Por LAURA ROTUNDO
El analfabetismo es la incapacidad de leer y escribir que se debe,
generalmente, a la falta de aprendizaje. Este conflicto es, aún
hoy, uno de los problemas más graves que afectan a la población
mundial.
La ONU proclamó, el 1º de enero de 2003, el inicio del
Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización en todo
el mundo. En ese momento, se contrajeron los compromisos de aumentar
en un 50 por ciento todos los índices de alfabetismo de adultos
para el año 2015 y de mejorar la calidad de la educación.
Además, se hizo un llamamiento a todos los gobiernos del mundo
a que redoblen sus esfuerzos por lograr sus propios objetivos de educación
para todos, elaborando planes nacionales de conformidad con el entonces
Marco de Acción de Dakar, fijando objetivos y cronogramas firmes,
inclusive programas determinados para cada género.
Estas premisas establecidas por la ONU buscan eliminar disparidades
de género en todos los niveles educativos, luchar contra el
analfabetismo de mujeres y niñas y asegurar que éstas
tengan acceso pleno y en igualdad de condiciones.
En tanto, la DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHO HUMANOS de la ONU (de
1948) proclama en el artículo 26: “1. Toda persona tiene
derecho a la educación. La educación debe ser gratuita,
al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental.
La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción
técnica y profesional habrá de ser generalizada; el
acceso a los estudios superiores será igual para todos, en
función de los méritos respectivos. 2. La educación
tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana
y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia
y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos
o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades
de las Nacionales Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres
tendrán derecho a escoger el tipo de educación que habrá
de darse a sus hijos”.
Sin embargo, lo expresado anteriormente se limita a cumplirse únicamente
en los escritos.
Cifras preocupantes
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(INDEC), la tasa de analfabetismo es el cociente entre el número
de personas analfabetas de 10 años y más y el total
de la población de 10 años y más por cien.
De acuerdo a las últimas estimaciones de la UNESCO, según
las cuales para el año 2010, de continuar las actuales tendencias,
la población adulta analfabeta representaría 830 millones
de personas.
Por otro lado, unos 133 millones de jóvenes en el mundo también
son analfabetos y uno de cada cuatro viven con un dólar por
día. Esto se traduce en que la pobreza obstaculiza en gran
medida la lucha contra el analfabetismo.
Por último, se estima que 77 millones de niños no asisten
a la escuela y que las tres cuartas partes de estos menores sin escolarizar
viven en África y en Asia meridional y occidental. En este
último aspecto, se destaca un progreso relevante en la escolarización
infantil, ya que entre 1999 y el 2004 el número de pequeños
sin escolarizar se redujo en 21 millones, lo que supone un avance
para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos
por la ONU.
Particularmente y en referencia a este último espectro de la
población, se podrían enumerar cuatro causas principales
a las cuales puede atribuirse el analfabetismo de millones de niños:
que están sometidos a explotaciones laborales; que no existen
establecimientos educativos a donde asistir en las zonas donde habitan
y que, por lo tanto, no se respeta el derecho a la educación;
que no cuentan con profesores calificados que los instruyan, ni cuentan
con los libros y materiales que necesitan y por último, que
no tienen los medios económicos para solventar los gastos de
escolaridad. Todos estos factores producen el abandono escolar.
La problemática a nivel local
Santiago del Estero, Misiones y Corrientes son los distritos del país
en los que se registran mayores índices de analfabetismo y
deserción escolar, de acuerdo con un informe elaborado recientemente
por el Centro de Implementación de Políticas Públicas
para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). Este organismo revela también,
que más de 720.000 chicos argentinos están fuera del
sistema escolar, mientras que unos 730.000 mayores de quince años
no saben leer ni escribir.
En tanto -y según la Consultora Equis-, el porcentaje de analfabetos
en la República Argentina alcanza el 2,6 por ciento, un índice
que no resulta tan alarmante si se tiene en cuenta que en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires la tasa sólo es del 0,5 pero
sí lo es cuando uno se refiere a Chaco y descubre que es del
8 por ciento; en Corrientes, del 6,5; en Misiones, del 6,2 por ciento
y en Formosa y Santiago del Estero, del 6.
En Buenos Aires, el 1,6 se encuentra afectado por este conflicto;
en Tierra del Fuego el 0,7; en Santa Cruz, el 1,4 por ciento; en Córdoba,
el 2,1 y en Santa Fe y La Rioja, el 2,5 por ciento.
Expectativas
La ONU afirma que la educación tendrá por objeto el
pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; que
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad
entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos,
y promoverá el desarrollo de sus actividades para el mantenimiento
de la paz.
La realidad indica que sólo 37 de los 155 países en
desarrollo que hay en el mundo alcanzaron la enseñanza escolar
universal de ciclo completo.
Fuentes estadísticas: Consultora Equis · INDEC
· ONU · UNESCO
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