Por Laura E. Rotundo
La inseguridad es un tema de debate corriente en la República
Argentina. El ingeniero Juan Carlos Blumberg se convirtió -luego
del secuestro y posterior asesinato de su hijo Axel- en un representante
de la lucha por la Justicia.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, Blumberg
detalló cuál es su visión respecto de esta dura
realidad.
¿Cómo observa actualmente el panorama de la
inseguridad en nuestro país?
Bastante mal. Es cierto que no hay gran cantidad de secuestros de
larga duración últimamente pero sí continúan
abundando los tipo “express” y puedo dar fe de ello porque
en la Fundación Axel Blumberg recibimos diariamente muchas
denuncias respecto de esta modalidad, principalmente en el Conurbano
de la Provincia de Buenos Aires, donde se da una situación
mucho más preocupante que en el interior.
¿Cree que esta realidad va en aumento o que puede
llegar a
revertirse en un mediano plazo?
La realidad indica que el futuro no será de lo mejor...
Continuando con el caso bonaerense, para “pintar” un poco
el panorama, la verdad es que el Ministro de Seguridad, León
Arslanián, no es una persona entendida en el tema e igualmente
hace más de dos años que se desempeña en semejante
cargo.
En todo el país se siguen produciendo los ataques con saña
a muchos abuelos y yo noto que la Policía -la de Buenos Aires,
por ejemplo- está bajando los brazos porque hubo purgas indiscriminadas,
donde también se descartó a gente de valor dentro de
la fuerza y ellos, para no verse afectados, entonces no actúan.
Pero es cierto que suceden cosas que son terribles dentro de la Policía...
es así.
¿Por ejemplo?
En materia de investigación en el mundo, se dan cosas insólitas
desde la policía bonaerense. Arslanián con la gente
de Derechos Humanos de su provincia, han hecho eliminar todas las
fotografías que existían en el archivo, de todos los
delincuentes. Las quemaron. ¿Por qué pasa esto?
Si uno debe iniciar una investigación el día de mañana
relacionada con el crimen de un allegado, obviamente las posibilidades
de identificar a esa persona, son mucho menores.
También es sabido que muchas veces, la Policía no ingresa
a las villas y que otras tantas, cuando se detienen a chicos jóvenes,
no duran más de dos o tres días adentro porque la Justicia
los libera enseguida... ¿cómo se explican y cómo
se pueden justificar estos hechos?
El problema es muy de fondo y los argumentos de porqué hacen
o dejan de hacer lo que corresponde, quienes deberían mejorar
esta problemática, son muy vagos.
¿Cómo ve el accionar del gobierno nacional
respecto de esta situación?
Mire... habitualmente, junto a otros colaboradores de la Fundación,
acudimos al Ministerio del Interior, a visitar al titular de esa cartera
que es Aníbal Fernández, para comunicarle cuáles
son los principales casos que nos presentan.
La respuesta, visto que el 75 por ciento de las denuncias vienen de
la Provincia de Buenos Aires, él nos responde que él
no tiene acceso y que solamente puede intervenir con una llamada o
hacer recomendaciones a alguien.
La realidad es que cuando uno “pide” y reclama soluciones
en forma permanente, se van consiguiendo cosas pero no es la forma
de salir adelante en este tema. A mí me parece que falta una
política de Estado, que parta del Poder Ejecutivo, orientada
a remediar esta crisis de inseguridad que se vive en toda la República
Argentina.
¿Cuáles son las principales iniciativas que
se pretenden impulsar
desde la Fundación?
Hay cosas pendientes que son fundamentales, como tener una Policía
para todo el país porque se sabe que los delincuentes van de
un lugar a otro y no existe una interconexión entre las fuerzas
de seguridad de las distintas provincias.
El juicio por jurado es también muy importante y de hecho,
ya está funcionando muy bien en la Provincia de Córdoba,
para los delitos aberrantes (asesinatos, violaciones seguidas de muertes,
secuestros seguidos de muertes, faltas cometidas por funcionarios
públicos).
¿Mantienen algún contacto con otros distritos
del país?
Sí. El último miércoles tuvimos la visita de
algunos legisladores de la provincia de Neuquén porque nos
proponen reunirnos para dar una conferencia sobre el tema de la seguridad
jurídica, intentando de convocar hasta al propio Rudolph Giuliani,
el ex alcalde de Nueva York.
¿Cuántas llamadas reciben a diario en la Fundación
y cuáles son los casos que más abundan?
En general, recibimos todo tipo de llamadas, no solamente vinculadas
a familiares secuestrados en forma “express”. Hay muchas
denuncias de robos y de gente que nos informa que lamentablemente
le han asesinado a algún allegado y que en la Justicia no se
avanza con los expedientes.
Al no estar presentes muchas veces las instituciones, esta asistencia
que brindamos nosotros es vista como una ayuda desinteresada por parte
de quienes se comunican a la Fundación.
A diario, recibimos unas cuarenta llamadas.
¿En el interior tienen algún centro de ayuda
o alguna línea
telefónica de asistencia?
Sólo en Córdoba estamos en contacto permanente. Pero
obviamente trato de concurrir a todas las provincias, a medida que
me lo van solicitando, así podemos difundir lo que se va haciendo
y también es una forma de mantener alerta a toda la ciudadanía
sobre la importancia de poder mejorar en este punto.
¿A qué razones atribuye Usted este desorden
público? ¿Cuánto cree por ejemplo, que influye
la droga en este panorama de la inseguridad?
Sin dudas, la abundancia de la droga influye, pero fundamentalmente
lo atribuyo a la permisividad existente. Hay gente que se manifiesta
encapuchada y armada con palos, frente a la sede del Gobierno nacional
y nadie le hace nada, nadie le prohibe que se muevan así...
esto obviamente da margen para que los delincuentes actúen
más.
Hay épocas en las cuales se difunden muchos casos
de inseguridad y otras épocas en las que no. ¿Cree que
esto sucede porque no se dan estos hechos realmente o porque se intenta
tapar esta realidad?
Creo que sí, que hay muchos casos que no se difunden. Desde
el Gobierno, a veces, se tapan las cosas y especialmente del Bonaerense,
porque en muchas oportunidades conozco a la gente protagonista del
hecho que me cuenta personalmente de graves delitos que se cometen
-en la Ciudad de La Plata, por ejemplo- y jamás son difundidos.
Evidentemente, en la Argentina, ya van existiendo algo así
ante “Las Maras”, que son pandillas de jóvenes
que atacan a las personas salvajemente y sin piedad.
¿Nunca pensó en irse del país por miedo,
después de lo que le hicieron a Axel o prefiere quedarse acá
para ayudar a otras personas que sufren igual que Usted?
Yo me comprometí ante la tumba de Axel, a luchar para
que a otros chicos, no les pasara lo que le sucedió a mi hijo...
¿Y cuál es su expectativa respecto de esta
situación?
Yo considero que todos los ciudadanos deben tomar conciencia
de esta realidad y además, es muy importante que los jóvenes
se capaciten para que participen activamente en política y
lograr que ocupen funciones destacadas, de utilidad para todos los
habitantes del país.
Es fundamental recuperar las instituciones.
¿No le gustaría ocupar algún cargo político
el día de mañana?
Actualmente, estoy ocupando un lugar desde la Fundación y la
verdad es que hasta que podamos acceder a donde necesitamos desde
ahí, así voy a continuar.
El día de mañana, Dios dirá.
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