Por Darío Soto
La política es una de las actividades en donde los gestos
de sus protagonistas tienen significado y peso propio y están
destinados a producir efectos, positivos en la mayoría de los
casos, para el/los individuos que los produzcan. Para muestra vale
rescatar el caluroso telegrama de felicitación que Lyndon B.
Johnson enviara a John Kennedy luego de que éste le arrebatara
la nominación a la presidencia de los Estados Unidos de 1.960.
«Ahora LBJ (Lyndon B Johnsosn) significará Let’s
Back Jack (apoyemos a Jack)». Horas después y a pesar
de haber sido un crítico y durísimo rival en la convención
demócrata, Kennedy lo eligió como su Vicepresidente.
Esta semana Río Negro dio muestra de esa gestualidad que es
parte del vocabulario semiológico de la política.
Nadie ignora que Carlos Soria quiere ser gobernador y que la proclamación
de la fórmula Pichetto-Arriaga le produjo urticarias. No pudo
contenerse y dijo expresamente que no estaba de acuerdo con la convocatoria
a internas en el Frente para la Victoria y consideró la misma
como un «gesto» de prepotencia de los finalmente proclamados.
En las últimas semanas (y seguramente esta sensación
se extenderá por un tiempo más) se pudo sentir en la
política provincial la ansiedad por un «gesto de apoyo»
del presidente Néstor Kirchner. Desde el FpV, por que lo necesitan
como carburante para motorizar su campaña. Mientras que desde
el gobierno provincial esperan que tal «gesto» no se produzca
y las reuniones que mantuvo el gobernador en la Casa Rosada procuran
satisfacer esa necesidad, en este caso, de ausencia gestual.
Abrumado por esa ausencia, el Senador Miguel Pichetto, hizo declaraciones
a otro medio gráfico, asegurando que «no tiene que sobreactuar
lo obvio», en referencia al tácito apoyo que asegura
tener del Presidente, y que fue interpretado como un reconocimiento
de que no contará con su aval explícito.
Pero en materia de gestos las palmas se las lleva el intendente de
General Roca, quién salió al ruedo sorprendiendo con
su predisposición a trabajar en una concertación con
el oficialismo: «... si hay algunos tipos que son radicales
honestos, que son de buena madera, por qué no hacer un proyecto
juntos como lo pide el presidente?». En declaraciones realizadas
a una radio de Viedma (Frecuencia Vip) el ex Señor 5 se explayó
dejando en claro que no tiene nada que ver con el pensamiento y la
filosofía radical, pero sostuvo que hay que ponerse de acuerdo
con «aquellos que estuvieron 24 años en el poder, porque
no estuvieron al divino botón, si estuvieron es porque nosotros
éramos unos inútiles, entonces vayamos a buscarlos».
Todo esto constituye un gran gesto de Soria que está diciendo
en realidad: «Yo estoy dispuesto a trabajar en una concertación
plural con los amigos radicales» .
A pesar de su bronca por la fórmula del FpV, el roquense sería
incapaz de limar, pública y expresamente», las posibilidades
electorales de sus «compañeros». Pero hábil
político sabe que nada se termina hasta que se termina, y aún
falta mucho por recorrer hasta unas elecciones que hasta carecen de
fecha. Aún se puede barajar y dar de nuevo, y si el presidente
decide una concertación en Río Negro a la Catamarqueña,
él cantó primero, él ya dejó en claro
que puede y no le disgustaría integrar una fórmula radical-peronista.
El gesto se hizo, puede o no tener consecuencias, pero que nadie dude
que se abrió otra alternativa que ya mereció el cobijo
radical: la fórmula puede abrirse si lo pide el presidente.
Similar respuesta surge desde cercanías del Intendente valletano:
«Quién puede decirle que no al presidente..?»
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