Por GUSTAVO FRANCO
Desde Bodegas de Argentina se explicaron algunas de las claves del
futuro del país en la producción y exportación
de vinos.
Mendoza (enviado especial) > El presidente de
Bodegas de Argentina, Juan José Canay, fue uno de los expositores
en la serie de conferencias que tuvieron lugar en el Salón
Internacional de la Vitivinicultura y Arboricultura (Sitevi) que se
realizó en Mendoza desde el 13 al 16 de mayo.
El titular de la entidad que agrupa a todas las bodegas del país
habló del escenario que presenta la vitivinicultura mundial,
y cómo juega Argentina en ese contexto global, que tiene como
principal característica la sobre-oferta de vinos, y por tal,
cuán competitivo resulta lograr posicionarse -o mejorar- dentro
del comercio internacional de este tipo de productos.
Apoyado en un soporte con cifras y descripciones de la oferta y la
demanda de vinos de cada país productor, Canay realizó
un análisis general de todo el contexto mundial, y a partir
de allí, ensayó un esquema FODA (Fortalezas, Oportunidades,
Debilidades y Amenazas) de la vitivinicultura argentina.
Bajo el título Perspectivas Futuras, el directivo explicó
que la principal fortaleza del país en la producción
y comercio de vinos son las «condiciones ecológicas»
y que tiene que ver con los distintos climas de cada región
productora del país.
El segundo aspecto dentro de este grupo es la «diversidad geográfica»,
lo que permite que Argentina produzca vinos en altura, en clima seco
y en las zonas frías, entre otras regiones productoras.
A esa particularidad, Canay sumó la «diversidad varietal»;
si bien el Malbec es el cepaje emblemático de Argentina, existen
otras variedades de uva que tienen un excelente desarrollo en el país,
lo que sin duda permite obtener vinos de gran calidad y una amplia
oferta en lo que se refiere a cepajes.
No menos importante para el directivo es la llamada «cultura-tradición
vitivinícola» que, a diferencia de otros países
productores de los llamados del Nuevo Mundo, ubica a Argentina como
un país con gran historial vitivinícola.
Pero sin restar importancia a las «fortalezas» antes mencionadas,
Canay citó dos últimas que tienen un peso considerable
en la actividad nacional. Una de ellas es «la relación
costo-beneficio». Esto es el valor que tiene a nivel mundial
el producto y que lo ubica entre los más bajos del segmento.
Por caso, según los datos exhibidos, el precio promedio de
los principales vinos fue de 2,49 dólares por litro, siendo
el de Argentina (aun con crecimiento en el precio) de 1,38 dólares
por litro (datos 2005-2006).
La última de las características favorables de la actividad
argentina se relaciona con la marcha del Plan Estratégico Vitivinícola
(PEVI); como se sabe, el plan fue diseñado por el propio sector
bodeguero y se financia con aportes propios. El objetivo del PEVI
ha sido el de trazar un horizonte desde 2005 que plantea llegar a
los 2.000 millones de dólares en exportación de vinos
en los próximos años.
Se debe tener en cuenta que el comercio exterior de vinos viene manteniendo
un crecimiento -en volumen y en ventas- consecutivo de los últimos
cinco años. El 2007 cerró con exportaciones por más
de 400 millones de dólares sólo en vinos, y más
de 600 millones de dólares si se le suma el comercio exterior
de mosto.
Oportunidades
Dentro de las perspectivas a futuro, la vitivinicultura argentina
presenta las siguientes oportunidades.
«Nuevos consumidores»; se trata de la mayor demanda de
vinos y espumantes por parte de nuevos segmentos etarios, por caso,
el consumidor joven. A esto se suma que el consumidor comenzó
a indagar en los vinos, a informarse y a buscar producto de calidad.
Canay se refirió también al «incremento de la
demanda de vinos de calidad», es decir -y en alusión
al aspecto antes mencionado- que la mayor oferta y el mayor interés
ha llevado a que los consumidores quieran conocer sobre los distintos
productos que existen en las góndolas. Argentina es un productor
de vinos de alta gama por excelencia, y en esto juegan un rol fundamental
lo abordado en las Fortalezas como es el caso de las condiciones agroecológicas,
diversidad varietal y diversidad geográfica.
La última de las oportunidades citadas por Canay se relaciona
con «la pérdida de competitividad de los países
productores de vino del viejo mundo», lo que sin duda plantea
un ámbito ideal para los llamados «países del
nuevo mundo», entre los que se encuentran Argentina, Chile,
Australia, Sudáfrica y Estados Unidos, entre otros.
Debilidades
El directivo de Bodegas de Argentina se refirió así
a los aspectos sobre los que el país debe trabajar para mejorar
la actividad; citó entonces en primer lugar a «la falta
de financiamiento», seguido por «la falta de infraestructura»,
estas dos características atentan en forma directa contra la
competitividad.
Otra de las debilidades es la situación que provoca «el
incremento de los costos internos», aspecto directamente ligado
a la inflación y a la situación impositiva.
«La falta de recursos para promover la marca Argentina»
es otro de los factores que juegan en contra. Vale acá un ejemplo
que fue citado sobre este mismo punto en el Foro Internacional del
Vino que se realizó en Mendoza en agosto de 2007. Sudáfrica,
viene trabajando desde hace años en el próximo Mundial
de Fútbol (2010) y es así que ha diseñado varias
acciones para aprovechar ese evento internacional como país.
La última de las debilidades citadas se relaciona con otro
aspecto que hace a la política nacional y tiene que ver con
«la falta de acuerdos comerciales», que permita bajas
o eliminaciones de aranceles en determinados mercados, y que ubica
a Argentina en desigualdad competitiva frente a otros competidores.
Amenazas
Al igual que las Oportunidades, estos factores a tener en cuenta son
de carácter externo. Una de ellas es «la caída
del consumo de vinos básicos». Esto provocaría
que en el corto plazo, la demanda mundial esté centrada en
vinos de alta gama, para lo cual se ampliará la lista de competidores.
«Los países del nuevo mundo son grandes competidores»
y dentro de ese grupo está Argentina.
La última de las amenazas citadas por Canay se refiere al creciente
«poder de las cadenas comerciales», quienes han pasado
a ocupar un papel preponderante en la importación de vinos.
Escenario
Puesto número...
De acuerdo con los datos de Bodegas de Argentina, Argentina ocupa
(según período 2005-2006) el quinto lugar en producción
de vino con 15,6 millones de hectolitros.
En superficie cultivada, el país cuenta con 208 mil hectáreas
y situándose en el puesto 8 a nivel mundial.
El primer lugar en superficie lo tiene España.
En consumo, Argentina ocupa el puesto 8 en el mundo y el puesto 11
en exportaciones
En volumen de exportaciones mundiales de vinos, el líder es
Italia seguido por Francia, España, Australia, Chile, Sudáfrica,
Estados Unidos, Alemania, Moldova, Portugal, Argentina, Bulgaria,
Austria, Macedonia, Georgia, Hungría, Nueva Zelanda, Holanda
y Reino Unido entre otros.
El consumo per cápita argentino de vino ronda los 26 litros
por año.
Los montos por las exportaciones argentinas de vinos vienen creciendo
en forma sostenida desde 2003, cuando se comercializó al exterior
volúmenes por 169.150.000 dólares; en 2004 se alcanzaron
los 231.482.000 dólares mientras que en 2005 se alcanzó
un nuevo récord de 302.314.000 dólares.
En 2006, las ventas generaron divisas por 379.397.000 dólares
saltando a los 482.385.000 dólares en 2007. Las cifras no incluyen
la exportación de mosto. |