Por DarÍo Soto
Mientras el Alto Valle sufre una de las mayores crecidas de los últimos
años, el gobierno de la provincia se apresta a anunciar una
de las obras más importantes –sino la más- de
la actual gestión. Se trata de un canal profundo que correría
a la vera del río Negro desde Cipolletti a Chichinales. Con
esta obra, cuyo costo se estima en una cifra cercana a los quinientos
millones de dólares, se pretende dar solución a los
avatares que presenta periódicamente el curso de agua. Con
los estudios de factibilidad de la obra de «Sistematización
del río Negro superior» en la mano el gobernador Miguel
Saiz saldría a buscar el financiamiento necesario para llevar
adelante el emprendimiento que tendría un plazo de ejecución
de cinco años. La pendiente existente entre Cipolletti y Chichinales
permitiría además la construcción de ocho pequeños
diques a los largo del canal que en su conjunto generarían
800 gigavatios, una cantidad realmente considerable si se compara
con el consumo total de la provincia que gira alrededor de los 1.300
gigavatios. Otra de las ventajas de este canal etenuador, según
se adelantó, es que permitiría recuperar tierras para
la producción ya que haría descender las napas que hoy
afectan a una importante cantidad de hectáreas que se encuentran
en estado de desertización. Además la construcción
de la obra tendría baja afectación de tierras que deberían
ser expropiadas. Este proyecto, que entusiasma al gobernador Miguel
Saiz y su gente, se pretendería que entre en el marco de los
acuerdos programáticos que llevan adelante con el gobierno
nacional con la expectativa de máxima de licitar e iniciar
las obras el próximo año antes de la finalización
de la actual gestión, especulando que sea este mismo gobernador
el que tenga la posibilidad de inaugurar la obra terminada, en caso
de ser reelecto el próximo año.
La fórmula que desvela
Mientras tanto las elecciones del año próximo siguen
dando argumentos para pensar en la edición de un diccionario
de improperios políticos, si nos atenemos a los cruces verbales
que son ya casi moneda corriente en los medios de comunicación.
El gobernador Miguel Saiz sigue siendo el abanderado de los receptores
de críticas elucubradas fundamentalmente por los dos máximos
referentes del Frente para la Victoria, el senador nacional Miguel
Pichetto y el diputado nacional Julio Arriaga. En los últimos
días, el senador y precandidato a gobernador por el FpV volvió
a machacar con el supuesto oportunismo de Saiz, considerando que el
mandatario «trata de cobijarse bajo la concertación convocada
por el presidente Kirchner sólo para salvarse». Por otra
parte volvió a demonizar al ministro Iván Lázzeri
y al legislador Daniel Sartor al considerarlos responsables de la
compra de dirigentes justicialistas y comparar esta operación
con la peor época del fraude de la década del ‘30.
Desde las filas radicales responden con cierto no disimulado desdén
advirtiendo que la verborragia del justicialista tiene que ver con
la necesidad de instalar su candidatura ya que las encuestas indicarían
que no ha podido superar la barrera del 20%. Pero más allá
de la pirotecnia verbal agresiva, voceros del radicalismo provincial
deslizaron -como para demostrar lo carnales que son las relaciones
con el Presidente- que operadores del gobierno nacional habrían
especulado con la posibilidad de que Miguel Saiz fuera el hombre de
la concertación en la fórmula presidencial. Lo cierto
es que la fórmula Kirchner-Saiz suena a música en los
oídos radicales, pero claro Kirchner presidente, Saiz gobernador
en una misma boleta. |