Villegas diseñó la estrategia
para la Campaña del Desierto

 
 
Conrado E. Villegas.
Tres fueron las Brigadas expedicionarias que al mando de Ortega, Vintter y Bernal rodearon a los caciques y neutralizaron el avance de los malones.

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El presidente Roca se comprometió a borrar para siempre las fronteras
militares para que todas las tierras argentinas estuvieran bajo la
jurisdicción de las leyes de la Nación.

Al asumir la presidencia de la República el general Julio Argentino Roca, su preocupación era el problema de los indios. Por tal motivo, al hacerse cargo de su mandato constitucional, expuso ante el Congreso Nacional reunido en asamblea: “Continuaré las operaciones militares sobre el Sud y el Norte de las líneas actuales de frontera, para completar el sometimiento de los indios de la Patagonia y del Chaco, para dejar borradas para siempre las fronteras militares, y a fin de que no haya un solo palmo de tierra argentina que no se encuentre bajo la jurisdicción de las leyes de la Nación”.
Con ese objetivo instruyó a su ministro de Guerra y Marina, el general Benjamín Victorica, para que adoptara los recaudos necesarios para que los inconvenientes que significaban los indígenas fuera superado y los territorios ocupados quedaran en condiciones de poblarse y producir en beneficio del país.
El jefe de la línea militar de Río Negro, general Conrado Villegas, fue ordenado para expedicionar sobre el Neuquén y el Sur de Río Negro, quien presentó a sus superiores un plan de operaciones.

Primera Brigada
El 15 de marzo de 1881 se iniciaron las operaciones y tenían como objetivo fundamental limpiar la zona de indios, bandidos y extranjeros indeseables que habían buscado refugio en la cordillera andina del Neuquén para, posteriormente, operar sobre todo el Sur argentino con el fin de imponer las leyes de la Nación.
Con distinta suerte, las tres brigadas organizadas por Villegas, alcanzaron el lago Nahuel Huapi entre el 5 y el 10 de abril de 1881.
La 1º Brigada operó sobre los toldos de Reuque Curá, Namuncurá, Albarito Rumay, Zúñiga, Udalmán y otros caciques y capitanejos los cuales, ante la amenaza, huyeron a Chile.
Esta Brigada operó sobre la zona del límite internacional y deshizo varias escaramuzas de las tropas indígenas, enfrentando un ataque que costó la vida de cuatro hombres.
En su huída los indios abandonaron un capitanejo herido, el que portaba armas con el escudo chileno.
El día 30, la Brigada fue atacada por un grupo de indios comandados por Tacomán, al parecer hijo de Sayhueque. El día 5 de abril acampó en el lago Nahuel Huapi.

Segunda Brigada
La 2º Brigada partió desde el Fuerte Roca, vadeó el Neuquén y alcanzó la margen Norte del Limay, llegando a Collón Curá donde atacó el asentamiento del cacique Molfiqueo, apresando veintiocho indios y tres chilenos. Desde allí se adelantó un escuadrón hasta la zona del Caleufú para ubicar a Sayhueque, mientras otro escuadrón remontó el río Caleufú para tratar de atacar la retaguardia de dicho cacique quien, advertido de la estrategia, huyó a los contrafuertes de la cordillera.
El 9 de abril acampa en el Nahuel Huapi, habiendo dejado el Regimiento 7 de Caballería en la confluencia de arroyo Picún Leufú con el río Limay, con instrucciones de reconocer la zona y mantener contacto con el Fuerte 1ª División.

Tercera Brigada
La 3º Brigada debía atravesar una zona desconocida. Con la misma, marchaba el general Conrado Villegas. La vanguardia de esta Brigada al mando del coronel Bernal alcanzó el área conocida como Castre, operando en destacamentos de cien hombres cada uno.
Al llegar al mencionado lugar reconocieron una zona muy apta para la producción agrícola y ganadera. A partir del día 19 de marzo prosiguió la marcha alcanzando y vadeando los arroyos Treneta, Trapal, Leufú, del Vasco. En este lugar se dejó una patrulla de observación, continuando el grueso de la tropa hasta el arroyo Maquinchao.
Vadeado el mismo, acampó en Epu Laufquen. Luego de un entrevero con un hijo de Sayhueque, prosiguió la marcha reconociendo la zona de Limen Nieiu, arroyo Comallo. El 2 de abril alcanzó la zona del Nahuel Huapi, vadeando el día 3 de abril el río Limay para acampar junto a las otras Brigadas.

Orden del día
El 10 de abril, el general Conrado Villegas dictó la siguiente Orden del Día: “Soldados de la División del Río Negro y Neuquén: En nombre del Gobierno de la Nación, os saludo al pie de los históricos Andes, cuyos picos sintieron la planta de nuestros antepasados, en el nombre de la humanidad y de un derecho divino llevaron la libertad a pueblos hermanos aún sometidos a la ley del conquistador. Sois la Primera División de las tres armas que viene a oír la repercusión del cañón de Maipo y Chacabuco, que en su eco llevará a los pueblos la feliz nueva de que el estandarte azul y blanco flamea en el gran lago del Nahuel Huapi, como un centinela avanzado de la civilización y guardián de los derechos de la Patria.
Señores Jefes de Brigada, os agradezco vuestra eficaz colaboración. Todos habéis sido puntuales, pues a pesar de la larga distancia y malos caminos que habéis atravesado, estáis en vuestro puesto asignado. Señores Jefes, Oficiales y soldados: El país tiene su mirada en vosotros y os contempla con reconocimiento. Os saluda vuestro general.”
Si bien las Brigadas cumplieron el plan final alcanzando el objetivo geográfico, no se logró batir a fondo a los indios en condiciones de oponer resistencia, quienes volvieron de Chile para rehacer sus fuerzas y presentar nuevos combates.

Cambiar la guerra
En un informe producido por el general Conrado Villegas el 5 de mayo de 1883, detallaba: “Después de la expedición que en 1881 llevé al Lago Nahuel Huapi… me convencí como lo demostraré a V. S. de la necesidad de variar en lo sucesivo el género de guerra. Ya no sería conveniente operar con columnas pesadas y sí colocar estas en puntos estratégicos y de allí, por medio de fuertes o pequeñas partidas, inundar todo el territorio que se iba a batir en guerra, que se debía llevar con toda la actividad y rapidez, no suspendiéndola hasta concluir con los moradores de aquellos territorios, sometiéndolos a las leyes de la Nación, haciéndolos emigrar allende la cordillera o destruyéndolos.”
En base a estos informes el Ministro de Guerra y Marina expresaba lo siguiente: “(…) la permanencia de los indios al otro lado de los Andes será siempre un peligro que nos obligará a mantener una fuerza militar relativamente considerable en la estación en que las nieves abran los pasos de la cordillera. A este efecto se prepara un avance de la línea de Neuquén y Río Negro.
La comandancia de la 4º Brigada avanzará al Río Agrio y desde allí al Nahuel Huapi donde se establecerán los acantonamientos necesarios, fijos unos, móviles otros, puesto que en la época de los deshielos nuestras avanzadas deben vigilar los boquetes mismos de la cordillera”.
En toda esta planificación faltaba la colaboración de Chile, en cuyo territorio se refugiaban los indios que huían de la Argentina y allí, en Chile, se preparaban para nuevos ataques sobre diferentes lugares del territorio nacional.

Ataque al fortín
Un importante golpe dado por los indios fue el ataque al Fortín “1ª División” el 16 de enero de 1882. Este fuerte estaba emplazado sobre el río Neuquén, en jurisdicción de lo que hoy es Cipolletti, provincia de Río Negro, con una dotación de 15 soldados y otros tantos civiles. A pesar de la gran diferencia de fuerzas, los defensores del Fuerte rechazaron todos los intentos de los indígenas quienes huyeron derrotados y con importantes pérdidas.
El jefe de la guarnición Juan G. Gómez, organizó con valentía la defensa que terminó con la tentativa de los indios de tomar el estratégico Fuerte.
El ministro de Guerra dictó dos Decretos para perfeccionar las operaciones de ocupación del territorio nacional, por los cuales se disponía la organización de la Segunda División al mando del general Villegas, y se creaba la “3º División del Ejército” que, al mando del general Eduardo Racedo, debía operar en los territorios limítrofes de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y los ríos Colorado y Chadileo.
A fines de 1882 las tropas se desplegaron sobre la línea del río Agrio. A continuación de estas medidas se dispuso la iniciación de una campaña denominada «Expedición de los Andes», al mando del General Villegas. El plan de este general contemplaba la necesidad de la movilidad de los efectivos en operaciones.
(Continuará)

(Fuente: Mauricio Arabarco, “Ocupación del Neuquén y del Sur de Río Negro por las tropas nacionales al mando del general Conrado Villegas”. IV Congreso de Historia Regional del Neuquén)

El plan

La propuesta de Conrado Villegas fue aceptada en su totalidad. De esta forma, tres fueron las brigadas que rastrillaron el territorio indómito.

1º Brigada

Jefe: coronel Rufino Ortega

Unidades: Plana Mayor, Regimiento 12 de Infantería, Regimiento II de Caballería.

Misión: Partiendo desde Ñorquín, costear los contrafuertes andinos hasta alcanzar el lago Nahuel Huapi. Durante su avance, batir aquellos lugares donde pudieran refugiarse indios.

2º Brigada

Jefe: coronel Lorenzo Vintter

Unidades: Plana Mayor, Regimiento 5 de Caballería, Regimiento 7 de Caballería. L Sección de artillería de montaña (2 piezas).

Misión: Avanzaría hasta Confluencia costeando el río Limay. Al llegara la desembocadura del Picún Leufú destacaría una columna hacia el Oeste para realizar un rastrillaje de toda la zona en busca de tolderías de Reuque Curá. Posteriormente se uniría nuevamente al grueso que por el Norte del Limay trataría de perseguir las huestes de Sayhueque que, al parecer, moraban en la zona del río Caleufú. Desde ese punto, la brigada se dirigía al lago Nahuel Huapi.

3º Brigada

Jefe: coronel Liborio Bernal

Unidades: Regimiento 6 de infantería de línea, Regimiento 3 de caballería de línea.

Misión: Debía marchar hacia el arroyo Valcheta a través de la travesía existente desde ese lugar. Desde Valcheta se dirigían al lago Nahuel Huapi efectuando un rastrillaje del terreno para luego, apurando la marcha, ocupar los pasos sobre la línea del Limay con la intención de evitar la fuga de indios al Sur.

 

 


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