mamá participó activamente en la Fundación de L U 5 ex emisora de la Cadena Splendid Azul y Blanca y tuvo la primera audición dedicada a los niños y por allí andaba, Blanquita Arabarco entre sus compañeras. Junto a German Zan y Profili pudieron, en el año 1945, cruzar un cable por la manzana que hoy ocupa Telefónica ( ex ENTEL), el Correo y el Policlínico Neuquén y desde el Club Pacífico hacer la primera emisión desde exteriores.
Don Moisés Rodriguez y su familia, los Falleti, los Gurrea, y cómo no recordar al “negro” Diaz, peluquero personal de mi padre.
Esta es una apretada síntesis de muchos años de labor y trabajo no sólo personal, sino para la comunidad de mis padres que descansan en el Lago Lolog, como expresión de su amor por esta provincia.
Es por ello que tampoco nos podemos olvidar de los Pollina, Mantecón, Judzik, Gotlip, amigos de mis padres junto a Amaranto Suárez, Ileana Lascaray, o el coronel. Peri, el general Edelmiro J. Farrel – excelente guitarrista -, padrino de mi hermana mayor, los Biassi, Tarantino, el almacén de Ares, con las interminables cuentas generadas por los hijos de Nélida y Pedro, con las galletitas Tentación, o los bailes de Independiente – Sede Social -.

Inspiración de Gregorio Álvarez
Toda una vida plena en la que se hizo mucho por la comunidad y ¡hasta plantaron árboles!, sólo les faltó escribir un libro. También el día 23 de Junio de 1950, co fundaban el Periódico Neuquenia – inspiración de Gregorio Álvarez -, para los neuquinos residentes en la Capital Federal. Uno de los puntales que tuvo mi familia fue Laura Jorquera, que al igual que en Buenos Aires Fresia Basoalto, hizo mucho por nosotros, ayudando a mi madre en todas las tareas, aún las educativas.
En fin, los descendientes de la fecunda familia Álvarez – Carrozo- Funes, no podemos ni debemos olvidar a quienes nos engendraron en el puro cariño a la “Ñuque Mapu” y que siempre nos delegaron la idea de mejorar o pretender mejorar lo nuestro en la trascendencia de nuestros propios hijos y ahora nuestros nietos.
Esta tierra maravillosa llamada Neuquén supo de la férrea decisión de sus hijos de hacerla cada vez más grande, para cobijar a todo el que con el más inmenso cariño, deje su huella imborrable, para su destino de Grandeza, que logrará tarde o temprano, porque ha sido el designio de Dios y Ngenechen unidos.

El nacimiento de la primera radio neuquina
La creación de LU5

En una Argentina que encontraba el rumbo, década del 40, en el interior de las provincias, crecía la necesidad de contar con medios de comunicación masivos.

En Neuquén, gobernaba el coronel . Bartolomé Peri y pugnaba por conseguir una filial de LR3 ó RAE (Red Argentina de Emisoras Splendid) en nuestra ciudad capital.
Varios grupos culturales existían, como el Conjunto de Teatro Amancay, dirigido por Cavilla, el periódico La Cordillera, pero una radioemisora era imprescindible... y una maestrita llegada de San Luis primero radicada en Chos Malal y luego en Neuquén Capital, era una entusiasta de la idea. Claro, a sus alumnos les enseñaba “Lectura Artística y Declamación”, títulos que había obtenido en Quilmes (Provincia de Buenos Aires) en una escuela de monjas, en la que se había educado y obtenido su título de Maestra Normal Nacional.
Esta feliz coincidencia, hizo que junto al señor Germán Zan y, entre otros, Domingo Profilli, fueran dando paso a la idea, que más tarde pudieron concretar.
Entre los recuerdos que atesoramos en su cuaderno de actuación, no sólo fue educadora en la Escuela Nº 2 “Conrado Villegas” sino que tuvo entre sus inestimables discípulos a Milton Aguilar y a su hermano Franklin.
Lo bueno de todo esto es que a Nélida la patrocinaba, entre otros, la Farmacia Salvadó, que ya existía en aquella época, como la recordada e inolvidable “Tienda Buenos Aires” de la familia Judzik, a quienes también recordamos como amigos de la familia. También la “Tienda New London”, la “Heladería Claro de Luna” y otros tantos comerciantes entusiastas que reconocieron a esta maestra cuya devoción al magisterio hizo que enseñara particularmente sin cobrar un centavo.
Eran otras épocas, otros los personajes que hicieron nuestro terruño, otros los principios que se anidaban en corazones con fe y coraje en el futuro de esta tierra.
Así nació en 1944, LU5 de la Red de Emisoras Splendid que salió al aire gracias a un hermoso piano, voces como la de Blanquita Arabarco y otros que fueron señalando el camino a quienes hoy adoran esta radio, que fue la primera de la Patagonia Argentina que transmitiera desde exteriores, desde la que hoy es la sede del Club Pacifico.
El milagro de la radio se hizo con el tendido de un cable coaxil a través de la manzana de Alberdi, Córdoba, Rivadavia y Santa Fe, que en esa época no tenia casas.
Nélida tuvo, por otra parte, la primera audición para niños en LU5 y que luego, por casualidad , repitiera su nuera Ana Maria Lambert – locutora oficial - en la década del 60.
Los poetas del romanticismo y el renacimiento, encontraron ecos en la voz de Nélida Funes quien junto a Gregorio Álvarez (su cuñado, ya que su esposo Pedro Arístides, era hermano del primer maestro y médico patagónico) dieron nueva luz a la letra de Béquer y Darío. Y fueron varios, como Andrés Guevara y otros poetas, escribieron y le dedicaron versos, por lo que era esta artista, que continuó su carrera en LS11 Radio Municipal de Buenos Aires y , obviamente, en LR4 Radio Splendid, junto a Alfredo Navarrine y otros.
Esto no es nada más que una apretada síntesis de la vida proficua de esta humilde maestra, que dedicó una oda de agradecimiento a la tierra que mas quiso en su vida, que fuera Chos Malal, la que le dio su esposo y una de sus hijas.
Por ello es que no ha pasado su vida en vano, aunque con mucha pena debo decir que no ha merecido un justo reconocimiento, por parte de quienes la sucedieron en la Escuela Primaria Nº 2 y no tiene cabida en la placa de los viejos maestros que pasaron por allí . Nos queda a sus hijos (somos tres en total) el intimo placer, de haber recibido su amor, su guía, su confianza, su fe en nosotros, acompañada desde siempre por Pedrito, reconocido así por sus íntimos amigos y compañeros de Correos y Telecomunicaciones.-
Pioneros de una familia tan grande y extensa, que cuenta entre sus integrantes a los Alvarez, Della Cha, Gilly, Chiappe y otros, que hicieron esta Provincia de pujanza y fuerza como ninguna.
Sólo he nombrado a algunos, y tengan por seguro que no olvidamos a ninguno de los que fueron amigos y compañeros de nuestros padres.
Sólo queríamos que se supiera del paso de nuestra madre por LU 5. Luego hubo en su vida de 53 años una buena cantidad de instituciones, en las que dejó su recuerdo indeleble de poetisa y escritora tanto como de excelente recitadora.

 

 


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