Por Darío Soto
No son días tranquilos estos últimos del año
en la política rionegrina. La legislatura provincial ya dio
muestras de que no todo era tan lineal en la oposición y que
la supuesta debilidad del oficialismo tampoco era tal. La última
sesión dejó en claro que a pesar del documento firmado
horas antes por los integrantes del Frente para la Victoria no generó
compromisos sólidos para sus socios, algunos de los cuales
dieron su apoyo al oficialismo para lograr la mayoría necesaria
por ejemplo para el nombramiento de los titulares de los órganos
de control. Estas desinteligencias dejan en claro que al frente opositor
le va a costar encolumnar a todos sus supuestos miembros detrás
de posturas homogéneas que le permitan enfrentar con éxito
al sólido bloque que presenta la Concertación oficialista.
Está claro que la capacidad de negociación del oficialismo
supera a la del Frente para la Victoria, un frente electoral que muestra
fisuras que pueden derivar en rupturas en un futuro mediato.
No sólo en la legislatura hubo ruidos en el seno del FpV. En
San Carlos de Bariloche la obligada asunción como intendente
del electo Presidene del Concejo Deliberante Darío Barriga,
hombre del partido SUR y del riñón del su líder
Alberto Icare, dejó en manos de la Justicialista Silvana Camelli
la titularidad del Deliberante quién no dudó en nombrar
gente de su confianza como colaboradores inmediatos aunque esto supusiera
romper acuerdos previos y relevar a personas que habían sido
nombradas por Barriga. La movida no fue menor y el nombramiento de
Beatriz Oñate como Secretaria legislativa en reemplazo de Graciela
Costamagna, amenaza con profundizar las diferencias que ya se vienen
observando entre los dos principales miembros del FpV en la ciudad
lacustre. El recambio roza fibras muy sensibles del partido de Icare
toda vez que la reemplazada es nada menos que la esposa del secretario
de Gobierno Adolfo Fourés, un peso pesado de SUR.
Este clima enrarecido no favorece al FpV y puede afectarlo en sus
expectativas futuras frente a una nueva elección para decidir
el reemplazante del renunciado Icare hecho que se producirá
en seis meses más o menos. Pero si estas fisuras debilitan
al frente tanto o más daño le producen los rumores cada
vez mas fuertes en cuánto a que el gobierno provincial podría
apoyar a Barriga para que se quede con la intendencia. Obviamente
un apoyo en este sentido involucraría otros compromisos que
terminarían por mellar aún más a la dubitativa
oposición.
Ferreira, el renegado
Pero el oficialismo tiene sus propios problemas, a la queja de los
intendentes opositores, se sumó la del intendente de Viedma,
Jorge Ferreira, quién aseguró no sentirse parte del
gobierno provincial disgustado por la falta de comunicación
del gobernador con los intendentes de su partido a la hora de conformar
su gabinete. El intendente de la capital que ya había dado
muestras de no sentirse cómodo en la Concertación Plural
a la que adhirió el radicalismo rionegrino, oportunamente anunció
su apoyo a Fernando Chironi al tiempo que dejó dudas en cuánto
a su voto a nivel nacional. Ahora plantó bandera y al tiempo
que aseguró no sentirse parte del gobierno de Miguel Saiz afirmó:
“…pero al no sentirnos parte, tampoco seremos parte de
la suerte y destino del gobierno». Esa frase en boca del presidente
de la Liga de Intendentes radicales anuncia por lo menos momentos
borrascosos en el futuro cercano. No son pocos lo que creen que el
jefe capitalino comienza a posicionarse como referente a tener en
cuenta en el concierto político provincial.
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