Por ANDREA DEPASCALIS
Indefiniciones, palabras y más palabras, idas y vueltas, discusiones
que quedan en la nada. Palabras encontradas que por momentos parecen
llegar a un final acordado, pero que después todo vuelve al
principio cuando una frase hace que todo se desvanezca como un castillo
de naipes.
Un eterno debate que lleva años en los salones del Deliberante
y que, aunque se nieguen a decirlo, la disputa termina siendo siempre
la misma: eutanasia si o eutanasia no.
Hace más de seis años que los concejales vienen discutiendo
lo mismo, hace mucho tiempo que las propuestas se repiten en formas
de proyectos de ordenanza que apenas llegan a ser despacho o que se
suman a la parva de expedientes generados por los perros. Ya son 34
los proyectos que están circulando en los cajones del Concejo,
aunque en el último tiempo sólo creen que tres pueden
ser viables.
Sólo pocos concejales fueron claros, pocos dijeron “hay
que matar perros” y los menos fueron los que con vehemencia
afirmaron y se negaron a modificar la ordenanza que prohíbe
el sacrificio de animales.
Parece que la ordenanza sobre tenencia responsable de animales es
la vedette de las discusiones políticas, pasan los concejales,
pasan los años y las reuniones y el debate sigue intacto. Mientras
tanto la población canina crece, los casos de hidatidosis ya
aparecieron en la zona urbana y el número de mordeduras es
cada vez más alto.
Todo esto pasa mientras los concejales discuten si hay que aplicar
políticas con claridad, si hay que hacer cumplir a rajatabla
la ordenanza actual o si hay que hacer de Neuquén un municipio
eutanásico. Todo se transforma en una disputa donde prevalece
la postura política por la salud de la gente.
Si bien el ámbito del Concejo es el lugar para el debate político,
en este caso, la eterna discusión y las propuestas -que nunca
son innovadoras-, son agotadoras y lo que menos hacen es acordar por
la salud de la gente.
Son 80 mil, 90 mil, 100 mil perros sueltos en la ciudad, ni siquiera
en eso se ponen de acuerdo, lo único que es claro es que son
muchos y que el tema, hoy, es un problema que hay que solucionar.
¿Cómo? Aún no saben. Desde Zoonosis dicen que
hay que aplicar la eutanasia en determinados casos, en el Concejo
no acuerdan y -como están las cosas por estos días-
la solución aún parece estar muy lejos.
En lo único que están en concordancia los ediles de
esta ciudad es que hay que lograr un cambio cultural en la gente,
hay que educar para que los propietarios no dejen sueltos a sus animales
en la calle provocando un riesgo para la salud de los vecinos, sin
embargo siguen preguntándose cómo poner las cartas sobre
la mesa, hacerse cargo y de una vez por todas darle un cierre a este
debate sin final.
Gobernar en pos de la gente, sea cual fuere la definición,
pero trabajar en pos de la salud de los vecinos de Neuquén
es lo que debe priorizar hoy en el Concejo Deliberante de la ciudad,
ya es tiempo que se tome una decisión porque las mordeduras
y la hidatidosis ponen en peligro la vida de los neuquinos.
Ya no hay más tiempo para plantar posturas políticas
o tímidas indefiniciones, hay que ser claros y decir con todas
las letras qué se quiere hacer y cómo hacerlo. El debate
por quién tiene razón no da para más ya que se
agotó hace mucho tiempo en el Deliberante neuquino.
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