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El centro tecnológico de Microsoft,
el puente en el cruce de la Ruta 22 y la planta
de fertilizantes Fertineu son algunos ejemplos.
Neuquén > El aniversario de una localidad
del interior, la apertura de sesiones legislativas o un acto de campaña
suelen ser los momentos más utilizados por funcionarios de
importancia a la hora de realizar anuncios.
El problema es que muchas de las grandes obras anunciadas no lograron
concretarse debido a que, en su mayoría, fueron presentadas
en pleno fervor discursivo, sin tener en cuenta si se disponía
de los fondos necesarios, si era viable el proyecto, si respondía
a una necesidad real y concreta, si se contaba con el apoyo del pueblo
y con los recursos necesarios para concretarla y, sobre todo, si no
había alguna restricción legal de por medio.
La provincia de Neuquén no se mantiene ajena a esta situación.
Son varias las obras prometidas que todavía no han sido materializadas
y también existen aquellas que se encuentran avanzadas, pero
desde hace tiempo, nada se ha hecho por ellas.
La planta de fertilizantes
Fertineu es el nombre y apellido de una empresa que fue ícono
en los 80 para la industrialización de los recursos naturales
en origen. La bandera fue izada por el Gobierno neuquino en formato
de proyecto y Raúl Alfonsín en su visita a Neuquén
en 1983 fue el autor de la frase: “Ahora Fertineu”. Se
formó un comité entre la entonces estatal Yacimientos
Petrolíferos Fiscales y la provincia de Neuquén, pero
quedó en los papeles: nadie se hizo cargo del capital y el
entonces dirigente justicialista Aldo Duzdevich armó una carpa
bajo el pomposo cartel que decía “Aquí se levantará
Fertineu”, a orillas de la Ruta 22 en el ingreso a Plaza Huincul.
El político quería denotar una espera infructuosa que
un gobierno de su mismo signo político desechó por completo
en los 90, hasta que el plan fue reflotado por el Gobierno provincial,
en 1993, que comenzó a gestionar un contrato con una empresa
canadiense. El gobierno que lo sucedió en 1996 rescindió
el contrato.
El teatro neuquino
Si hay algo que reclaman los hacedores de cultura, en la capital
provincial y en el interior, es una mayor presencia del Estado en
sus actividades y que su apoyo para el sector no favorezca a las propuestas
foráneas en desmedro de las locales.
Un Teatro municipal siempre formó parte de los reclamos y durante
años, se estuvo a la espera de alguna respuesta al respecto,
mientras se abrían y cerraban proyectos independientes.
Pero, a mediados de octubre de 2005, el secretario de Estado de Cultura,
Reinaldo Labrín, anunció, durante la presentación
de la Orquesta Sinfónica junto al Ballet Estable Neoclásico,
que el año siguiente se iba a contar finalmente con un espacio
para el teatro. El lugar: La Vieja Usina, ubicada en la calle San
Martín entre Fotheringham y Jujuy.
“Ya se realizó el proyecto y ahora se está trabajando
con el Ministerio de Obras y Servicios Públicos en los tramos
finales”, comentó Labrín. “Tuvimos que cumplir
algunos requisitos difíciles de complementar como el estacionamiento
que se solucionó como un anexo”, agregó sin dejar
de mencionar que se llamaría a licitación y que se empezaría
la obra en 2006.
La sala tendría un escenario amplio con butacas para 400 personas.
También, estaba proyectado un foso para que se ubique la orquesta,
y sus respectivos camarines.
Además de esta sala, se contemplaba otra en el predio del viejo
Casino Magic y una tercera en las tierras del Ejército, que
se hallan sobre la calle Luis Beltrán. Esta última obra
iba a demorarse puesto que era prioridad la construcción del
nuevo edificio de la Escuela Nº 125.
Los meses pasaron y la Vieja Usina continuó con su fachada
de desamparo y soledad. A mediados del año pasado, un grupo
de jóvenes ocupó el lugar y se lo apropió bajo
el nombre de “El Galpón Subkultural” con el objetivo
de refaccionarlo y abrirlo con propuestas alternativas.
“Hay muchos proyectos; uno de los principales es la creación
de una biblioteca general y otra específica, talleres, sala
de ensayos y seguimos escuchando propuestas. Además contamos
con un espacio de usos múltiples. No participamos en partidos
políticos, ni aceptamos apoyo de ninguna dependencia del estado,
el hacerlo nos quita independencia. Este es un proyecto comunitario
y es la comunidad quien lo autogestiona”, reza una editorial
de su sitio web.
Lo cierto es que la fachada se mantiene igual que antes y los intentos
para saber si se respetan las mínimas normas de seguridad han
sido infructuosos.
Habrá que ver si el teatro municipal anunciado por el secretario
de cultura y deportes, Oscar Smoljan, en la esquina de Avenida Olascoaga
y Sarmiento, sufrirá el mismo destino. De momento, los espacios
existentes siguen manteniéndose por los aportes de quienes
los llevan adelante.
La zona franca de Zapala
La ciudad de Zapala había dejado de ser la localidad que centralizaba
el comercio del Noroeste de la Patagonia y el cierre del ferrocarril
fue el golpe de gracia. La política económica nacional
marcaba el rumbo exportador y con ese espíritu nació
la Ley 24.331, del año 94, que permitía al Ejecutivo
Nacional habilitar una Zona Franca por provincia. En estos lugares
se podían elaborar productos sin pagar impuestos y luego exportarlos
al mismo territorio nacional o al exterior. Obtenía aval legislativo
un viejo sueño de los zapalinos que aún está
en veremos. El Gobierno licitó el proyecto, se presentó
una empresa que luego abandonó el emprendimiento y se volvió
a licitar. La cercanía con los puertos del Pacífico
y la culminación del tren Trasandino integraban un “paquete”
de megacomplejos con un alto impacto en la generación de empleo.
La Zona Franca está delimitada pero por ahora se encuentra
vacía.
El paso internacional Pichachén
La posibilidad de generar una cultura de tránsito, la promoción
de decisiones políticas tanto del lado chileno como así
también del argentino y su fuerte rasgo complementario con
Pino Hachado, fueron las características principales que señaló
a fines de 2004 el jefe de gabinete José Brillo sobre el Paso
Internacional Pichachén, en su discurso de clausura del segundo
encuentro binacional organizado por intendentes del Norte provincial.
En el acto, Brillo destacó las potencialidades de intercambio
del paso, que por ahora sólo está habilitado al turismo,
y anunció la decisión del gobernador Jorge Omar Sobisch
de destinar dos millones de pesos para realizar obras de infraestructura
en ese sector limítrofe.
“Es un paso que puede ser trascendental y que puede complementarse
perfectamente con Pino Hachado, porque este último puede ser
un paso ferroviario y el otro una vía terrestre importante
para unir, evitando el alto tránsito de la zona de Neuquén
capital, Bahía Blanca y otros sectores de Buenos Aires con
Concepción y la octava Región de Chile”, aseguró.
En su discurso de apertura de las sesiones legislativas de 2005, Sobisch
reiteró la importancia del paso entre sus anuncios de obras.
Siete días después, el 9 de mayo, el intendente de El
Cholar, Omar Fuentes, tomó esas palabras en los actos por el
95º aniversario de la localidad y se manifestó optimista
ante las posibilidades que abría la jerarquización de
Pichachén. “Este anuncio nos llena de alegría
a todos los vecinos de El Cholar, porque sabemos que este paso nos
va a traer futuro a la zona Norte y nos obligará a hacer obras
de infraestructura para poder brindar una mejor comodidad para los
turistas que nos visitarán desde Chile”, expresó.
Dos años después, Germán Bakker, asesor del Ministerio
de Producción y Turismo de la provincia de Neuquén,
dejo trascender que en Chile había mucho consenso para la reestructuración
del lugar, tal como había podido certificar en la reunión
de la Comisión de Turismo del XVI Encuentro del Comité
de Integración Macro Región de los Lagos.
A principios de 2008, Fuentes volvió a subrayar la importancia
de mejorar la infraestructura del Paso Pichachén, e informó
sobre las obras que ya se estaban realizando del lado argentino como
mejoras en las rutas, trabajos de alcantarillas y la construcción
del puente del arroyo El Desecho. “Creo que el esfuerzo que
están haciendo ambos países va a permitir que en poco
tiempo se pueda cruzar la frontera con todo tipo de vehículo”.
El pasado 9 de mayo fue el propio Sapag el que mencionó otra
vez al Pichachén. En el acto por el 98º aniversario de
El Cholar, recordó la hermandad de Argentina y Chile y recalcó
que era importante trabajar en conjunto con Aduanas y Gendarmería
para hacer del paso, “el más importante del Norte neuquino,
articulando las acciones con la república hermana de Chile”.
La estación de cargas
Los productores de frutas finas de la provincia de Neuquén
vieron al 2002 como un año de oportunidades. El subsecretario
de producción, Marcelo Fernández Dotzel, había
puesto de manifiesto la firme intención del Gobierno provincial
de acelerar las obras del aeropuerto de cargas para que, a partir
de 2003, se puedan exportar lo producido a Europa.
“Cereza ya tenemos una cantidad importante que se exportaría
como primicia y también durazno que son aquellos que tienen
una diferencia en costos que justifica el traslado en un medio tan
costoso como es el avión”, afirmó Fernández
Dotzel.
Para esa época, el aeropuerto internacional ya había
sido licitado por lo que el pedido a la empresa adjudicataria para
que se hiciera cargo del servicio no sonaba ilógico.
La intención era trasladar las cargas de Neuquén hacia
Aeroparque y, de allí, a Ezeiza.
“Seguramente vamos a tener que habilitar un depósito
fiscal en el aeropuerto y una cámara de frío”,
indicó el funcionario provincial.
En una reunión realizada el 25 de noviembre de 2002 y de la
que participaron productores, el Centro PyME, funcionarios del Gobierno,
representantes de la Aduana y de la empresa concesionaria, se acordó
un plan de trabajo destinado a la anunciada exportación de
frutas y otros productos a través del transporte aéreo.
Entre los diferentes puntos acordados, se encontraba la ampliación
de las instalaciones del aeropuerto para dotarlo de una Estación
de Cargas. Obra que, según se informó, se encontraba
avanzada en un 40 por ciento y que sería concluida en el primer
semestre del año siguiente.
Para detectar cualquier posible obstáculo en el proceso se
anunció una experiencia piloto con frambuesas y otras variedades
de “berries” provenientes de Plottier, Senillosa y la
zona de la Confluencia. A partir de este momento, no trascendió
nada más de la experiencia.
El viaducto sobre la Ruta 22
2004 fue para la ciudad de Neuquén un año de muchas
promesas y anuncios. Cumplía cien años y nadie quería
dejar de ser protagonista en los festejos, conmemoraciones y obras
realizadas en ese marco.
Casualmente, seis días antes del Centenario, el gobernador
Jorge Omar Sobisch y el intendente Horacio Quiroga firmaron un acta
compromiso por el cual acordaron ampliar el fondo creado, a instancias
de la Corporación para el Desarrollo Integral de Neuquén
(Cordineu), mediante un nuevo aporte de 880 mil pesos que se iba a
destinar a la pavimentación en el acceso a la Isla 132 por
la calle Río Negro del Paseo de la Costa. El acto, que años
luego sería el eje de una serie de intensas protestas vecinales,
fue soslayado en ese momento por otro de proporciones casi hollywoodenses:
la construcción de un viaducto en alto nivel sobre la multitrocha
en la Ruta 22, entre las calles Río Negro y La Pampa.
El emprendimiento iba a demandar 36 meses de intenso trabajo con un
costo de entre 15 y 20 millones de pesos. Lecturas al margen, una
obra de ese tipo se hacía necesaria si se quería descomprimir
el ya caótico tránsito en ese sector de la ciudad que,
según estimaciones, era de 35 mil vehículos diarios.
“Estamos ante un emprendimiento enmarcado en un proyecto político
no exento de algunas especulaciones”, expresó en el acto
Sobisch. “Si Quiroga se beneficia con esta obra en su carrera
hacia la gobernación, en buena hora. ¡Nosotros no vamos
a dejar de hacerla!”, enfatizó el mandatario entre aplausos.
Por su parte, Quiroga destacó que, con esta obra se estaba
interpretando “no sólo a un pueblo, sino a muchos ex
intendentes, incluido el ahora gobernador Jorge Sobisch, que lucharon
por estos sueños”.
En este sentido, el por aquel entonces gobernador fue más enérgico
en sus palabras. “¡Qué carajo importa a quien beneficia
políticamente! Lo que interesa es que son obras que benefician
a miles de neuquinos, vecinos que nos pusieron al frente de la provincia
y del municipio para que hagamos lo que ellos realmente pretenden”.
Tanta elocuencia quedó en la nada. Hoy, a cuatro años
del anuncio, la multitrocha sigue esperando su puente.
El centro tecnológico de Microsoft
1 de mayo de 2001. El por aquel entonces gobernador de la provincia
de Neuquén, Jorge Omar Sobisch, inauguraba las sesiones de
la Honorable Legislatura. Eran tiempos de confrontación y de
peleas políticas.
El mandatario estaba enfrentado con el bloque de diputados de la Alianza
y el Partido Justicialista, a los que acusaba de no sancionar leyes
que permitieran impulsar la economía de la provincia.
Sin embargo, ante ese panorama el gobernador anunció un emprendimiento
que sorprendió a varios de los diputados presentes en la Legislatura
y causó una cierta incredulidad en algunos sectores.
Dos semanas antes, el 18 de abril de 2001, en un viaje a Miami, Sobisch
había firmado un acuerdo con el gigante informático
Microsoft para que se estableciera en la provincia.
«El objetivo es la generación de un centro de desarrollo
tecnológico mediante la instalación de Microsoft en
la provincia de Neuquén», aseguró en el discurso
de apertura.
El acuerdo incluía la instalación de una red de empresas
de servicios, la regularización de las licencias de los programas
de computación, la creación de un portal educativo en
Internet, la asistencia tecnológica a las comunidades mapuches
y la provisión del acceso a la red mundial en las escuelas.
Pero, el destino le jugó en contra.
Desde la empresa señalaron que Microsoft no se iba a instalar
en la zona ni crear una sede más en el interior del país,
además de la ya existente en Córdoba.
“A medida que se trabaje en Neuquén se irá viendo,
ahora allí hay distribuidores y socios, pero el desembarco
directo en la provincia no es un plan concretado ni mucho menos»,
puntualizó Viviana Konstantynowsky, gerente de Comunicaciones
y Relaciones Institucionales de esa empresa en Argentina.
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