“Estoy cansada de ver las injusticias
que sufrimos en Arroyito y me cansé de denunciarlo en las empresas”,
dijo una vecina. Arroyito > Un numeroso
grupo de pobladores de este paraje neuquino enfrenta importantes dificultades
a diario para poder desplazarse en medios de transporte público
desde o hacia la capital neuquina. Los factores que les impiden viajar
son diversos, pero argumentan que necesitan una solución rápida
y definitiva.
Muchas de las personas que trabajan en Arroyito viven en otras ciudades
y viceversa. Muy pocas disponen de medios propios para viajar a sus
trabajos. Y si bien ninguno de ellos se queja del esporádico
paso de un ómnibus, sí critican a los responsables de
que rara vez se detenga a recogerlos.
“Te hacen señas de que van llenos y siguen como vienen”,
explicó Verónica Palavecino. Ella es maestra en la escuela
de la villa, aunque vive en Senillosa.
“Siempre me vengo con una maestra, pero hoy no pudo acercarme.
Esperé 25 minutos al colectivo, pero me terminó acercando
un hombre que iba camino a Esquel”, comentó indignada.
Hacer dedo
Las expresiones de todas las personas consultadas sobre el transporte
público en Arroyito fueron similares a la de esta maestra.
Hacer dedo es mucho más común para ellos que viajar
en un colectivo.
Valeria Rizzi viaja todos los días desde Neuquén. Aseguró
que “acá todos los maestros se manejan a dedo. Una de
ellas viajó cuatro años de esa manera”. “Pueden
levantarte o no, pero vas a llegar antes que en colectivo”,
reflexionó con ironía.
Probablemente Clara Corvalán sea la más determinada
a encontrar una resolución. A pesar de ser jubilada, trabaja
en el centro de rehabilitación de adicciones y preside la comisión
vecinal. Este rol la mantiene en contacto con los problemas del pueblo
y cree que el transporte es el mayor de los problemas.
“Ya estoy cansada de ver las injusticias que sufrimos en Arroyito
y me cansé de denunciarlo en las empresas”, reveló.
La situación
“Hay gente grande, madres con niños que deben viajar
para ir al médico, hacer compras y todo. Necesitamos que los
colectivos bajen a la villa y pasen por atrás de la estación
de servicio”, evaluó la dirigente vecinal, quien agregó
que “depende de cada chofer si te levanta o no”.
La opinión de Jesús Pozo, delegado municipal de Arroyito,
no es muy diferente. “Se hicieron todos los trámites
pero el problema está en los choferes. Ellos tienen guantes
blancos y no se quieren ensuciar bajando a la villa. Dicen que hay
mucha tierra. Yo digo que si fueran a 20 kilómetros por hora
no se levantaría polvo, pero quieren pasar a 60”, remarcó.
Son dos las empresas de transporte interurbano que deben tomar pasajeros
en Arroyito: El Petróleo y Cono Sur. Corvalán y Pozo
están de acuerdo en que “cuando saben que está
el inspector de la empresa, los choferes bajan. Sino siguen de largo”.
Por una nimiedad tan simple como hacer lo correcto, Julio Vargas es
considerado casi un héroe por los habitantes de Arroyito. “Es
el único que maneja tranquilo y frena siempre para levantar
gente. Lástima que trabaja tan pocas veces al mes en este recorrido”,
lamentaron varios lugareños.
Desde la comuna
La disposición de los habitantes y de los trabajadores de Arroyito
es constante. “Los vecinos pusimos la garita que está
atrás de la estación de servicio para que sea más
fácil para el colectivo”, reveló Adela Satelo.
Pozo adelantó: “Tenemos planes de reacondicionar las
dos garitas, pero hasta ahí podemos llegar”.
Viajar desde la villa a la capital neuquina es difícil porque,
aparentemente, los choferes no suben pasajeros. Pero hacer el viaje
inverso representa un peligro al llegar a Arroyito. “Te bajas
del colectivo y te pueden pasar por encima. Un hombre grande perdió
la vida así”, argumentó Corvalán.
El delegado municipal entiende que “la solución estaría
en pavimentar el ingreso y poner una rotonda o un derivador”.
“Sería más seguro porque hay menos peligro de
accidentes de tránsito y el chofer podría bajar a la
villa sin ‘ensuciar’ el colectivo”, concluyó
Pozo.
En boletería
Por su parte, en las oficinas de las empresas que los usuarios pretenden
utilizar para viajar desde Neuquén a Arroyito (o a la inversa)
no están al tanto de este conflicto. De hecho, según
ellos, estos viajes no se ofrecen como parte de sus servicios oficiales.
Los empleados en la boletería de Cono Sur respondieron de forma
unánime: “De Neuquén a Arroyito se venden pasajes
si hay asientos disponibles. Pero no ofrecemos servicio para el regreso”.
Por el lado de la Cooperativa de Trabajo El Petróleo, sus empleados
en la ETON aseguran que “no hay problema para viajar hacia allá;
para volver, hay que comprarle el pasaje al chofer y éste sólo
para si hay lugar”.
Clara Corvalán
«Si no tienen ganas de trabajar que se vayan y dejen que otras
empresas de transporte se hagan cargo del corredor».
Adela Sotero
«Los colectivos que pasan por acá van casi siempre llenos.
Lo único que podemos hacer es que nos acerque un particular».
Verónica Palavecino
«Casi siempre me trae otra maestra. Cuando vengo sola es más
probable que viaje a dedo y no que me tome el colectivo».
Jesús Julián Pozo
«Desde las empresas de transporte nos dicen que los caminos
están en mal estado; es por eso que no quieren entrar a la
villa».
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