La nueva fecha de debate se resolvería
antes de finalizar la semana. Podría presidirlo la Cámara
en lo Criminal Primera.
Neuquén >
Una cuestión preliminar expuesta por la defensa de los agentes
penitenciarios de la U-11 procesados por el delito de torturas impidió
la concreción del juicio oral y motivó su suspensión
en forma momentánea. La decisión del tribunal generó
descontento en los integrantes de las organizaciones de derechos humanos.
Primero, en horas de la mañana de ayer, el comienzo del proceso
judicial contra 28 integrantes del Servicio Penitenciario Provincial
se vio alterado por la inasistencia de tres acusados. Se dispuso un
cuarto intermedio hasta las 15. Llegó el turno de las partes
y en el caso de la defensora Estefanía Sauli, observó
que entre los integrantes de la Cámara en lo Criminal segunda
estaba el doctor Héctor Dedominichi, ex defensor oficial de
las víctimas de torturas en la Unidad Penal Nº 11.
También indicó que el tribunal se manifestó en
anteriores oportunidades sobre el caso y recordó un hábeas
corpus presentado por la situación de los presos víctimas
de malos tratos.
Como era de prever, la letrada se refugió en las garantías
constitucionales del debido proceso para sus defendidos y pidió
garantizar la imparcialidad. Y agregó que en caso de avanzar
con el desarrollo del proceso, protestaría en instancias posteriores
mediante una casación o recurso extraordinario ante tribunales
superiores.
La Cámara, ante la presentación de Sauli, se retiró
un momento de la sala y discutió el camino a seguir. Breves
minutos después y más allá de considerar “extemporáneo”
el reclamo, comunicó que suspendía el juicio y que posiblemente,
en 48 horas, daría a conocer lo resuelto y la posibilidad de
que la Cámara en lo Criminal primera presida el debate.
Expectativa
Poco pudo hacer la gran expectativa de distintos grupos de derechos
humanos en torno al juicio contra 28 agentes penitenciarios de la
U-11, procesados por varios hechos que ocurrieron en el 2004 y que
tuvieron como víctimas a medio centenar de presos.
Muy temprano, el debate pasó a un cuarto intermedio hasta la
tarde. Cuando todo parecía listo para la primera audiencia,
de un total de diez, uno de los abogados defensores interpuso una
cuestión preliminar y la Cámara presidida por el doctor
José V. Andrada e integrada por Emilio E. Castro y Héctor
O. Dedominichi dispuso la suspensión.
Las alternativas que surgen ahora son que la Cámara en lo Criminal
primera lleve adelante el juicio o que el doctor Dedominichi sea reemplazado
por otro magistrado. Pero considerando las varias circunstancias planteadas
por la doctora Sauli, se perfila como más firme la hipótesis
inicial.
De todos modos, será difícil que la cuestión
quede zanjada esta semana y quizás la nueva fecha del juicio
se confirme recién sobre finales de mes.
La suspensión generó un gran desconcierto entre los
varios procesados que, apenas se retiraron los jueces, rodearon a
la abogada Sauli para consultarla sobre los pormenores de la decisión
del tribunal.
Hechos
Varios son los hechos que se les imputan a los 28 agentes del Servicio
Penitenciario Provincial. Vale aclarar que algunos de los procesados
ya no prestan servicios para la Policía provincial y que uno
de ellos registra una condena de la Justicia rionegrina.
El encargado ayer de precisar la imputación contra los acusados
fue el fiscal de cámara Rómulo Patti. De acuerdo con
su descripción, el primer atropello contra los internos fue
entre las últimas horas del 24 de abril y las primeras del
25 de abril de 2004. Sin motivo aparente, ingresaron los agentes penitenciarios
a los pabellones 1, 2 y 5 y efectuaron disparos con granadas de gas
lacrimógeno.
Otra de las situaciones denunciadas ocurrió entre el 25 y el
26 de abril de 2004. Hubo múltiples disturbios y la represión
incluyó disparos con armas de fuego, golpes de puño,
puntapiés y trato humillante, bajo amenazas reiteradas y que
llevó a los internos a tirarse al piso, mojados y esposados.
Un tercer hecho mencionado por Patti acaeció el 26 de abril
de 2004, en los pabellones 2 y 5, y a los golpes de puño, se
sumó la utilización de varillas de hierro y bastones.
Finalmente, el 27 de abril de 2004, en la sala de visitas y el taller
de la U-11, los presos fueron golpeados y obligados a pronunciar las
estrofas del Himno Nacional argentino. Cada vez que se equivocaban,
eran castigados y conminados a empezar de nuevo.
El fiscal tuvo un párrafo aparte con los jefes en ese momento
de la U-11, René Fuentes y Manuel Montoya, el primero, responsable
del penal y el segundo, al frente de seguridad interna. Sobre ambos,
recaerían responsabilidades extras.
Escobar, presente
Neuquén
> El secretario de Derechos Humanos y Sociales de la ciudad
de Neuquén, Jesús Escobar, quien asistió en horas
de la mañana, opinó que “me parece sumamente importante
que se lleve adelante este juicio, puesto que es el primero, en Neuquén,
en contra de una fuerza policial por el cargo de torturas dentro de
las cárceles”.
Después, señaló que “para ver cómo
funciona una sociedad hay que ver cómo funcionan sus cárceles»,
y añadió que “hasta ahora había toda una
serie de ocultamientos e imposibilidades para los organismos de Derechos
Humanos y para el mundo de afuera observar el interior de las cárceles”.
Apuntó que este juicio es “muy beneficioso dado que el
objetivo es que las cárceles sean uno de los lugares donde
también se respeten los derechos humanos”.
Con relación a la autorización para que la asociación
Zainuco pueda monitorear el traslado de los detenidos, el funcionario
lo consideró un avance, dado que «no sólo implica
una respuesta para quienes han cometido un delito, sino también
creo que habla muy bien del resto de la sociedad».
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