Por darío soto
A casi un mes de una nueva derrota por la gobernación, el
justicialismo rionegrino (verdadera fuerza opositora en la provincia
más allá de los frentes circunstanciales) comienza a
reordenar la tropa con el propósito de estructurar un mismo
discurso a la hora de competir en las elecciones comunales. Casi naturalmente
los actuales intendentes justicialistas parecieran depositar expectativas
de conducción de la oposición en el jefe comunal de
Roca, Carlos Soria, produciéndose así un corrimiento
en el liderazgo, más allá de que el senador Miguel Pichetto
nunca alcanzó la estatura de conductor que viene padeciendo
el Partido Justicialista desde el pase a retiro obligado de Remo Costanzo.
A nadie sorprende esta situación ya que de hecho desde antes
del 20 de mayo se sabía que si Pichetto perdía las elecciones
–tal como ocurrió- Carlos Soria volvía a posicionarse
nuevamente a la cabeza del principal partido de oposición.
La reunión de la Liga de Intendentes Justicialistas tácitamente
convalidó este nuevo escenario delegando en la figura del intendente
de General Roca la representación como interlocutor ante el
poder central. También en esta reunión se ratificó
la vigencia del Frente para la Victoria, cuestión que sólo
el tiempo se encargará de dilucidar si existe en la realidad
de los hechos o es solo un anhelo de quienes tienen que renovar liderazgos
circuitales y necesitan de la suma de voluntades más allá
de la realidad de las circunstancias.
Por caso, el principal socio del FpV, el Frente Grande que gobierna
Cipolletti, una de las ciudades más importantes de la provincia,
pareciera tener dudas en cuanto a la validez de la coalición,
y a pesar que hoy sólo se pueda especular con la decisión
que podría tomar su conductor Alberto Weretilneck, no sorprendería
si la lista que finalmente se proponga para la renovación de
cargos comunales tenga un solo color.
Verborragia
Los que siguen atentamente este proceso de reacomodamiento de la oposición
no dejan de observar la conducta de Carlos Soria y su discurso agresivo.
Propios y extraños, por lo bajo comentan que el principal enemigo
de Soria es el propio Soria y su desenfreno verborrágico. Probablemente
esto no le impida alzarse con una cómoda victoria en General
Roca, pero el 2011 está muy lejos y la sumatoria de errores,
por pequeños que estos sean, pueden enturbiar un panorama que
hoy se presenta más o menos despejado.
La agresión y la descalificación son situaciones que
no están en la agenda del ciudadano común (Jaime Durán
Barba dixit). Más allá de que los contenidos básicos
de una estructura de marketing político aconseje acompañar
el discurso de campaña con denuncias permanentes dejando en
un segundo plano la difusión de proyectos y propuestas, se
supone que tales denuncias deben responder a hechos reales que colisionen
con las expectativas de la gente; si tales denuncias solo son parte
de operaciones montadas con fines espurios las mayoría de las
veces producen un efecto contrario.
En este sentido, sería aconsejable observar cómo el
propio presidente de la Nación, Néstor Kirchner, en
la última semana modificó su conducta agresiva en contra
de Mauricio Macri, dedicándose a exaltar las bondades de su
propio candidato y ministro de Educación, Daniel Filmus.
Interesante panorama el que muestra por estos días la provincia,
donde todo, a pesar de algunas seguridades manifiestas, puede ser
modificado merced al transfuguismo que parece haberse instalado en
la política.
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