Debutó en la Copa Kia este
año y no tuvo suerte, ya que en Zapala y Cutral Co, el auto
tuvo problemas mecánicos. Ahora quiere revancha.
Neuquén, por Silvio Ricci> Es inquieta,
habla a mil por hora, de mostrando que a sus 22 años está
dispuesta a llevarse el mundo por delante con tal de conseguir su
objetivo, el de subirse a un auto de carrera para demostrale al mundo
sus aptitudes al volante.
Ella es Luisina Soto, la «Luchi», una joven neuquina a
la cual se le eriza la piel con tan solo escuchar el ruido de un motor,
«y más bien si me crié entre fierros. Toda mi
familia estuvo y está ligada a los motores, mi papá
tiene taller y mis hermanos corren en autos y motos, como no querés
que esté enamorada de todo esto», comenta Luisina como
dando por obvio que lo único que se le cruza por la cabeza
es correr, por si a alguien le quedaba alguna duda.
Mi enfermedad
La «Luchi» habla y habla, sólo de autos, motos
o de todo lo que tenga motor, y como ella dijo, desde cuando era casi
un bebé está en ese mundo, «su mundo». «A
los tres años me subí por primera vez a una moto de
carrera y corrí hasta los 15 (en 50 cc en Speedway), hasta
que tuve un accidente (en el Picadero en Centenario). Corriendo, me
caí y me pasaron como cinco motos por arriba. Entonces me pusieron
un tornillo en la rodilla y estuve casi dos años recuperándome»,
comenta casi orgullosa de lo que le pasó hace muchos años,
como si fuera algo normal para ella.
¿Tuviste miedo de volver a correr después del
accidente?
Nooo (casi tratando a uno como un loco por la pregunta), es más
estaba enyesada y mi papá me ataba la pierna al manubrio y
así andaba en moto.
Pero eso de las motos lo dejó de lado, aunque «mi gran
pasión son las motos» aclara, para subirse a un auto,
y fue como acompañante de su hermano Matías en el TC
1100 y en el TC Neuquino, cuando tenía 19 años.
El día esperado
A Luisina, la vida le tenía deparada una sorpresa y fue hace
unos meses cuando la fueron a buscar para debutar como piloto en la
Copa Kia, «me levante volando como nunca (mi mama me decia que
si me llamaba para lavar los platos, jamas me hubiese levantado tan
rápido –risas-). Me llevaron a Roca a probar, era la
primera vez que me subía a manejar un auto de carrera. No me
quería bajar, quedé loca, chocha, di diez vueltas y
ahí el dueño del equipo quedó conforme y quiso
que corriera. Y corrí».
¿Y?
Fue lo más lindo que me pasó en la vida, me encantó,
fue relindo.
¿Y por qué dejaste de correr?
Porque en las dos carreras que corrí (Zapala y Cutral Co) el
auto se rompió, nunca pude terminar, en el equipo no había
mecánicos, me lo tenía que arreglar yo, por suerte soy
de meter mano y entiendo mucho de mecánica, pero no dejaban
que mi papá y mis hermanos estuvieran conmigo. Siempre largué
ultima, pero en las pocas vueltas que di, pasé varios autos,
por eso quiero correr, comprar o alquilar un auto para demostrar lo
que puedo dar al volante.
¿Tenés sueños?
Si, correr. Me encantaría tener mi auto en mi taller
y estar todo el dia haciéndole cosas al auto. Me siento cómoda
en este ambiente.
Se dijo
«Mi idea fija es correr y afianzarme en el automovilismo local,
esa es mi meta para 2008. Ahora estoy medio mal porque no hay ningún
auto en la categoría que se alquile. Ya estoy viendo, buscando
sponsors, para comprar o alquilar para todo el año».
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