Por Daniel Ramazzotti
La decisión de un empresario local -que hace más de
cuatro años demandó a la comuna por 40 millones de dólares-
de solicitar un acuerdo extrajudicial y ofrecer para eso realizar
“alguna de las tantas obras de interés público
que urge concretar y hasta la suma de 150 mil pesos” fue sin
lugar a dudas el tema de la semana en esta ciudad.
Si el hecho de una demanda equivalente en su momento a cinco presupuestos
municipales, y a dos y medio del actual, levantó polvareda
hace cuatro años, que el mismo empresario en cuestión
impulse ahora dejar sin efecto la causa y hasta destinar dinero para
lograr ese objetivo resultó, al menos, llamativo para los integrantes
del Concejo Deliberante a sabiendas de que no es habitual que un querellante
contra el Estado dé marcha atrás en el proceso.
La presentación data del 21 de febrero pasado y en ella el
empresario da cuenta de los motivos por los cuales inició la
demanda en su momento y de la situación actual en la que su
emprendimiento se encuentra, razón por la cual es que busca
la salida antes mencionada.
Mas allá de esto, para muchos de los involucrados en el tema
la decisión de avanzar en este sentido puede estar dada por
motivos tan diversos como habitantes hay en la ciudad, pero donde
el aspecto económico prima sobre cualquier otro punto.
Tras la sorpresa inicial los ediles decidieron ponerse a trabajar
en el tema junto a varios funcionarios del Ejecutivo local y la intendenta
Luz Sapag a la cabeza.
Luego de varias reuniones celebradas en la comuna, se llegó
a la decisión de formar una comisión que se siente a
negociar una salida extrajudicial con el hasta ahora demandante.
Según algunos allegados a la comuna, la oferta de $150 mil
para lograr algún acuerdo es directamente inaceptable ya que
si al momento de demandar al municipio se pensó en una cifra
millonaria en dólares, no se entiende bien por qué ahora
se habla de unos pocos miles de pesos.
Es más, hay quienes estiman que la base para empezar dicha
negociación debe ser al menos igual al uno por ciento del valor
de la demanda, es decir unos u$s 400 mil dólares, o casi 1,3
millón de pesos.
Lo que sí quedó en claro para todos es que en este caso
el dicho que reza que “cuando la limosna es grande, hasta el
santo desconfía” no se puede aplicar.
Por otra parte, a nadie escapa que un ingreso de unos cuantos cientos
de miles de pesos a las arcas de la comuna, no vendría nada
mal, menos aún si esto se debe a un acuerdo que evitaría
la prosecución de un juicio que, en principio, nadie sabe a
ciencia cierta quién tiene las de ganar, aunque algunos, parece,
ya tienen alguna sospecha.
Mientras se espera se confirme oficialmente la conformación
de la comisión arriba mencionada, llamó la atención
que en los últimos días tanto en los pasillos de la
comuna como en los del Concejo Deliberante se escuchó tararear
en varias oportunidades la letra del viejo tango que dice “…donde
hay un mango viejo Gómez…”.
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