El Kily González le dio el
triunfo al Canalla en el minuto 45, con un centro que se le metió
en un ángulo a Hilario Navarro y desató un festejo alocado.
Rosario > Era un gran final, a siete
jornadas del cierre de una temporada que los tiene a los dos con el
fantasma de la promoción acechando. Se jugó como tal,
tuvo un final terrible y cambiante, y un ganador que celebró
los tres puntos como un campeonato, con jugadores que lagrimearon
en pleno festejo y se sacaron un peso enorme de encima para la recta
decisiva que resolverá su futuro en primera. Rosario Central,
con un gol a los 45 minutos del complemento de Cristian González,
ayudado por al fortuna, le ganó 3 a 2 a Racing, que ahora tiene
tres unidades menos que su vencedor en el promedio y está en
zona de promoción.
El equipo de Leonardo Madelón disputó quince minutos
memorables que seguramente quedarán grabados en la memoria
de su hinchada. El partido fue una verdadera final en el que hubo
más lucha que fútbol hasta esos 15 minutos en los que
pasó de todo. Y que dejaron a unos confiados en su equipo,
que sumó puntos pesados en partidos importantes, ante los grandes.
Y muy preocupados a los hinchas de Racing, que no dejan de sufrir.
El local salió a presionar bien arriba en un intento marcarle
la cancha a Racing que tuvo en Maxi Moralez a su hombre más
inteligente. Sin embargo la sapiencia del chiquilín con la
pelota no alcanzó para cambiarle la cara al equipo de Llop.
Pelotas divididas y mucha marca fueron la impronta de la primera parte
que tuvo dos jugadas claves. El penal que Hilario Navarro le atajo
a Viazcarra a los 34 minutos y el cabezazo impecable de Erwin Avalos
que puso a Racing arriba en el marcador.
Se guardaron para el final
En el complemento, y perdido por perdido, el local salió a
vender cara la derrota. Es cierto, careció de orden y claridad
para llegar al arco defendido por Navarro y su público comenzó
a impacientarse y le reclamó algo más de actitud para
torcer la historia. Parecía que la suerte estaba sellada, pero
de pronto la noche rosarina se iluminó en Arroyito y como por
arte de magia apareció el camino del gol que Central supo transitar
de manera contundente y efectiva. Primero fue Vizcarra, quien se redimió
de su penal fallado y clavó un cabezazo soberbio contra el
palo tras un muy buen centro de Papa. Siete minutos apareció,
Díaz con un derechazo de otro partido y clavó la pelota
en el ángulo izquierdo y puso las cosas 2 a 1.
El gol desató una fiesta en el Gigante que minutos después
se detuvo sorpresivamente con el gol de cabeza de Sava a los 42. Sobre
el final y cuando la suerte parecía echada, el legendario Kily
González frotó la varita mágica. Ensayó
un centro bien abierto y la pelota empujado por las 20 mil almas de
los hinchas de Central se fue cerrando y se metió por encima
del arquero paraguayo, pegó en el palo y entró. Ese
tanto armó la fiesta de los Canallas, comanados por su capitán
goleador, que rompió en llanto por tanta carga amoetiva. Y
hundió a un Racing en peligro y con mucho por cambiar en apenas
seis fechas para no tener que sostener en la promoción su lugar
en primera.
Se dijo
De ahora en más todos los partidos van a ser así. Cuando
empataron 2 a 2 estaba para cualquiera, pero por suerte el Kily pudo
meter la pelota ahí. No sé si tiró al arco, pero
él puede hacer esas cosas». (Damián Díaz)
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