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La mayor parte de las denuncias
de delitos que involucran a estudiantes corresponden a lesiones, seguidas
por las amenazas y los robos.
Neuquén > El fenómeno de la violencia
en el ámbito escolar se ha profundizado en los últimos
años en el país, y en Neuquén es cada día
más notorio. En esta capital, en lo que va de 2006 se registraron
más de 80 denuncias por delitos dentro y en inmediaciones de
los colegios, según estadísticas de la Comisaría
del Menor.
La mayor parte de las denuncias corresponden a lesiones, seguidas
por las amenazas y los robos. Además, en los últimos
meses se han registrado hechos vandálicos contra los edificios
escolares. El enfrentamiento entre “barras” de adolescentes,
los chicos que van armados al colegio, y las peleas entre ellos, son
cada vez más frecuentes.
La Escuela 115, del barrio San Lorenzo, ha sido víctima en
las últimas semanas de sistemáticos ataques, por parte
de adolescentes. El saldo fue la suspensión de las clases,
debido a la rotura a «piedrazos» de gran parte de sus
ventanales. La mitad del colegio, que no tiene dispositivos antivandálicos
dejó de tener actividades, ya que fue víctima de destrozos,
e intentos de robo.
El máximo acontecimiento violento en el que se han visto involucrados
estudiantes escolares en Neuquén se registró semanas
atrás durante la toma del Consejo Provincial de Educación
(CPE).
La medida de fuerza de los alumnos secundarios culminó con
una virulencia preocupante: varios autos incendiados y hasta un estudiante
disparando un revólver contra la Casa de Gobierno.
A ello se debe sumar el estado en que quedó el edificio más
importante de la educación neuquina. La sede del Consejo Provincial
de Eduación sufrió el destrozo de su sistema informático,
el sabotaje de las instalaciones eléctricas, el saqueo de las
cámaras de seguridad, y el robo de computadoras.
Prevención
El Comisario Inspector Daniel Rubén Vergez, de la Comisaría
del Menor, indicó que debido al trabajo de prevención
y concientización que la Policía lleva a cabo en conjunto
con las escuelas, los hechos de violencia han disminuido considerablemente
este año.
“Todos en menor o mayor grado, trabajan por los chicos. Pero
al trabajarse desde la individualidad, desde el prejuzgar, no entendiendo
la problemática de los jóvenes como algo complejo. Y
por ende las respuestas deben ser complejas, no porque sean respuestas
complicadas, sino que tienen que proceder del consenso, de la interdisciplinariedad
y del conjunto de la población, todos los esfuerzos, muchas
veces resultan en vano”, señaló Vergez.
Por ello, desde hace un tiempo la Comisaría del Menor lleva
adelante un plan de prevención en las escuelas para evitar
los hechos de violencia. Eso va acompañado de una comunicación
fluida con los directivos y docentes de los establecimientos, a quienes
se les inculca la necesidad de concientizar a los alumnos acerca de
esta problemática.
El comisario Vergez hizo una “invitación especial para
nuestros docentes, para que sigan instalando valores, el respeto por
el prójimo como principal de ellos, y elaborar estrategias
para brindar a la comunidad educativa, mayor seguridad, por lo menos
o sobre todo, del portón para adentro de los establecimientos”.
Violencia en aumento
Para la presidenta de la Asociación de Psicopedagogos de Neuquén,
Stella Gandolfo, “la violencia escolar ha aumento en los últimos
años, en el marco de la complejidad de las nuevas ideologías,
tecnologías, exclusión social, pauperización
que profundizaron la crisis social atravesada por nuestra sociedad”.
Según la especialista, el fenómeno no encuentra una
única causa, sino que se trata de un conjunto de factores que
llevan a la falta de tolerancia total.
“El diálogo, fuente de entendimiento primaria y fundamental
es evitado y entonces el desahogo, la impaciencia se manifiesta por
otros medios de manera violenta”, indicó.
Y agregó que “del autoritarismo presente durante tantos
años en nuestra sociedad se pasó a la anarquía.
Esta situación provoca un caos en la que los sujetos dejan
de considerar a su prójimo como tal. El otro no es visto como
humano sino como objeto. Esta condición da vía libre
al atropello y a la violación de todo valor humano y ético”.
Transmisión de valores
Cinco profesionales de la Asociación de Psicopedagogos de Neuquén
parte del Equipo de Atención y Seguimiento Profesional a las
Instituciones Educativas que depende la Presidencia del CPE, y se
conoce como “equipo interdisciplinario”.
“Desde este ámbito intentamos generar encuentros dentro
de los colegios, donde la palabra pueda manifestarse. Otro punto fundamental
en el que se concentran los esfuerzos es en la construcción
de la ética, que valorice el respeto por el otro”, señaló
Gandolfo.
Y agregó que con ese fin se llevan adelante los talleres para
que los alumnos puedan expresar sus sentimientos.
“Trabajando en conjunto con docentes y profesionales de otras
disciplinas lo que se intenta es recuperar el diálogo, ya que
su ausencia es una de las falencias principales que sufren muchos
adolescentes”, indicó la profesional.
“Nuestro interés también está centrado
en fomentar proyectos de vida para los jóvenes, ya que la sociedad
en su conjunto está abocada a vivir el presente a un ritmo
vertiginoso, olvidando las metas de las próximas generaciones”,
añadió.
Y finalizó: “los adultos somos los responsables de abrir
espacios de reflexión, para generar una sociedad más
tolerante. Los niños deben absorber desde la cuna los buenos
valores, porque la violencia es una conducta que se aprende en los
conflictivos ámbitos en que se desarrollan los chicos desde
su nacimiento”..
Los hechos más significativos
18 de octubre de 2005
Un alumno de la Epet 8 de esta ciudad fue demorado por la Policía
luego de que un compañero denunció que había
llevado un rifle recortado al colegio. El joven de 16 años
ingresó el arma oculta en un tablero de dibujo, que al momento
de ser secuestrada, no tenía balas en la recámara.
Un compañero del alumno advirtió el arma –una
carabina 22 recortada- oculta dentro del tablero de dibujo. Sin decir
nada al portador del arma, el compañero dio aviso a los directivos
del colegio, quienes rápidamente alertaron a la Policía.
8 de mayo de 2006
Un adolescente de 13 años fue atacado a cadenazos y trompadas
por un grupo de jóvenes cuando salía de un colegio en
esta capital y sufrió lesiones de consideración. El
hecho ocurrió en la puerta del CPEM 47 ubicado en Rufino Ortega
y Nogoya. Tres alumnos de primer año fueron sorprendidos por
tres jóvenes mas grandes en la puerta de la escuela cuando
salían, y comenzaron a golpearlos con cadenas, trompadas y
manoplas. Uno de ellos sufrió lesiones en el rostro, mientras
que los demás lograron salir ilesos.
El motivo de la agresión se habría originado por una
aparente rivalidad por gustos musicales.
10 de noviembre de 2006
Una decena de vehículos dañados y uno incendiado casi
en su totalidad, destrozos a edificios públicos y disparos
de un arma de fuego fue el saldo de una inusitada violencia que se
desató en la marcha en la calle Roca, entre Rioja y Santiago
del Estero, que protagonizó un grupo de estudiantes que tenían
ocupada la sede del Consejo Provincial de Educación.
Abordaje institucional
Neuquén > Las escuelas que se ven desbordadas
por las situaciones de violencia que se registran entre los alumnos
pueden acudir al Equipo de Atención y Seguimiento Profesional
a las Instituciones Educativas que depende la Presidencia del Consejo
provincial de Educación (CPE), conocido como “equipo
interdisciplinario”.
Ese equipo actúa ante la demanda de la escuela, y realiza un
trabajo focalizado. Cuenta con 28 profesionales en Neuquén
capital y seis en San Martín de Los Andes, que intervienen
en esa ciudad y en Junín de Los Andes y Villa La Angostura.
Los profesionales que lo integran son psicólogos, trabajadores
sociales, psicólogos sociales, psicopedagogos y licenciados
en Ciencias de la Educación.
El equipo interdisciplinario, que se creó en 2002, llega a
la escuela, resignifica la demanda que hizo el establecimiento y conforma
un plan de trabajo con el alumno en cuestión, su familia, los
docentes, directivos, estudiantes, auxiliares de servicio y asesores
pedagógicos.
Se trata de fortalecer lo que tiene la escuela y trabajar sobre sus
posibilidades. Según informaron desde el equipo, las mayores
demandas de los colegios tienen que ver con problemas de convivencia
entre adultos, niños y jóvenes; problemas de aprendizaje
por situaciones particulares y de enseñanza; y problemas de
conducta de los alumnos.
El trabajo de ese equipo es interinstitucional, ya que se aborda la
comunidad educativa, y en casos más complejos se trabaja con
la defensoría del Menor, el sistema de Salud, la Justicia,
el área de Acción Social, Seguridad y hasta con ONgs.
Opinión
Los colegios están en medio
de una “línea de fuego”
“Hablar de “violencia” en la escuela como un problema
puntual resulta reduccionista, ya que dicha violencia implica múltiples
violencias que se superponen potenciando su efecto sobre los niños”.
(Bringiotti, Krynveniuk, Lassi)
Es necesario contemplar los aspectos individuales, familiares, institucionales
desde una mirada que incluya la complejidad social, teniendo en cuenta
que se trata de múltiples violencias articuladas entre si.
La población con la que trabaja la escuela: niños, adolescentes,
jóvenes transita por etapas de la vida en las que se estructura
la subjetividad, proceso que está en permanente construcción,
entendiendo que la edad y el cambio físico por sí solos
no explican este fenómeno.
En una época no tan lejana la escuela contribuyó a esta
significación social de la niñez, la adolescencia y
la juventud encontrando su sentido en una preparación hacia
el mundo adulto.
Hoy nos toca vivir y trabajar en un contexto social atravesado por
la fragilidad en las relaciones; fragmentación en la vida social;
naturalización del aislamiento y la marginación, sensación
de amenaza y desafiliación, colapso de certezas, poniéndose
en cuestión los significados actuales.
Podría representarse el espacio escolar como ubicado en una
imaginaria “línea de fuego” por la que cruzan,
en distintas direcciones, las múltiples violencias que aquejan
al conjunto de la sociedad en estos momentos.
Entonces: ¿qué hacer, cómo, con quién,
para qué, en este contexto donde las escuelas ya no son lo
que eran, los docentes ya no son lo que eran, los alumnos ya no son
lo que eran, las familias ya no son lo que eran, el Estado ya no es
el que era? Pero si bien “estalló el pacto”, ciertas
representaciones siguen vigentes.
En ese sentido, es importante comenzar por re-conocer los aspectos
violentos que todos portamos en alguna medida. Sólo desde este
reconocimiento es posible trabajar con otros en relación a
esta problemática.
Lo que sí sabemos es que el momento es hoy. Esta situación
es la que nos toca transitar y en la que tenemos, como adultos, la
obligación de actuar responsablemente. Repensándonos
y repensando al niño, al adolescente al joven, al docente,
la familia, la escuela.
Antes no se hablaba de episodios que podrían calificarse de
“violentos” (quizás porque no ocurrían con
la dramaticidad que muestran hoy). Sí se hablaba de niños
con problemas de conducta o de aprendizaje.
Hoy en la cotidianeidad escolar nos encontramos con escenas que nos
muestran, por ejemplo, una madre que le pega a un docente porque su
hijo no trajo las notas esperadas, un alumno que insulta al directivo,
un docente que excluye a un alumno del aula y luego de la institución
porque “no se porta como se tendría que portar”,
otro alumno que lleva un arma a la escuela y la exhibe con una naturalidad
impensada en otros tiempos y que, todavía, por suerte, nos
asombra.
En este contexto estamos convencidos que nadie puede hacer nada en
soledad. El desafío es conectarse, encontrarse con otros, dar
crédito a la palabra y a la escucha atenta, pensar juntos,
poner el cuerpo, hacerse cargo. Esto exige: compromiso, apertura,
voluntad y deseo real de poder construir un nuevo tipo de cultura
institucional. La que privilegie la tarea colectiva, preserve el cuidado
de cada uno de los actores institucionales, donde prevalezca la confianza
y el respeto por las diferencias, valores imprescindibles para trabajar,
convivir y tener deseo de enseñar y aprender.
Equipo de Atención y Seguimiento Profesional a las
Instituciones Educativas, del Consejo Provincial de Educación.
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