Los cortes de ruta surgieron por
un conflicto obrero en Neuquén

 
 
Doscientos treinta kilómetros caminaron los obreros de la construcción para lograr mejoras salariales y seguridad.
“La caminata” que unió Piedra del Águila con nuestra capital se inscribe en la historia como estrategia para que la sociedad conociera sus reclamos.

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Este trabajo es producto de la historia oral, de los testimonios de
aquellos trabajadores que, sin amedrentarse, marcharon muchos
kilómetros buscando soluciones. (*)

En 1986, a tres años de la reapertura democrática, un grupo de obreros de la construcción que se encontraba trabajando en la represa de Piedra del Águila, protagonizó una huelga en demanda de mejoras salariales y condiciones de seguridad en el trabajo.
Luego de asambleas deliberativas, decidieron marchar desde Piedra del Águila hasta la capital de la provincia. Recorrieron unos 230 kilómetros de a pie, para que sus pedidos fueran escuchados.
La vuelta a la democracia en 1983, puso fin a la dictadura militar que había dejado sin participación a los sindicatos y gremios. La crisis económica reinaba como consecuencia de años de endeudamiento externo que ninguno de los ministros de economía de los gobiernos de turno pudo resolver.
En 1970 se había producido un hecho significativo para la historia de la Patagonia y de todo el país: la presencia tutelar del Estado. Presencia que, en este contexto, se intensifica. Esta presencia se venía dando desde la creación del territorio nacional y las riquezas disponibles de petróleo convirtieron a la región en un escenario privilegiado para que el Estado intentara planes regionales.
En el período dictatorial ( no democrático) aumentó la migración interna desde las zonas rurales y urbanas más pobres, hacia ciudades capitales de provincia. Es así como se produce la migración hacia las provincias patagónicas, que ofrecían mejor calidad de vida gracias al desarrollo energético y petroquímico. Se completaba el cuadro con la recepción de inmigrantes de países limítrofes.

El estallido
Hace veinte años, obreros de la construcción en Piedra del Águila decidieron realizar una huelga para reclamar mejoras salariales y seguridad en la obra.
Los obreros marcharon a pie la distancia que separa la represa de la capital neuquina. Eran argentinos de distintos lugares del país, bolivianos, peruanos y chilenos que llegaron al territorio neuquino en un momento de fuerte migración interna. Vinieron en busca de trabajo y buenas condiciones sociales, y consiguieron trabajo donde había mayor demanda, en la construcción.
La construcción de la presa, una de las más grandes del país, empleó a más de cinco mil trabajadores.
Los obreros dependían de la empresa UCASA (Unión de Constructores Argentinos) y realizaban turnos de 12 por 12 horas, porque la obra no se detenía.
Las normas de seguridad no se cumplían, muchos obreros perdieron la vida durante el llenado con hormigón de las gruesas paredes de la futura presa.
Levantaron paredes de hormigón armado, rellenaron la barda y el antiguo cauce del río en una dura labor.

La caminata
Estos jóvenes obreros leían periódicos nacionales; allí se enteraron de un reclamo hecho por trabajadores jujeños, en las minas de Pirkitas, utilizando el método de “la caminata” que les fue útil para resolver un conflicto con la patronal. Y decidieron hacer lo mismo, una caminata hacia Neuquén, desconociendo el mandato de la burocracia sindical.
Durante la marcha, que duró una semana, se realizaron varias asambleas acerca de la continuidad de la huelga. Muchas veces no los acompañaba ni el clima ni el gremio de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA).
En los días en que se había generalizado la necesidad de realizar la huelga, los testigos de los sucesos coinciden en que un túnel de inspección se había desmoronado, provocando la muerte de un trabajador y varios heridos. Los periódicos regionales relataron los sucesos que prepararon el plan de lucha progresiva pactado por 48 horas. Pero al no obtener respuestas afirmativas, llevaron adelante un plan de lucha por tiempo indeterminado. Entre tanto hubo audiencias conciliatorias sin acuerdo.
Los obreros recibieron el apoyo de los diputados justicialistas, de los diputados oficialistas del Movimiento Popular Neuquino (MPN); viajaron a Buenos Aires para solicitarle al senador Elías Sapag una mediación directa para superar el problema.
Los hombres, en lucha por sus derechos, también recibieron el apoyo de gremios provinciales (ATEN Y ATE). Pero las gestiones no dieron fruto. Por esta razón se decidió el “paro por tiempo indeterminado”.
UCASA aceptó aumentar un 10% los salarios sobre las remuneraciones de 90 australes. La masa obrera demandaba una retribución de 150 australes.

Asambleas
Las primeras asambleas se realizaron en el comedor de la villa temporaria. Juan Zaldarriaga, delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Neuquén, coincidió con los reclamos: “Era lógico cobrar asignación por zona desfavorable”.
Ya avanzado el conflicto, los manifestantes recibieron el apoyo del obispo de Neuquén, Jaime De Nevares, y de los sacerdotes Juan San Sebastián y los párrocos de Piedra del Águila : José María D’Orfeo y Rubén Capitanio.
Los religiosos dieron una declaración de solidaridad con los trabajadores ya que consideraron que el salario era inmoral: “Ningún ser humano puede vivir y mantener a su familia con 50 australes por quincena”.
El obispo De Nevares hizo sentir su apoyo: “Los pastores del pueblo de Dios escuchamos el clamor de los trabajadores”.dijo ante la prensa de la época.
Los sacerdotes hicieron un llamado a los responsables para que se reparara el salario injusto, se mejoraran las condiciones de vida y se aseguraran las garantías laborales y de seguridad.
“Los obreros reclamaron en todas las formas posibles y la empresa siempre contestó con promesas nunca cumplidas que motivó, la generación de un conflicto, que los obreros decidieron hacer público, para que la sociedad supiera lo que se vivía en el aislamiento de una obra ubicada en pleno desierto”.

La decisión
Al decidir el inicio de la marcha pactaron que un grupo de obreros se quedara en la obra, otro grupo a Buenos Aires para comenzar una “huelga de hambre” frente al Congreso de la Nación y otro grupo tomaría igual actitud en la puerta de la neuquina Catedral María Auxiliadora.
“Cuando se decide la huelga de hambre no están todos de acuerdo”. La prensa de la época da cuenta del apoyo de partidos políticos como el Movimiento al Socialismo (MAS) que declaró: “Los trabajadores dan un ejemplo de heroísmo y de unidad. La delegación obrera que viajó a Buenos Aires para negociar “trajo de UCASA y de Hidronor una sentencia de miseria y hambre para las familias de los 3.000 compañeros”. Asimismo el MAS convocó a una campaña de pronunciamientos en favor de los obreros y pidió a la Confederación General del Trabajo (CGT) que se “ponga a la cabeza de esta cruzada de justicia en la provincia”
Los trabajadores también recibieron el apoyo del Secretario General de la UOCRA, Evaristo Selesky, que les dio aprovisionamiento, ómnibus, ambulancias y camiones con alimentos, carpas y frazadas para la caminata a Neuquén. Esto a sabiendas de que “la UOCRA nacional no apoyaba el conflicto”.

La marcha
El 21 de abril de 1986 a las 8,30 de la mañana, acompañados por sus esposas, diputados provinciales, dirigentes políticos y sindicales, tres mil obreros de la construcción de la represa de Piedra del Águila iniciaron la marcha hacia Neuquén. “La resolución de la caminata se decidió por asamblea y al iniciarse se logró la simpatía de la población que, a medida que nos acercábamos a Neuquén, tomaba más relevancia. Tanto es así que el gobierno nacional, el provincial y la UOCRA nacional implementaron un plan para desmovilizar”.
La UOCRA informó que la marcha se desarrollaba con normalidad, los caminantes contaban con buena atención, alimentación, abrigo y sanidad. Los trabajadores judiciales responsabilizaron a Hidronor, a través de la prensa regional, por haber adjudicado la obra a UCASA por 280 millones de dólares, cuando se había presupuestado en 400 millones de la misma moneda. Las marchas, reanudadas cada día, eran acompañadas con cánticos y pancartas alusivos. Cuando llegaron a la localidad de Picún Leufú la policía provincial cortó la ruta 237. En ese lugar habló el delegado de UCASA, Juan Ángel Godoy, que destacó la justicia de las reivindicaciones reclamadas y la solidaridad de los partidos políticos. “El gobierno nacional debe escucharnos” y anunció la participación de Saúl Ubaldini en la concentración a realizarse en esta capital. El dirigente enfatizó los reclamos y solicitó además “que se incluyera a la obra en la “Zona C”, de acuerdo con la regionalización de emprendimientos del tipo que se construyen en el país, lo que importaría un incremento salarial del 9,6 %”.

Divisiones sindicales
Según manifestaron los delegados José Segovia y César Maravilla, el ritmo de la caminata superó los cálculos previstos, por lo que presumían arribar a Neuquén al mediodía del jueves.
Se denunció el maltrato de la patronal hacia los trabajadores “así como la falta de higiene y de seguridad.» Muchos accidentes de trabajo y el mal funcionamiento y escasez de personal en el hospital de la villa que sólo contaba con un traumatólogo.
César Maravilla declaró a la prensa que “Hay casos de compañeros que están internados dos semanas esperando el resultado de los análisis que se tienen que hacer en Neuquén, porque acá no hay laboratorio”.Además, encuadrado en el bajo salario, se quejaron de que en la villa no había elementos de recreación y que la localidad más cercana estaba a unos 30 kilómetros.
El 24 de abril de 1986 hicieron escala en El Chocón bajo una intensa lluvia. “Ganamos o morimos” parecía ser la premisa que defendían. El 26 de abril continuó la marcha y se ratificó la huelga en una asamblea realizada en Senillosa, localidad cercana a la capital neuquina. De este modo, “la asamblea de Senillosa se realizó en un camión volcador en el playón deportivo de la localidad. Allí parecía que se habían conseguido las cosas, pero la gente no estaba muy segura, querían ver el acta. Se siguió con la caminata”.
“El proceso del conflicto se discutía en asambleas de base, se debatía todo, se le otorgaba la palabra a representantes políticos y a la iglesia. Cuando estábamos debatiendo en la asamblea la mitad de los obreros acordó con la respuesta traída por Gerardo Martínez, de la UOCRA, que puso colectivos para regresar a la obra, dividiendo de esta manera la huelga. La mitad volvió y la otra mitad continuó hacia Neuquén”.
Cuando llegaron a la capital neuquina ingresaron por la avenida Argentina y arribaron a la Catedral. Ese 29 de abril, UCASA e Hidronor pidieron la intervención del Ministerio de Trabajo para encuadrar legalmente el conflicto y encontrar criterios para regularizar las tareas. Es indudable que en la construcción de estas grandes obras levantadas en la provincia, en la de Piedra del Águila los “obreros tuvieron mayor participación en la búsqueda de mejoras en las condiciones laborales, porque desde el inicio se luchó contra las disposiciones de la empresa para mantener un “orden represivo” en coincidencia con las normas de convivencia que se arrastraban desde la época de la dictadura”.
Los resultados logrados no fueron los esperados. Los testimonios orales coincidieron en afirmar que “poco fue lo que conseguimos: 14% de aumento y días de huelga pagados. Posteriormente conseguimos el 15%, otros premios colaterales y viajes de fin de año”. “Después de 15 días Selesky trajo el 13,5 % atado a un montón de condiciones englobadas en la paz social”.
Los curas párrocos que acompañaron la caminata manifestaron que “Ante la magnitud de esta marcha multitudinaria y la repercusión pública provocada por ésta, los funcionarios nacionales de ese momento sumaron promesas y adquirieron compromisos que desgraciadamente tampoco fueron cumplidos. Así los obreros, después de semejante esfuerzo, regresaron a la obra desahuciados de lo que necesitaban, de lo que pedían y merecían”.

Para la historia
La huelga protagonizada por los obreros de la represa hidroeléctrica de Piedra del Águila Provincia del Neuquén de 1986, se inscribe en la lista de los mayores reclamos masivos de obreros que, perteneciendo a una asociación sindical nacional, no se sintieron representados por ella.
La obra, formó parte de los grandes proyectos que el Estado Nacional tenía como propuestas para la región patagónica con miras a beneficiar a todo el país.
La apertura democrática de 1983 muestra al sindicalismo argentino con ansias de liberación ya que el proyecto renovador del radicalismo apuntó a la democratización sindical.
El gobierno democrático se apoyó en el Plan Austral hasta 1987. A partir de entonces se mostró debilitado por la decadencia de la economía y por el escaso apoyo social, agravándose la crisis económica.
La represa forma parte de una nueva estructura regional que permitió a la zona promocionarse y desarrollarse aun más y ser integrada política y físicamente. Podemos considerar que esta huelga protagonizada por los obreros de Piedra del Águila marcó un “antes y un después” en la conducción de la seccional Neuquén de la UOCRA debido a la magnitud que tomó el conflicto y la relevancia a nivel nacional que fue tapa en reiteradas ocasiones del diario “Clarín”.

(*) Sobre textos de la ponencia de la lic. Vicky Chávez en las “IV Jornadas Nacionales de Espacio, Memoria e Identidad” coordinadas por el Dr. Alberto Lettieri. Ciudad de Rosario, Santa Fe, octubre de 2006

Neuquén, siempre campo de protesta

Cabe señalar que nuestra provincia es cuna de grandes conflictos sociales, cuestión que alimenta la idea, en el imaginario social, de que Neuquén es un campo de protesta con fuerte presencia de la izquierda política.
Neuquén es un pueblo combativo que no duda en aliarse a otros sectores ante los reclamos de uno de ellos.
Las causales que se esgrimen para encontrar la respuesta a este interrogante son múltiples, mencionamos entre otras: su ubicación geográfica cercana a la frontera, población heterogénea con gran movilidad social lo que hace que no se haya logrado compactar tradiciones de gran alcance cultural como sucedió con las provincias más antiguas del territorio argentino. Además, las grandes empresas hidroeléctricas de los años 70’ y ‘80El Chocón, Piedra del Águila y el descubrimiento de los grandes yacimientos de petróleo y gas, aumentaron las regalías y esto produjo la economía de enclave, lo que provocó gran aumento de la población.
En suma, la huelga obrera de Piedra del Águila de 1986 fue una de las movilizaciones pioneras en la provincia del Neuquén al momento del retorno de la democracia, por dos razones. Por un lado, porque significó un quiebre en la conducción del interior del gremio UOCRA. Por otro lado, porque se produjo por la participación decisiva de algunos partidos de izquierda con incidencia local durante el desarrollo del conflicto. Esto motivó que «la caminata» no se suspendiera, antes bien, estos sectores promovieron fuertemente el alcance de la meta fijada.

 

 


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