Neuquén > La Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA) busca renudar su búsqueda
de uranio en el país. La polémica actividad minera ya
comienza a sembrar opositores entre ambientalistas y los habitantes
de los lugares donde se piensa extraer el combustible para las centrales
nucleares.
La CNEA firmó un contrato con la empresa estatal Fomento Minero
de Santa Cruz (Fomicruz) para explorar el área Laguna Sirven,
ubicada en el noreste provincial. Allí perforará en 2008
alrededor de 10 pozos de 100 metros de profundidad en busca de indicios
uraníferos que den cuenta de la existencia del mineral.
La primera fase de exploración deberá estar concluida
a fines de este año. Según informó El Inversor
Energético, para esa fecha estarán disponibles los datos
que se obtengan en las perforaciones, cuyo procesamiento dictaminará
si se justifica o no una etapa exploratoria más agresiva.
Para solventar el financiamiento de los proyectos exploratorios, la
CNEA quiere rubricar convenios con varias provincias que cuenten con
recursos uraníferos.
La entidad nuclear formó a fines de febrero un trato con la gobernación
de La Rioja, a cargo de Luis Beder Herrera, para estudiar varios cateos
del mineral.
“La CNEA ya tiene estudios previos realizados hace muchos años
(sobre todo en las zonas de Velasco y Los Colorados) y en este momento
está trabajando en algunas áreas de la provincia. Vamos
a ver si empezamos a explorar la zona de Sanagasta”, explicó
Beder Herrera durante la firma del acuerdo.
La Argentina importa anualmente cerca de 120 toneladas de uranio para
abastecer a sus dos centrales nucleares (Atucha I y Embalse).
La producción en territorio nacional está paralizada desde
1998, cuando por el descenso de los precios internacionales el gobierno
de Carlos Menem ordenó el cierre del complejo Sierra Pintada
(Mendoza).
Pero la recuperación de los valores del mineral desde principios
de esta década reactivó el interés de la CNEA en
sus activos uraníferos.
De hecho, en agosto del año pasado el Ministerio de Planificación
anunció la reapertura de Don Otto, una mina uranífera
ubicada en Salta que fue cerrada a fines de la década del ´80.
Sin embargo, el cambio de autoridades en la CNEA y en la provincia norteña
demoró las obras.
El plan original impulsado por el Gobierno establece que la mina debería
estar en producción a fines de 2009.
Uranio
Fuentes de la CNEA estiman que Atucha I, Embalse y Atucha II -que
se espera terminar en el 2011- necesitan 7.500 toneladas de uranio
para su vida útil, sin contar consumos como reactores de investigación.
Atucha I y Embalse están por cumplir 30 años de producción
de energía eléctrica por lo que la CNEA está
proyectando reciclar sus reactores para que funcionen 30 años
más.
Pero no será tarea sencilla para la CNEA lidiar con las protestas
de los ciudadanos que se oponen a las actividades mineras.
El biólogo Raúl Montenegro, presidente de la red ambientalista
FUNAM y premio Nóbel Alternativo 2004 le pidió al gobierno
de Córdoba que declare «zona de exclusión minera
la cuenca del arroyo chico de Nono, la cuenca del río Mina
Clavero y la totalidad de la Reserva Hídrica Pampa de Achala.
De este modo no podrán buscar uranio ni otros minerales metalíferos
en una zona donde la prioridad es proveer agua pura para el valle».
Señaló que el informe de impacto ambiental que presentó
la CNEA al gobierno de Córdoba para que se le autorice la prospección
de uranio en Traslasierra «es técnicamente inaceptable»
porque «no evaluó el impacto negativo del cateo sobre
las actividades turísticas y productivas del valle».
Montenegro sostuvo que CNEA «no tiene autoridad moral ni técnica
para buscar uranio en las Sierras de Córdoba porque su mina
de uranio de Los Gigantes, aguas arriba de Villa Carlos Paz, contaminó
indiscriminadamente el río San Antonio e hizo peligrar la actividad
turística del valle de Punilla hasta que logramos su cierre
en 1989.
Y añadió: «Peor aún, CNEA ni siquiera ha
remediado las miles de toneladas de residuos radiactivos de baja actividad
que guarda en pésimas condiciones en barrio Alta Córdoba,
donde yacen 36.000 toneladas de residuos, almacenados sin membranas,
y en la mina de uranio de Los Gigantes, que tiene más de 4
millones de toneladas de residuos sólidos con uranio y unos
100.000 metros cúbicos de aguas contaminadas».
El yacimiento de Sierra pintada (Mendoza) sigue hoy parado, enredado
en la polémica sobre el peligro de una supuesta contaminación.
Sierra Pintada, cuya mina cerró en 1995, tiene la capacidad
paras dotar de combustible a todas las centrales nucleares argentinas
por 20 años.
“Tenemos 30 años de antecedentes que no se pueden ignorar,
cuando un ecosistema es contaminado no tarda eso en ponerlo en evidencia,
en tres meses te das cuenta. Acá se hacen controles del agua
del río Diamante todos los meses e históricamente jamás
se alteraron los valores normales”, aseguraron las autoridades
del Complejo Minero Sierra Pintada al diario UNO de Mendoza.
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