Moreno fue el héroe civil del
diferendo limítrofe con Chile

 
 
Rubén Massimo Todero, a quien todos llaman «Tata» en una calle de su ciudad, releyendo uno de sus cuentos.
La pasión del famoso perito por su tierra argentina lo llevó a realizar exploraciones científicas que luego fueron fundamentales para sostener su teoría de la división fronteriza definitiva con el criterio de las «altas cumbres».

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Hombre de honor, amigo de los caciques, se ganó el respeto de sus vecinos que lo ungieron diputado nacional luego de coronar con éxito la disputa que le valió admiración mundial.

El 31 de mayo de 1852 nacía en Buenos Aires Francisco Pascasio Moreno. Sus padres, Francisco Facundo Moreno y Juana Thwaites, lo bautizaron cinco meses después. Fue el segundo de cinco hermanos. La mayor, Juana, y los tres menores, José, Eduardo y Maruja.
Cuando Francisco Pascasio tenía 15 años, víctima de cólera muere su madre Juana Thwaites. Al año siguiente sus hermanos dejan de participar del museo familiar que Francisco Pascasio había iniciado movido por el apoyo de su padre. Desde ese momento, los objetos de gran importancia geológica fueron repartidos en partes iguales y Francisco recibe las primeras donaciones. Una de las más importantes le son entregadas por una famosa dama porteña, Mariquita Sánchez de Thompson, la dueña de la antigua casona donde se entonó por primera vez el Himno Nacional, escrito por Vicente López y Planes y musicalizado por el maestro Blas Parera.
El 28 de julio del mismo año, por iniciativa de Estanislao Zeballos, se fundó la Sociedad Científica Argentina. En la primera junta directiva figuraba Moreno junto a otros estudiantes dispuestos a salvar el país. Eran hijos de las llamadas «familias bien» interesados por lo que sucedía en los conventillos o en la extensa y poco conocida “tierra adentro”.
Moreno, que recorrió la Patagonia en varias ocasiones, según cuentan, en su primer viaje adquirió el hábito de la “escritura portátil” que le permitía la posibilidad de enviar sus observaciones a Europa.

Vida agitada
En la Argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores le encarga realizar un mapa de la Patagonia y un informe sobre los límites con Chile.
El hombre que regresaba de Europa, que pudo iniciar una vida académica sin sobresaltos, se metía de lleno en un conflicto que demandaría no sólo inteligencia, sino también grandes esfuerzos. En medio de una vida agitada, el prócer civil tiene tiempo para enamorarse. A los 32 años decide formar un hogar y se casa con Mariana Varela. El matrimonio dura apenas doce años, en este período la familia crece aceleradamente con la llegada de siete hijos.
Otro de los puntos centrales de su vida fue el Museo que donó a la provincia de Buenos Aires cuando se fundó la ciudad de La Plata. Buscaba con las exhibiciones ejemplificar la evolución de la naturaleza de acuerdo a las últimas teorías científicas.
En los 20 años en que Moreno se desempeñó como director del Museo, entre 1885 y 1905, la institución alcanzó proyección nacional e internacional. Francisco Pascasio se rodeó de un conjunto de técnicos y especialistas sobresalientes, con quienes realizó exploraciones de diferentes regiones del país.
La obra realizada quedó documentada en las publicaciones del Museo, que comenzaron a imprimirse a partir de 1890. Así entre 1893 y 1895 el personal del Museo bajo la batuta de su director recorrió desde la Puna hasta San Rafael, Mendoza. En ese recorrido estudiaron mineralogía, geología y geografía de las altas cumbres haciendo el primer relevo de la orohidrografía de la cordillera de los Andes, hasta entonces absolutamente desconocida.

Perito
Luego de esta trascendental experiencia, Moreno fue designado perito argentino para defender la ponencia Argentina en el diferendo limítrofe con Chile. Este mismo cargo se lo habían propuesto en 1888 y lo rechazó porque consideraba que no tenía el mismo nivel que el perito chileno Diego Barros Arena. A partir de ese momento las actividades del Museo se centraron en la defensa de los intereses de nuestra nación.
Los problemas fronterizos de la Argentina con sus países limítrofes no habían resultado exitosos. En la disputa con Brasil el resultado fue desfavorable. Al surgir el diferendo con Chile se planteaban nuevos problemas ya que el país del Oeste de la cordillera reclamaba parte de la Patagonia y deseaba replantear la demarcación fronteriza de Catamarca y la Puna de Atacama.
En lo único que parecían ponerse de acuerdo chilenos y argentinos era en la soberanía argentina sobre el Atlántico y la chilena sobre el Pacífico.
Este único punto de acuerdo fue utilizado por Moreno para plantear la posibilidad de negociación ya que, según su postura, se debía trazar una línea divisoria en las “altas cumbres” desde donde se divisaba el curso de los ríos hacia ambos océanos.
«A partir de ese acuerdo podemos negociar», decía Moreno.
Las funciones de “Perito Argentino” en la cuestión limítrofe con Chile llevaron a Moreno, en los últimos años del siglo XIX, a realizar sucesivos viajes a Santiago de Chile. En 1897 con su esposa, cuatro de sus hijos y el doctor Clemente Onelli cruzaron la cordillera. Ese mismo año, en Chile, fallece su esposa Mariana víctima de fiebre tifoidea.
En la memoria de Moreno quedan grabadas a fuego las palabras que ella había pronunciado, ya enferma, poco antes de morir. Mariana le pidió que no abandonara la causa argentina. Le rogó que siguiera adelante y no abandonara la lucha. Le imploró que luchara hasta vencer, porque la guerra era lo peor que le podía pasar a los dos países. “Con tu triunfo, evitaremos la guerra” –concluyó Mariana antes que la muerte se apoderara de su vida.

Lograr el acuerdo
Por la Argentina, por la memoria de su esposa, por sus hijos, Moreno no detuvo su marcha. Entre 1897 y 1898 trabaja intensamente por el logro de un acuerdo. En ese período sienta las bases del encuentro que, finalmente tuvieron los presidentes Julio A. Roca y Federico Errázuriz Echaurren el 15 de febrero de 1899.
En pocos años, Francisco Pascasio, convertido en el perito Moreno, reunió información sobradamente abundante. Descubrió numerosos lagos, ríos, canales, islas, cordones montañosos y cerros a los que accedió con su comitiva redescubriendo las áreas inexploradas de la muy lejana región Patagónica.
La teoría de Moreno de que el límite con Chile debía ajustarse a la línea de las altas cumbres fue sustentada por un detallado estudio en el terreno a lo largo de toda la región limítrofe, estudio que no pudo ser igualado por los expertos chilenos.
Moreno contó con el testimonio de sus amigos indios de Nahuel Pan, y colonos galeses para retener la región de la “Colonia 16 de octubre”, y de un antiguo colaborador del Museo, Germán Koslowky, para que el “Valle de los Huemules, en las cabeceras del río Aisén quedase también en territorio argentino.
En 1899 se trasladó a Londres acompañado por sus hijos, como asesor geógrafo del representante argentino. Desde allí escribe al presidente Roca: «Necesitamos hacer conocer el país en todo sentido. No tenemos el puesto que nos corresponde como nación americana y es nuestro deber tratar de conseguirlo.
En 1900 Moreno regresa a la Argentina y sir Thomas Holdich, en representación de su país, viaja en el mismo barco. Durante el viaje, Moreno conversó largamente con el comisionado y trató de conocer su opinión acerca del conflicto. Muy diplomático, Holdich eludió respuesta. Sin embargo en una ocasión, mientras ambos miraban el mar, acodados en la borda, Holdich habría dicho “todo lo que gane el pie argentino al oeste se deberá a su trabajo”.
En 1901 se realiza un reconocimiento desde el lago Lácar, tarea que realiza Moreno junto a sir Thomas Holdich.
En medio de la lucha por lograr una solución favorable del diferendo, en 1902 Moreno trató de convencer a los galeses de Esquel que fueran fieles al país que los había cobijado. Y, finalmente, los galeses se pronunciaron a favor de nuestro país, «bajo la bandera argentina». La preocupación central de Moreno en aquel tiempo era poder terminar con éxito las gestiones para solucionar el conflicto limítrofe con Chile.
Cumplido este cometido, Moreno regresó a Londres junto al árbitro ingles. En esa capital había quedado uno de sus hijos, Francisco de 15 años, estudiando artes plásticas.
El 28 de mayo, en Santiago de Chile, los dos países en conflicto firmaron un pacto de limitación de armamentos y aceptaron el arbitraje inglés, que recayó en Su Real Majestad el rey Eduardo VII que designó representante ante los dos países a sir Thomas Holdich.
En 1902, nuevamente, Moreno y Holdich viajan desde Inglaterra para presenciar los trabajos de fijación de los hitos limítrofes en acuerdo con el laudo arbitral que, ese mismo año, había determinado el rey Eduardo.
En ese laudo arbitral nuestro país retuvo 42.000 kilómetros cuadrados de territorio. Esta defensa territorial de Moreno no se agotó en sí misma. «Si es cuestión de honra nacional defender la integridad del suelo nativo, también debe ser cuestión de honor nacional darle a este suelo todo su valor, con lo que se evita tener que defender su integridad»-sentenció Moreno, y agregó- «Nunca he podido comprender cómo una nación viril que se dice dueña de extensísimas zonas, desde el trópico hasta el polo antártico, no se empeña en estudiarlas, para utilizarlas, que es lo que justificará su dominio sobre ellas».

Parque natural
En 1903 sufre una terrible pérdida. El 26 de enero muere su hijo Florencio de tan sólo 9 años. Utilizó el trabajo como método de ocupación y en unos meses recuperó su entusiasmo».
Ese mismo año el Congreso Nacional premia su trabajo como perito y también la labor que realizó durante años gratuitamente. Por esta razón, la Nación le otorga tierras en el territorio del Neuquén o al Sur del río Negro.
Moreno ubica esas tierras en el extremo oeste del lago Nahuel Huapi y las dona a su vez a la Nación con el fin de que sean conservadas como “Parque Natural”. De esta manera el 6 de noviembre de 1903 la Argentina se convirtió en el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Canadá, en poseer un Parque Nacional. Moreno, luego de este logro, escribió al ministro chileno Vergara pidiéndole que su gobierno hiciera una reserva natural en las tierras chilenas ubicadas al Oeste del Nahuel Huapi.
Su último viaje a la Patagonia lo realiza en 1912, siete años antes de su muerte, cuando acompaña a Teodoro Roosevelt, por pedido especial de éste, a la región de Nahuel Huapi.
Francisco Pascasio Moreno murió en la madrugada del 22 de noviembre de 1919. En 1944 sus restos fueron traslados a Bariloche, cubiertos con la bandera argentina y los ponchos de Sayhueque, Catriel y Pincén, y depositados en la isla Centinela, convirtiendo el imponente escenario de sus mayores glorias en digno monumento a su grandeza. Nada le hubiera satisfecho más que descansar en las tierras por las que luchó sin desmayo.

Incansable

El perito Francisco Pascasio Moreno trabajó sin pausa en el
relevamiento de nuestra región.

1875- Viaja a la Patagonia Septentrional, Río Negro y Limay, Collón Cura y Caleufú.

1876- 22 de enero: lago Nahuel Huapi. Primer hombre blanco que arriba desde el Atlántico.

1877- 15 de febrero: Lago Argentino. 27 de febrero: Lago San Martín y Lago Viedma.

1879- Descubre el lago al que bautiza Juan M. Gutiérrez, en honor al admirado hombre de letras.

1884/ 1905- Fundador y Director del Museo de la Plata.

1888 -Perito en la cuestión de límites argentino-chileno.

Distinciones

La Sociedad Geográfica Comercial de París le otorgó la medalla Creveaux y en 1881 la «Societé de Géographie de París», lo nombró miembro y socio corresponsal, y le otorgó la medalla de oro.

En 1883 la Academia de Francia le otorga las Palmas Académicas y lo designa oficial de esa institución. Un año después, la Sociedad Arqueológica de Chile lo nombra miembro correspondiente.

En 1898 recibe una nueva distinción. Es nombrado por la «Geological Society of London» como miembro honorario correspondiente, y la Academia Americana de Política y Ciencias Sociales de Filadelfia lo designa miembro extranjero.

Amigos y admirados

Estanislao Zeballos fue uno de los más eminentes hombres de ciencia y promotores de la cultura científica argentina a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Hombre de actividad multifacética, su obra es también polémica, ya que si bien fue fundamental para el establecimiento de las bases de la ciencia nacional, también se relacionó con los aspectos más oscuros de la política argentina de finales del siglo XIX, en especial, con el proceso de avance militar sobre el Desierto y de eliminación de las poblaciones autóctonas.

Durante su juventud, Francisco P. Moreno entabló una amistad con Germán Burmeister, naturalista, médico y escritor prusiano.
Ya en 1870 escucha hablar por primera vez de Luis Piedrabuena (foto) y se ve totalmente anonadado por la emblemática precisión y certeza de su labor.

En 1874 el antropólogo francés Paul Brocca publica un trabajo de Francisco P. Moreno llamado «Civilización Anterior a la Actual», basado en sus estudios realizados en Patagonia.

 

 


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