El país sudamericano es el mayor
exportador mundial de biocombustible a base de etanol, detrás
de Estados Unidos. Bruselas (AFP/NA) > Brasil
rechazó el miércoles último en Bruselas las críticas
que califican el desarrollo de biocombustibles como «crimen
contra la humanidad» asegurando que el impulso a esas fuentes
de energía y la lucha contra el hambre son compatibles, al
menos en su caso.
«Podemos conciliar políticas de producción y distribución
de alimentos, como estamos haciendo, con políticas que permiten
respetar el medio ambiente y contribuir a que la humanidad tenga acceso
a energías renovables y más limpias», dijo el
ministro brasileño de Desarrollo Social y Lucha contra el Hambre,
Patrus Ananias.
Ananias, que firmó un memorando con el comisario europeo de
Asuntos Sociales Vladimir Spidla para impulsar el diálogo bilateral
en esa área, explicó que Brasil tiene «características
muy especiales» que le permiten conciliar la producción
de alimentos y de biocombustibles.
«Brasil es un país muy grande, un país que tiene
muchísimas tierras fértiles, que tiene muchísima
biodiversidad y recursos hídricos. Es un país que nos
permite producir alimentos en abundancia», indicó.
De este modo, el ministro rechazó las declaraciones del relator
especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación,
el suizo Jean Ziegler, quien el lunes pasado afirmó que «la
fabricación de biocombustibles es hoy en día un crimen
contra la humanidad».
Brasil, potencia
Brasil es el mayor exportador mundial de biocombustible a base de
etanol, detrás de Estados Unidos, con 22.000 y 28.000 millones
de litros en 2007 respectivamente. Mientras Estados Unidos elabora
el combustible a partir del maíz, Brasil lo hace mayormente
a partir de la caña de azúcar.
De su lado, la Unión Europea ha hecho de los biocarburantes
uno de los ejes de su plan de lucha contra el cambio climático
que pretende reducir en un 20% los gases de efecto invernadero en
2020 mediante un aumento al 20% de la parte de energías renovables
en el consumo energético total del bloque y al 10% la de los
biocombustibles en el transporte.
Prioridades
El pasado 14 de marzo, los líderes europeos ratificaron en
Bruselas la determinación de encontrar un acuerdo para fin
de año sobre este plan de acción, aunque no ocultaron
sus preocupaciones por los posibles efectos negativos de los biocombustibles.
«La producción agrícola con fines alimentarios
debe ser claramente prioritaria», aseguró en ese sentido
el lunes el ministro francés de Agricultura, Michel Barnier,
al proponer una iniciativa europea frente al aumento de precios de
las materias primas y la crisis alimentaria.
Según Barnier, es necesario «producir para alimentar»,
una forma de decir que la UE debe limitar el lugar de los biocarburantes
extraídos de vegetales.
Ante esta posición cada vez más dura de ciertos países
europeos, el ministro brasileño Ananias puso como ejemplo el
programa para la producción de biodiesel que impulsa su país
y que permite a los pequeños agricultores combinar la siembra
de granos para alimentos con otros destinados a biocombustibles.
«Los pequeños agricultores pueden producir por un lado
alimentos y por otro, productos que se adaptan a la producción
de biodiesel, como la soja. Estos agricultores están mejorando
su situación económica», explicó.
El último miércoles un documento de la Conferencia Regional
de la FAO para América Latina y el Caribe que se celebra en
Brasil indicó que la producción de biocombustibles debe
tener en cuenta el derecho a la alimentación y la seguridad
alimentaria de los pueblos.
El consumo de etanol en Brasil supera al de
la gasolina
En los dos primeros meses de 2008, el consumo de etanol aumentó
un 56 por ciento frente a igual período del año pasado.
Río de Janeiro (dpa) > Por primera vez
en dos décadas, el consumo de etanol superó el de la
gasolina en Brasil, el país sudamericano que impulsa el uso
de fuentes renovables para reemplazar el petróleo, informó
el Gobierno.
Según el superintendente de Abastecimiento de la Agencia Nacional
del Petróleo (ANP), Edson Silva, en febrero pasado el consumo
de etanol en Brasil llegó a 1.432 millones de litros, frente
a 1.411 millones de litros de gasolina.
En los dos primeros meses de 2008, el consumo de etanol aumentó
un 56 por ciento frente a igual período del año pasado.
Al mismo tiempo, el consumo de gasolina se expandió en un 11,5
por ciento, mientras que el de diesel lo hizo en sólo un 2,9
por ciento.
«Ésta es una realidad sólida, y con ello el país
se convierte en un consumidor en gran escala de un combustible más
limpio desde el punto de vista ecológico y originario de fuente
renovable», celebró Silva.
El uso de etanol para reemplazar la gasolina como combustible de vehículos
automotores fue adoptado por primera vez en Brasil a fines de la década
del 70 por el Gobierno militar del general Ernesto Geisel.
El programa fue inicialmente muy exitoso, y el consumo del etanol
llegó a superar el de gasolina a fines de la década
de los 80, pero luego volvió a bajar a raíz del aumento
en los precios internos del combustible alternativo y falta de interés
de empresarios en producir etanol, entre otros factores.
El proyecto fue revitalizado a partir de 2003 bajo el gobierno de
Luiz Inacio Lula da Silva, que hoy busca impulsar el uso de biocombustibles
en todo el mundo como forma de hacer frente al aumento en los precios
del petróleo y a los problemas climáticos causados por
el llamado «efecto invernadero», generado por las emisiones
de gases contaminantes en la atmósfera. |