La corrupción, un mal a nivel mundial

 
 
«Más de la mitad de los ciudadanos que fueron sondeados en todo el mundo piensa que el nivel de corrupción se va a incrementar durante los próximos tres años».
«Una de cada 10 personas en el mundo ha tenido que pagar un soborno», es una las conclusiones de los resultados del Barómetro Global de la Corrupción 2007. Una análisis del papel de las instituciones y los políticos.

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Por laura rotundo

Esta semana se difundieron los resultados del Barómetro Global de la Corrupción 2007. Este análisis, elaborado por Transparencia Internacional (TI) recoge percepciones de ciudadanos en 60 países, con una muestra de 63.199 encuestados, sobre experiencias diarias con la corrupción, incluyendo cuáles instituciones piden sobornos con más frecuencia, dónde ven los ciudadanos un mayor grado de corrupción, sus expectativas sobre los niveles futuros de corrupción y cómo perciben los esfuerzos de su gobierno para erradicarla.
En este artículo se detalla una síntesis del contenido más importante de este estudio.

Tras años de trabajo analítico llevado a cabo por Transparency International (TI) y otras Organizaciones, no quedan dudas sobre los efectos nocivos de la corrupción en el bienestar de las personas.
Con el Barómetro Global de la Corrupción, TI da un paso adelante evaluando cómo y dónde percibe la gente el impacto de la corrupción.
Según lo difundido por este organismo, para realizar este índice se han entrevistado a 63.199 personas, en 60 países distintos, entre junio y septiembre de 2007.
Las principales conclusiones que se desprenden del Barómetro Global de la Corrupción de este año son diversas:
En primera instancia, los pobres -tanto en los países en desarrollo como en aquéllos altamente industrializados- son las personas más perjudicadas por la corrupción y también las más pesimistas con respecto a las perspectivas de lograr un menor grado de corrupción en el futuro.
Además, aproximadamente 1 de cada 10 personas en el mundo ha tenido que pagar un soborno durante el año que está por finalizar. Cabe destacar que el pago declarado de sobornos ha aumentado en algunas regiones, tales como Asia-Pacífico y el Sureste de Europa y está particularmente extendido en las interacciones con la policía, la justicia y los servicios de registro y permisos.
De manera general, el público piensa que los partidos políticos, el parlamento, la policía y el cuerpo judicial son las instituciones más corruptas de sus sociedades.
De acuerdo a lo difundido en este análisis de TI, la mitad de los entrevistados -un número significativamente superior al de hace cuatro años- prevé que la corrupción en su país va a aumentar en los próximos tres años, con la excepción de algunos países africanos.
La mitad de los entrevistados considera además que los esfuerzos de sus gobiernos por luchar contra la corrupción son ineficaces.
El Barómetro 2007 señala además que los encuestados con niveles de ingresos bajo y medio son los más duramente afectados por los pequeños sobornos, ya tienen que concretar cohechos con más probabilidad que los de nivel de ingresos altos cuando buscan servicios básicos.
Este resultado es independiente de si el país es rico o pobre: en todo el mundo, aquéllos que cuentan con menos ingresos tienen que pagar sobornos más a menudo.

La institución peor vista
Para elaborar este informe, se preguntó a los encuestados si les fue reclamado un soborno cuando tuvieron contacto con servicios básicos como los proporcionados por el sector educativo, el sistema de salud, el sistema judicial y legal, la policía, los servicios de registro y permisos, la administración fiscal, o ciertos proveedores de servicios como el teléfono, la electricidad, el agua y el gas.
De los once servicios examinados, los ciudadanos declararon que la interacción con la policía es la que conlleva más problemas relacionados con el soborno. A uno de cada cuatro ciudadanos en todo el mundo que tuvo contacto con la policía le fue pedido que pagara un soborno y uno de cada seis señaló que terminó pagándolo.
La práctica del soborno es también un problema de alcance considerable en los ámbitos de la justicia, los servicios de registro y permisos, los sectores educativo y de salud así como en el sector de los proveedores de electricidad.
El hecho de que el poder judicial aparezca, después de la policía, como el sector más afectado por la práctica del soborno, arroja serias dudas sobre el respeto de las garantías democráticas con que cuentan los ciudadanos, en particular sobre el derecho de igual acceso a la justicia. Instituciones como la justicia o la policía son las encargadas de sancionar los hechos relacionados con la corrupción; si su funcionamiento está perturbado por la práctica del soborno, tal y como se desprende del Barómetro 2007, los propios mecanismos cruciales para combatir la corrupción se encuentran entrabados y la confianza del público socavada.

La clase dirigente
Como en las ediciones anteriores de este tipo de análisis, el Barómetro 2007 analiza también en qué medida percibe la gente la incidencia de la corrupción en los sectores públicos clave e instituciones de su país.
Los partidos políticos y el poder legislativo son percibidos por la gente en todo el mundo como las instituciones más infectadas por la lacra de la corrupción.
Del lado más positivo, las organizaciones no gubernamentales (ONG), los organismos religiosos y el ejército lideran el grupo de las instituciones percibidas por los ciudadanos como las menos afectadas por la corrupción.
El informe indica que las percepciones sobre los niveles de corrupción pueden influenciar las relaciones del público con estas instituciones, socavar el apoyo a su labor y generar una desconexión entre gobernantes y gobernados. En el caso de instituciones con las que el público tiene contacto directo, la percepción de una corrupción endémica forja la creencia de que el soborno es necesario para obtener servicios. De esta forma, la corrupción en el sistema se autoalimenta, como una predicción que se cumple debido a la propia actuación de la gente, ya que ésta paga en aquellos ámbitos donde da por sentado que es algo necesario.

Más de la mitad de los ciudadanos sondeados en todo el mundo piensa que el nivel de corrupción se va a incrementar durante los próximos tres años. Solo uno de cada cinco encuestados tiene expectativas de que el nivel de corrupción disminuya en el futuro próximo, mientras que uno de cada cuatro espera que se mantenga.
A grandes rasgos, los resultados del Barómetro Global de la Corrupción 2007 indican que los gobiernos tienen que trabajar más duramente para eliminar la corrupción en servicios básicos, y demostrar a su electorado que están comprometidos en la lucha contra la corrupción con palabras y hechos.
No obstante, la esfera gubernamental no es la única responsable de la ineficacia de las medidas anticorrupción. Todos los agentes involucrados en combatir la corrupción, ya sea desde el gobierno, el sector privado o la sociedad civil, deben redoblar esfuerzos para que se progrese en este terreno y se concreten resultados positivos en la lucha contra las conductas delictivas y los sobornos.

Fuentes: Fundación Poder Ciudadano – Trasparency International

 

 


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