Por maría argel
Un hombre de pelo claro y de ojos azules fue el gran protagonista
esta semana en el escenario político de Río Negro. Con
un terminante 71 por ciento de los votos, Carlos Soria no sólo
logró la reelección como intendente de una de las principales
ciudades de la provincia sino que su imagen se vuelve a proyectar
con autoridad como uno de los probables candidatos a la gobernación,
en 2011. Sin duda, el verborrágico intendente inspira desde
el pasado domingo un mayor respeto de sus adversarios radicales. Y
es consciente de ello.
Si bien el triunfo de Soria era un escenario previsible para el partido
gobernante en Río Negro, no dejó de sorprender su contundencia.
Es que con la postulación del legislador José Luis Rodríguez
hubo mucho en juego y a pesar del intento de recuperar el poder en
Roca, la ciudad le seguirá siendo esquiva por otros cuatro
años más, tal como ocurrió en otros puntos importantes
de la provincia como Cipolletti o Bariloche.
Votos
“El hombre quería ser obispo y ahora apuesta a ser un
párroco”, se le escuchó decir a Pablo Verani allá
por 2003 cuando Carlos Soria intentó llegar a la Casa de Gobierno
de Viedma y perdió con Saiz. Luego, su candidatura a intendente
de General Roca fue tan sorpresiva como efectiva. Se convirtió
en el escalón necesario para que el ex jefe de la Side pudiera
demostrar que tiene dotes de buen administrador y es capaz de cumplir
con eficiencia un mandato ejecutivo.
Así como ha ocurrido en lugares como Bariloche o Cipolletti,
los votantes han preferido renovar la apuesta a estos nuevos protagonistas
de la política rionegrina antes que volver a confiar en las
fórmulas radicales. Ahora Soria tiene como presentación
una gestión eficiente que lo respalda y lo habilita a ser candidato
al máximo cargo en la provincia. Aprovechó el tiempo
y pareciera que está en su mejor momento. Sin duda, un llamado
de alerta para quienes aspiran a suceder a Saiz, una vez que termine
su segundo período de gobierno.
Bariloche
A pesar de haber perdido las últimas elecciones, el
radicalismo gobernante en Río Negro podría tener una
segunda oportunidad en Bariloche, donde asoma como muy complicada
la salud del intendente Alberto Icare. En caso de no poder comenzar
su nuevo período de gobierno, el presidente del Deliberante
debería convocar a elecciones en un plazo máximo de
60 días. Es decir, febrero o marzo de 2008. Y allí,
el hombre que se perfila con grandes posibilidades es el radical Marcelo
Cascón, ahora intendente interino de Bariloche.
El joven radical, quien fue elegido legislador en las últimas
elecciones, ha aprovechado generosamente las oportunidades que ha
tenido de ejercer el poder en el Centro Cívico. Con un perfil
moderado y prudente, Cascón ha sabido ganarse respeto tanto
en los barrios como en los sectores empresarios. Esta nueva ocasión
de estar al frente de la comuna ha refrescado sus aspiraciones de
ser intendente, que debió resignar en las pasadas elecciones
a favor de Hugo Castañón. Así como ocurrió
con Soria, también Cascón tiene en sus manos una ocasión
para intentar convencer al esquivo electorado barilochense de que
es un buen administrador. ¿Lo logrará? Sólo los
tiempos políticos pueden decirlo.
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