Por Gladys Azpeytía
Neuquén > El sábado a las 21.30
el público ingresó a la sala Conrado Cultural para ver
la obra homenaje “Niní”, producida por el grupo
Sur Menaje. Como en cualquier obra, se esperaba que saliera Ely Navarro
-la protagonista- a escena, pero no fue así, en su lugar se
proyectó un video que de inmediato creó la atmósfera
cinematográfica que el director
-Gustavo Lioy- esperaba generar.
Después de ese momento, todo fue carcajadas. La sucesión
de personajes intercalados con videos impecablemente compaginados
y una música que daba compás a lo que se estaba observando,
iban sumiendo poco a poco al espectador en la comicidad de los cuadros
que se ofrecían.
Esta obra, que tenía como meta homenajear pero no imitar a
Marshall, logró su cometido. Es inevitable encontrar parecidos
entre los personajes que encarnara la comediante y los que Navarro
interpretó, dado que partían de los mismos textos. Pero
más allá de la adaptación de diálogo a
monólogo, los giros incorporados por el guionista Moretto,
pequeñas sorpresas que involucran al público y la actuación
de la protagonista ofrecieron una obra original, que mezclaba nostalgia
y alegría. Además, sin decirlo abiertamente, cada cuadro
era una invitación a pensar en nuestro origen, mezcla de nativo
e inmigrante, y a recuperar la idea de que es posible reírse
sin necesidad de recurrir a la grosería.
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