Por Jorge Villalobos
El intendente Ricardo Alonso vivió la semana más agitada
desde que llegó al sillón municipal el pasado 10 de
diciembre.
El jefe comunal casi no tuvo tiempo de disfrutar de la satisfacción
que generó en amplios sectores de esta comunidad, la decisión
de la gran mayoría de los diputados provinciales, que resolvieron
bajarle el pulgar a la preadjudicación a favor del grupo empresario
Cerro Bayo-UTE que pugnaba por quedarse con la concesión del
nuevo centro de esquí Las Provinciales, en esta localidad.
Apenas conoció la sorpresiva definición de los legisladores
oficialistas, que había sido cocinada a fuego lento en los
despachos de la Gobernación, y que acompañó la
oposición, Alonso recibió un golpe que lo enfrentó
a la primera crisis política en lo que va de su gestión:
la renuncia de la concejala oficialista Inés Freyre.
El doctor Alonso pasó de la alegría a la desazón,
casi en forma simultánea. Experimentó el sabor agridulce
que genera el estar en la función pública y soportar
las tormentas que golpean a los gobiernos.
Fue el bautismo de fuego de Alonso, quien asegura que es una persona
que no le gusta política. De hecho, el mismo reconoció
que nunca quiso ser intendente cuando resultó electo el pasado
3 de junio.
Justamente, de eso se trata la política. Un terreno espinoso
que se debe transitar, donde a veces las buenas intenciones y propuestas
pueden quedar a mitad de camino.
Y allí Alonso ha mostrado debilidades. El intendente no reaccionó
frente a la renuncia de Freyre, quien se fue del Concejo Deliberante
porque no soportó la presión de la interna que mantenía
con sus dos ex compañeros de bancada: José Dino y Héctor
Aguilar. Aunque en la Unión Vecinal Angostura Comunal (UVAC)
no se quiere reconocer la existencia de internas.
Silencios
Alonso no salió a alinear la tropa para enviar una señal
de fortaleza y sepultar las versiones de divisiones que conviven hasta
en su propio gabinete.
Ni una palabra. Absorbió la amargura de la renuncia en el núcleo
del gabinete y sólo confió su estado de ánimo
a algunos colaboradores. Ocurre que Freyre estaba alineada con el
Ejecutivo municipal mucho más que sus ex compañeros
de bloque.
Fuentes del Concejo revelaron que un funcionario municipal llamó
a ediles de la oposición para que no voten a favor de la renuncia
de la concejala, que fue aprobada sólo por Dino y Aguilar.
Fuentes con llegada al gabinete afirmaron que hay tres grupos definidos:
los funcionarios que responden al intendente, los que están
identificados con el secretario de Gobierno, Emilio de Alvear, y de
Seguridad y de Gestión Institucional, Edgardo Cortese, quienes
son los históricos dentro de la UVAC; y el tercer grupo representado
por los concejales.
En los próximos días se verá si Alonso superó
la primera tormenta; porque gobernar no sólo es administrar
la cosa pública, que es la idea que tienen los gerentes y empresarios
que saltan de la actividad privada a la política.
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