Por María Argel y Darío
Soto
Perder es algo que a nadie le gusta y a los políticos mucho
menos, pero perder a veces es necesario para tomar en cuenta la existencia
de fisuras y rectificar rumbos, replantearse o ratificar objetivos
y delinear tácticas y estrategias.
En estos avatares se encuentra hoy la Unión Cívica Radical
luego del traspié sufrido hace siete días en San Carlos
de Bariloche, la ciudad más populosa de la provincia, lo que
la convierte en el principal bastión electoral.
En su fuero íntimo, los radicales siempre supieron que perdían
en la ciudad de los lagos, por lo que su principal objetivo era minimizar
todo lo posible la brecha que determinó la otra derrota sufrida
en las legislativas del año pasado.
Si nos regimos por la teoría del vaso medio lleno (o medio
vacío), debemos tomar en cuenta lo expresado por el triunfante
Fente para la Victoria que consideró que el 80 por ciento de
los Barilochenses le dijo no a los radicales.
Pero no debemos descuidar lo expresado por el titular del centenario
partido quién consideró que el 20 por ciento logrado
es un buen piso para encarar las trascendentales elecciones generales
del año próximo.
También se podría agregar que el Frente para la Victoria,
a pesar de haber resultado triunfante estuvo muy lejos de alcanzar
el 50 por ciento de los sufragios, más allá de pretender
sumar los votos obtenidos por el Partido de la Victoria.
En definitiva sería un error que un triunfalismo desmedido
del FpV les lleve a creer que el radicalismo está herido de
muerte, en este sentido se debe rescatar lo expresado por el senador
Miguel Pichetto en cuánto a que aún no se ha ganado
nada.
Obviamente tampoco sería saludable para las huestes radicales
considerar que la elección de Bariloche apenas fue un traspié.
El largo debate de la Convención radical reunida en Viedma
parecería mostrar que los boina blanca pretenden que la puñalada
al orgullo que recibieran hace siete días, sea el principal
aliciente para salir con fiereza nuevamente al ruedo para preparar
un mejor escenario para la próxima contienda.
Tanto el presidente del partido, Pablo Verani, como el jefe de gobierno,
Miguel Saiz, arengaron a sus correligionarios para iniciar de inmediato
la campaña, salir mañana mismo a «caminar las
calles de cada uno de los pueblos y tocar los timbres de cada una
de las casas con la frente bien en alto, porque estamos haciendo lo
que la gente nos reclama».
Concertación
Aunque era previsible, no deja de ser importante el aval que le dio
la Convención partidaria a Miguel Saiz para seguir adelante
con la integración del radicalismo rionegrino a la concertación
convocada por el presidente Néstor Kirchner.
El propio Pablo Verani, hombre que se sabe tiene sus diferencias con
el presidente, envió un mensaje sin sutilezas a la conducción
nacional que le solicitara una respuesta por escrito a lo decidido
en la última reunión de la Convención Nacional.:
«a nivel provincial, vamos a hacer lo que nos dé las
ganas, porque somos mayores de edad» espetó el veterano
caudillo.
Por estas horas también, el senador nacional Miguel Pichetto,
se manifestó a favor de la concertación, destacó
la figura del gobernador de Mendoza, Julio Cobos, y hasta aceptó
de buen grado la integración del gobernador rionegrino en ese
ámbito político pero insistió en su postura de
requerir entonces al Gobernador a convocar las elecciones provinciales
junto con las nacionales y que ambas boletas lleven a Néstor
Kirchner como candidato presidencial, «esto me parece que permitiría
a los rionegrinos votar con libertad que propuesta quieren para el
Gobierno de la provincia» dijo el senador con la tranquilidad
que le dan las mieles del triunfo de hace siete días.
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