La alopecia es un proceso hereditario
en el que intervienen múltiples factores y genes.
Buenos Aires > La caída de más
de 100 cabellos diarios indica que se ha iniciado un proceso de alopecia.
Aunque siempre ha habido mujeres con alopecia, la calvicie ha sido
fundamentalmente cosa de hombres. Pero algunos cambios en los estilos
de vida pueden tener graves repercusiones sobre el pelo de las mujeres.
¿Habrá más calvas entre las mujeres del siglo
XXI?
De momento, no hay estadísticas al respecto, pero los especialistas
advierten de que el estrés y las dietas adelgazantes pueden
desencadenar o agravar la caída del cabello y conducir a una
alopecia que, una vez instaurada, es difícilmente reversible.
La alopecia es un proceso hereditario en el que intervienen múltiples
factores y genes. Desequilibrios hormonales, estrés o deficiencias
en la nutrición pueden desencadenar el proceso en las personas
que tienen predisposición genética. Hay que distinguir
entre dos grandes grupos: la alopecia androgenética (caída
del cabello por una alteración hormonal en casos de predisposición
genética) y el efluvio telogénico (pérdida de
pelo como consecuencia de la dieta, de una enfermedad grave o como
efecto secundario de ciertos medicamentos).
Estudios
«El 20 por ciento de las mujeres españolas de entre 20
y 89 años sufre alopecia. De ellas, un porcentaje muy alto,
especialmente en el grupo de edad de 16 a 29 años, siguen dietas
de adelgazamiento y no ingieren suficientes nutrientes, como proteínas,
ácidos grasos o ferritina. El cuerpo necesita estas reservas
proteicas para órganos como la médula ósea, el
pulmón o el hígado, y si no las obtiene de la alimentación,
las coge del pelo», explica Francisco Camacho, jefe del Departamento
de Dermatología médico-quirúrgica y venereología
del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
En las mujeres de 30 a 39 años son más frecuentes otras
carencias nutricionales, como la falta de biotinas (un transportador
del dióxido de carbono que se encuentra en el huevo), vitamina
B12 o hierro. «Además, cada vez hay más mujeres
que no asimilan bien el hierro, por eso antes de seguir un tratamiento
farmacológico contra la alopecia se debe optar por un régimen
alimenticio hiperproteico rico en carnes rojas».
Clasificación
Hasta el año 2000 todos los tipos de caída del cabello
se catalogaban como alopecia androgenética femenina.
Hoy prevalece la clasificación de la científica americana
Elise Olsen, que distingue entre alopecias precoces (las que aparecen
antes de la menopausia) y tardías.
En cada uno de estos dos grupos, distingue a su vez entre alopecias
que presentan elevación de andrógenos y las que no.
En los grupos de mujeres en los que están aumentados los andrógenos,
el proceso de la enfermedad es similar al del varón. En las
que no hay exceso de andrógenos se produce efluvio telogénico,
con una caída paulatina y difusa del cabello.
Pero la caída del cabello también puede deberse a un
estrés físico, como la acción de los rayos ultravioleta.
El 80% de las mujeres que acuden a consulta por alopecia ya ha probado
algún tratamiento farmacéutico (vitaminas) o cosmético
(ampollas).
Tai chi: efectiva terapia para la prevención
de las caídas
En Argentina es una práctica reciente pero con una
gran acogida, que mejora la forma física del anciano con trastornos
psicomotores.
Buenos Aires > Los traumatismos producidos por
caídas banales constituyen uno de los principales motivos de
asistencia médica en el campo de la geriatría. Las causas
que provocan las caídas en los ancianos son multifactoriales
influyendo factores físicos, psíquicos y funcionales
globales.
Numerosos programas se han puesto en marcha para disminuir la frecuencia
de las caídas en este grupo de edad y así reducir la
mobilidad y complicaciones asociadas.
Los estudios demuestran que largas temporadas de inactividad física
producen una pérdida de masa ósea, aumentando el riesgo
de osteoporosis y fracturas. De hecho, las guías dietéticas
americanas recomiendan que, a partir de los dos años, se debe
participar en la práctica de una actividad física moderada
durante treinta minutos diarios, todos los días.
Las principales sociedades geriátricas y traumatológicas
del mundo recomiendan la práctica rutinaria de ejercicio físico
como uno de los pilares fundamentales para mantener la capacidad funcional
y psicomotriz con el fin de evitar las caídas, entre otros.
El tai chi —originalmente desarrollado como forma de artes marciales—
ha sido empleado durante siglos como guía de ejercicio físico
para la tercera edad. Los beneficios observados son numerosos, pues
mejora la función cardiorrespiratoria y el bienestar psíquico.
Ejercicio suave
Recientemente, se ha publicado un trabajo que evalúa las ventajas
del tai chi en la prevención de las caídas en población
anciana. Su práctica habitual mediante ejercicios de bajo impacto
aumenta la flexibilidad y velocidad en el movimiento.
La duración semanal del ejercicio no está clara, pues
algunos autores estiman que debe ser individualizado en función
de las características individuales y las enfermedades asociadas
de cada paciente.
Los resultados del trabajo concluyen que la práctica de tai
chi durante cuatro sesiones semanales, mejora la forma física,
reduce el riesgo de caídas y mejora la habilidad del anciano
para mantener la estabilidad ante cualquier barrera arquitectónica.
Sin embargo, el estudio no ha conseguido demostrar que aumente la
velocidad de la marcha.
|