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Miembros de la Junta de Recúpero
Histórico de la capital zapalina llevan adelante investigaciones
de acontecimientos del pasado que iluminan verdades poco conocidas
que, en breve, formarán parte de un libro sobre la ciudad.
No se puede abordar el estudio sobre la economía zapalina
de la época territoriana sin tener en cuenta dos datos históricos
fundamentales: la práctica comercial ganadera de nativos y
criollos, anterior a la Conquista del Desierto, quienes cruzaban por
esta zona trasladando ganado y otros bienes de cambio. Esta práctica
se remonta en el tiempo hasta las antiguas rastrilladas y, consecuentemente
con esa realidad, el intercambio realizado por estos actores sociales
a ambos lados de la Cordillera de los Andes. Todo este accionar sentó
las bases de lo que llegaría a ser un centro comercial de vital
importancia para la provincia del Neuquén.
El modelo agro exportador
La consolidación del Estado-Nación en la segunda mitad
del siglo XIX se gestó en todos los aspectos de la vida nacional.
Dentro del campo geopolítico, la necesidad de delimitar, ocupar
y dominar todo el territorio, puso a las autoridades ante la exigencia
de tomar drásticas medidas. Una de ellas fue la organización
de diferentes campañas en contra de los pueblos originarios
que aún conservaban la posesión de sus tierras; otra,
el asentamiento de unidades militares en lugares estratégicos,
y por último, la sanción de la Ley 1532 que representó
la inclusión de los territorios nacionales en un marco de legalidad.
En el aspecto económico, se consolidó el modelo agro
exportador con la gran inmigración y la instalación
de los ferrocarriles.
En el caso de nuestra provincia, la Campaña al Desierto, dirigida
por Roca, puede considerarse parte del proceso de incorporación
del “Territorio del Triángulo” como se denominaba
a Neuquén, al concierto nacional. En este contexto, la decisión
política apuntaba a establecer cuarteles militares cerca de
los pasos cordilleranos que comunicaban con Chile, para delimitar
la frontera. Por lo tanto, sus primeras poblaciones nacieron al amparo
de fortines como Junín de los Andes, Chos Malal, Las Lajas
y San Martín de los Andes.
Ya enfocando estrictamente el plano económico, la actividad
que intentaron desarrollar los habitantes fue la ganadería,
cumpliéndose otro objetivo del gobierno nacional : favorecer
la expansión del modelo agro exportador. Zapala, aún
con limitaciones, no fue ajena a las decisiones políticas y
económicas del Poder Ejecutivo Nacional.
Surgimiento de la ganadería
Los inicios de Zapala, como asentamiento urbano en el lugar en que
hoy se encuentra, a fines del Siglo XIX, se relacionan con la actividad
pecuaria ganadera y están ligados al denominado “Campo
Zapala”, propiedad adquirida por Pedro Florencio Roberts en
un remate efectuado en la Oficina de Tierras y Colonias en la ciudad
de Buenos Aires en 1885, escrituradas en 1.898.
El Dr. Roberts introdujo en el lugar un capital en mejoras y hacienda
por valor de 60.000 pesos moneda nacional. Posteriormente, en 1899,
las tierras fueron compradas por los señores Trannack, una
familia inglesa que decidió radicarse en Zapala.
Se sumaron además, otros estancieros de influencia como los
Zingoni, en Catan Lil; Rambeaud y Pavia, en Covuncó, entre
otras familias.
Las producción obtenida era de ganado criollo, sin mestizar,
destinado al consumo local, cuyos excedentes eran vendidos en Chile,
como “ganado en pie”, además de cueros, crines,
plumas de avestruz, pelo y lana.
En consecuencia, esta zona se incorporó al modelo agro exportador
como productora de carnes, pero al no encontrar salida a su producción
por los puertos del Atlántico, continuó con los mercados
de Chile tal como nativos y criollos lo habían hecho durante
los años previos a la Conquista del Desierto.
Preocupación
La llegada del ferrocarril significó una salida de los productos
de Zapala y toda su área de influencia (Loncopué, Las
Lajas, Covuncó y la zona del sur, actualmente Departamento
Lácar) a los puertos de Bahía Blanca y Buenos Aires,
pero no su desvinculación definitiva con el mercado chileno.
Cuando los gobiernos de Argentina y Chile aplicaron aranceles a la
exportación e importación a fin de la década
del ’20, la preocupación se instaló entre los
estancieros de la zona centro y sur del Neuquén. Comenzaba
el fin del libre comercio con el país vecino.
Hasta los años ’20, los saldos transportados fueron favorables
por varios factores. Por un lado el FFCC se convirtió en el
transporte terrestre más importante por capacidad de carga
mientras que por otra parte durante Primera Guerra Mundial los países
en conflicto demandaban alimentos para abastecer a sus tropas, además
de bandoleras, cartucheras, cantimploras y otros enseres confeccionados
en cuero, lo que aceleró los movimientos de los mercados locales.
Pero a partir de 1921 se produjeron crisis periódicas que demandaron
innovaciones por parte de los ganaderos, quienes debieron tratar su
producto iniciando el mejoramiento de las razas de vacunos para intentar
competir en el mercado nacional o reinvertir en otras actividades
como la instalación de comercios de ramos generales y frutos
del país en nuestra localidad.
Movimiento comercial
Sin lugar a dudas, Zapala fue una de las ciudades más importantes
de la Provincia durante el período territoriano. Entre otros
datos, así lo certifica el rápido aumento de la población
y la aceleración del movimiento comercial después de
la llegada del ferrocarril. Paralelamente, la ciudad vio ordenarse
su edificación y la iluminación de sus calles.
Resulta interesante observar algunos datos comparativos de la época.
El Censo General de Territorios Nacionales de la República
Argentina de 1920, con 56 comercios, 13 de propietarios argentinos
y 43 de extranjeros, según recuadro.
Asimismo, en 1922 ingresan a Zapala 1.498.000 kg. de harina respecto
de los 397.000 kg. recibidos en la ciudad de Neuquén. En cuanto
al movimiento general de mercancías, Zapala y Ramón
Castro registran 8.530.122 kg. frente a 4.352.000 en Neuquén.
Idénticas desproporciones se registran en relación a
la compra y venta de pasto y ganado.
En ese mismo año, el Banco de la Nación contabiliza
en Zapala un movimiento general de capitales de 12.623.175,15 pesos
que luego sevieron incrementados a la suma de 26.256.405,24 pesos
en 1.923, en general referidos a bienes de cambio, no así a
la industria,prácticamente inexistente.
Todos estos datos demuestran muy claramente el protagonismo de los
actores sociales de la ciudad de Zapala dentro de la Provincia, durante
el período territoriano.
(Mario Argat, Federica Toscani, Actriz Volk: Junta de Recupero
Histórico de Zapala. Sara Eliana Riquelme, Junta de Estudios
Históricos de la Provincia del Neuquén.)
Historias desconocidas
Su mejor alumno
Neuquén > En el acto de Colación
de Grados de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Comahue,
realizado en el Aula Magna la primera semana de diciembre de 2006,
presidido por el Decano de dicha Facultad el Dr. Pedro M. A .Barreiro,
el Académico correspondiente al Neuquén, Juan Mario
Raone, hizo entrega al Profesor Juan Barra, la medalla de oro y diploma
que la Academia Nacional de la Historia instituye para el egresado
con el más alto promedio en el cursado de la carrera.
El joven Juan Barra estudió en la UNCo sede Neuquén,
pero es nativo de la ciudad de Chos Malal, antigua capital del Territorio
neuquino. Berra, que promete mucho con sus altas calificaciones será,
seguramente, quien desentrañe algunas historias poco conocidas
que tuvieron como centro el norte neuquino. Esas historias que se
remontan miles de años atrás que, quizás, puedan
dar respuesta a tantos interrogantes del devenir de los tiempos de
esa hermosa y muy neuquina región.
Visto y Oido
Gran tarea rotaria
Neuquén> “La formidable obra de
Rotary International, a través del Rotary Club de Neuquén,
se ve reflejada en estas imágenes, que nos llenaron de emoción”-indica
el rotario Jorge Álvarez Funes.
Luego de dos años de esfuerzos pudieron ver cristalizado uno
de los grandes anhelos en beneficio de la juventud.
Una subvención compartida con el Rotary Club de Rímini,
Italia, y los clubes de Neuquén, Zapala y Bahía Blanca
se pudo concretar a partid de que Bruno Gigi, de la fundación
rotaria, enviara máquinas a la región de las que puede
disponer el sector carpintería del Colegio San José
Obrero.
En el sencillo acto de entrega de las nuevas maquinarias se vivió
un clima de emoción compartida. “Estuvieron los amigos
de Bahía Blanca y Bahía Blanca Norte, junto con Jose
Norman Hernández, el “alma mater” de esta donación
–indica Alvarez Funes-. Quienes pudimos estar presentes justo
al cierre del Ciclo Lectivo, no pudimos más que imaginar la
carita que hubiera puesto el Padre Gregui, si hubiera podido gozar
de este acontecimiento”
Las actuales autoridades de San José Obrero, revalorizaron
la inteligencia, creatividad y pasión que ponen día
a día los alumnos, beneficiarios de las enseñanzas de
San Juan Bosco.
Las autoridades de Privada y Media acompañaron a los rotarios
y a las autoridades del Colegio congratulándose de estos beneficios
para las nuevas generaciones.
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