Escenas de horror se vivieron ayer
y durante el fin de semana, con personas calcinadas vivas y arrojadas
desde la altura de los edificios.
Johannesburgo
(dpa) > La violencia xenófoba que estalló
en Johannesburgo dejó en una semana al menos 24 muertos y cientos
de heridos, según un primer balance policial dado a conocer
ayer.
Diecinueve personas murieron sólo el fin de semana. Desde el
comienzo de la persecución a extranjeros provenientes de países
limítrofes hace una semana, fueron detenidas 217 personas,
pero la brutal violencia continuaba ayer. Unas cien viviendas fueron
incendiadas y la policía calificó la situación
de muy tensa.
Un helicóptero detectó ayer partes del cadáver
de un hombre de Malawi quemadas en una calle de tierra. En el barrio
marginado de Jerusalem los agentes fueron recibidos con munición
pesada cuando quisieron impedir que unas 500 personas saquearan tiendas
de extranjeros.
La oposición, en tanto, renovó su reclamo de que sean
enviados militares a la zona, dado que la policía ya no controla
la situación.
Una iglesia metodista en el centro de la ciudad, en la que unos mil
extranjeros asustados buscaron refugio, fue atacada por hombres armados,
según informó el obispo Paul Verryn. Sin embargo, el
ataque se frustró.
Las tiendas saqueadas, los coches incendiados y las barricadas determinan
el paisaje en muchos lugares de la ciudad. La organización
Médicos sin Fronteras advirtió que la ciudad corre el
riesgo de sumirse en una catástrofe humanitaria.
Escenas dantescas
Testigos dieron cuenta de escenas horripilantes en el centro
de Johannesburgo la noche anterior. Bandas armadas rastrearon edificios
de varias plantas en busca de extranjeros y tiraron a mujeres por
las ventanas. Un hombre se quemó vivo después de que
una turba lo atara en medio de gritos a un colchón que luego
fue incendiado.
Cientos de personas, presas del pánico, buscaron refugio en
iglesias, centros sociales y comisarías de policía.
Los responsables de la ola de violencia acusan a los inmigrantes de
dedicarse al crimen y de arrebatarles puestos de trabajo a los sudafricanos.
Los disturbios comenzaron hace una semana en la barriada de Alexandra,
donde unas 1.000 personas viven refugiadas en una comisaría
de policía por temor a ser asesinadas.
Críticas
La oleada de violencia xenófoba ha sido condenada por casi
todos los sectores políticos y sociales de Sudáfrica.
El gobierno ordenó una investigación.
El presidente del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), Jacob
Zuma, destacó en referencia al apoyo que su agrupación
recibió del exterior en épocas del apartheid: «¡No
podemos permitir que Sudáfrica sea conocida como xenófoba!»
La Fundación Nelson Mandela lamentó los excesos. El
primer presidente negro de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz
advirtió a la nación hace una semana de la «disociación
destructiva». La fundación infantil de Mandela apoyará
a las víctimas de la violencia. |