Por Laura E. Rotundo
“Consumir aves en la República Argentina es absolutamente
seguro”, según el Doctor Guillermo Benchetrit.
Sin embargo, ante la pandemia de gripe aviar acaecida en el Sudeste
asiático y Europa del Este, existe el riesgo de que la infección
aqueje en un futuro al resto del mundo.
La Mañana de Neuquén dialogó
con el infectólogo de la Universidad de Buenos Aires sobre
el tema y sobre la gran preocupación que gira en torno a la
transmisión del virus entre humanos.
¿Qué es la gripe aviar?
Es una gripe producida por el virus de influenza que ocurre en las
aves. Pero no es algo nuevo, sino que ocurre desde siempre.
Como sucede en los seres humanos, en las aves también este
virus puede ir cambiando y produciendo epidemias más importantes.
Actualmente, lo que hay es una pandemia de esta gripe, lo cual ha
ocasionado muchísimas muertes de aves de corral y también
silvestres, sobre todo en el Sudeste asiático. Lo que se teme
es que se extienda a toda Europa, porque ya llegó al Este del
Viejo Continente.
En la República Argentina, el Senasa realiza controles tanto
en criaderos comerciales como en granjas donde una gran parte de gente
tiene aves para consumo propio. Hasta hoy, a nivel local, no se ha
detectado ningún virus de este tipo.
¿Cuál es el riesgo de que se extienda esta
pandemia hacia los seres humanos?
Hay un bajo nivel de transmisión de las aves a los humanos.
Las personas que hasta hoy se han contagiado trabajaban habitualmente
con ellas y estaban muy en contacto… también por ingerir
carne cruda de aves enfermas puede registrarse contagio.
Por las secreciones de las aves ha habido poca propagación
a los humanos y no ha habido infección entre humanos.
Que por cierto, ésta parece ser la gran preocupación…
Exactamente. El miedo es que este virus, a medida que pasen los años,
vaya cambiando en su estructura, como para que facilite la transmisión
a los humanos y, a su vez, pueda empezar a transmitirse entre las
personas.
Como es un virus distinto al que hay habitualmente, no hay defensas
en la mayoría de la población y esto aumenta el riesgo
de que haya una epidemia global que se llama pandemia.
Es imposible prever el número de afectados que habrá
si finalmente la capacidad de transmisión va modificándose.
Hasta ahora sólo ha habido 60 casos.
¿Cómo debería prepararse cualquier país
para evitar una pandemia?
Antes que nada, es primordial aclarar que en Argentina se está
trabajando bien para evitarla y en forma global… nadie toma
conciencia individual actualmente, teniendo en cuenta que existen
pautas generales para tomar.
Obviamente, los países más desarrollados tienen una
mayor capacidad como para responder distinto que los países
subdesarrollados.
Nosotros corremos con la gran ventaja de estar lejos del foco del
virus y de no tenerlo por ahora. Incluso, quizás lo que vaya
sucediendo en otros lugares del mundo, nos sirva como experiencia
y para poder manejar mejor el tema.
Y respecto de las migraciones de aves, ¿hay que controlarlas
permanentemente?
Es fundamental inspeccionar el ingreso de aves y también controlar
a las propias. También es importante revisar a las personas
que puedan estar en zonas endémicas del Sudeste asiático,
que vayan y vengan hacia aquí y que puedan traer el virus,
si bien el contagio entre humanos por ahora no está demostrado.
¿Hay alguna vacuna que evite la transmisión?
No. Existe la de la gripe humana y es muy aconsejable vacunarse para
evitar que en las personas pueda darse la conjunción de los
dos virus, pero por ahora no hay una para el ser humano que lo prevenga
de la infección aviar.
¿Pero cree que podría llegar a crearse alguna
vacuna?
Se piensa que en un futuro va a haber, pero la cantidad de vacunas
que habría que hacer es tan grande que no hay mecanismos de
producción y ejecución… son tan complejos que
esto resulta muy complicado. No se cree que se pueda llegar a tiempo
con una vacuna de este tipo.
Igualmente, se está trabajando en formas de producción
masiva de vacunas que sean más económicas que las actuales.
Se debe modificar la metodología de elaboración porque
actualmente es muy costosa. Laboratorios Roche produce actualmente
drogas antivirales que serían efectivas también en esta
situación pero el problema es nuevamente la cantidad de medicación
que se requiere, es imposible de suplir en un lapso breve… incluso
habría que diferenciar a quién dársela primero,
lo cual resulta una tarea complicada.
¿Cómo debería establecerse un orden?
En primer lugar, habría que vacunar al personal que tratará
a los pacientes para que pueda socorrerlos sin riesgos. A bomberos,
policías, gente que ya está enferma y luego a las personas
que están bien para evitar que se contraiga la enfermedad.
En una situación así es muy difícil tener que
ocuparse de racionalizar los recursos. Hay que aclarar muy bien que
las aves, en nuestro país, están libres de virus por
lo que hay ningún riesgo en consumir pollo… ése
es un problema potencial, que además, como el hemisferio Norte
está entrando en la época invernal y de gripe, esto
está teniendo muchísima repercusión. Hasta hace
unos meses de esto se hablaba poco y nada.
¿Considera que se exageró a nivel local en
el peligro que se corre?
El riesgo potencial existe, al igual que la preocupación pero
tampoco hay que alarmar demasiado a la gente y exagerar porque se
crea una situación un poco desesperada en la que se llega a
preguntar si se puede o no consumir aves… cuando en Argentina
ingerirlas es absolutamente seguro.
Insisto en que el gran problema es que el virus pase a los humanos
y se conjugue con el de la gripe humana, de modo que se forme o que
se modifique una partícula viral que también pueda producir
pandemia.
¿Y cuál es el riesgo de mortalidad en los humanos
si se contrae?
En la actualidad, la mortalidad de ese virus en el humano es muy alta,
de casi el 50 por ciento.
Pero se cree que si este virus se adapta al humano y se transmite
entre personas, el peligro de morir o la capacidad agresiva disminuiría
muchísimo. Como médico, le recomendaría a toda
la población que esté tranquila, que consuma aves porque
no hay ningún inconveniente en hacerlo y mantener una muy buena
higiene personal y de los utensillos que utilice. Lavarse las manos
también es esencial, evitar el consumo de antibióticos
que no evitan la gripe, usar pañuelos descartables y taparse
la boca al estornudar o al toser. Las que enumeré son medidas
sencillas pero ayudan mucho a la prevención.
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